Inclusión Educativa en la UAEM - Índice de inclusión: INDEX-UNESCO

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - Índice de inclusión: INDEX-UNESCO

El INDEX-UNESCO, versión 2013, original en inglés de Tony Booth y Mel Ainscow; y, 2015 versión hispanoamericana, tercera edición revisada por Gerardo Echeita y colaboradores del Consorcio para la Educación Inclusiva, es una guía para la Educación Inclusiva para desarrollar el aprendizaje y la participación en los Centros Escolares. Ha tenido una amplia e intensiva utilización en el campo de la inclusión en todos los niveles y tipos educativos, en México y otros países en el mundo.

 

En un capítulo de Libro que coordina Patricia Brogna, en homenaje a Mel Ainscow, que está por salir, describimos junto con Tania Gallegos, cómo se ha utilizado el INDEX en Educación Básica en varias entidades del país y en Educación Superior. Para el caso, en la UAEM. Mauricio Gutiérrez; Alondra Álvarez; y, Anselmo Vázquez, respectivamente abordan con este instrumento de medición del índice de inclusión, a los docentes de una Unidad Académica, un estudio comparativo de estudiantes de dos Unidades Académicas, y otra Unidad Académica a los docentes, estudiantes y trabajadores no docentes. Más recientemente, Itzahuari Zapotitla Cedillo, lo aplica en una escuela de primaria multigrado del Estado de Morelos. Todos ellos desarrollaron su proyecto de investigación de tesis con este tema en la Maestría de Atención a la Diversidad y Educación Inclusiva.

 

El INDEX mide los índices de inclusión en tres dimensiones a través de tres cuestionarios dirigidos a: 1. Los docentes; 2. Los alumnos; y, 3. Los trabajadores del centro educativo, no docentes. Las dimensiones se refieren a la práctica educativa; a las políticas o acuerdos colegiados que se desarrollan en el centro; así como a la cultura de la inclusión que tiene que ver con el contexto del centro, que son los hábitos y costumbres, tendencias en torno a ello. Cada una de estas tres dimensiones contiene dos subdimensiones. Para el caso de la práctica son: cómo se orquesta el aprendizaje y cómo se desarrolla el currículo para todos. En lo referente a las políticas del centro: cómo se diseñan un centro que sea para todos y cómo organizan el apoyo a la diversidad. Y con la dimensión de la cultura de la inclusión es: la proyección de una comunidad para la inclusión y cómo se promueven los valores inclusivos.

 

Lo anterior nos permite calibrar en las diferentes dimensiones y subdimensiones los índices de inclusión del centro del que se trate. Lo que permite ir modulando en qué aspectos se puede mejorar. Ya sea que se parta de las fortalezas que se tengan para apoyar hacia las debilidades, o partir directamente de ellas para establecer un balance más armónico entre los diferentes aspectos comprometidos con relación a la inclusión. Se trata de una gran diversidad de estrategias que pueden decidir los integrantes del centro, buscando en todo momento una activa participación en la inclusión. Sería contradictorio un plan de inclusión que excluya a miembros o sectores de la comunidad.

 

Puede resultar lógico suponer que las personas que tienen o han tenido contacto con personas con discapacidad sean más proclives a una actitud inclusiva. Debido a que los prejuicios acerca de las personas con discapacidad pueden ser desmentidos por la realidad de la interacción social. Esta interacción se puede presentar porque se tenga algún familiar con discapacidad o porque en el centro educativo se haya tenido a un alumno, para el caso de los docentes; o se tenga algún compañero con discapacidad; o se haya atendido a algún usuario con discapacidad. Si esto es suposición afirmativa es una hipótesis razonablemente confiable. Se puede esperar que el contacto con personas con discapacidad, que cada vez es más extendido, vaya operando un proceso de inclusión paulatino. Y así, las nuevas generaciones serán cada vez más inclusivas. Pero este fenómeno puede ser considerado un lento y paulatino proceso.

 

Por lo que la tendencia creciente de la inclusión se puede estimar será cada vez mayor. Una metáfora a la mano es el efecto rebaño de la pandemia, que paulatinamente se inocula la inmunidad conforme avanza el contagio. Pero que se puede acelerar con la vacunación y hacer menos vulnerable a la población en menor tiempo.

 

Esta hipótesis plausible es susceptible ser comprobada positiva o negativamente. En la UAEM hemos aplicado el INDEX y se está procesando, entre otras cosas, si las personas con familiares con discapacidad son más inclusivas con relación a las que tienen. Asimismo, quienes han tenido oportunidad de tener contacto en el ámbito académico con personas con discapacidad, como docente o como alumno, o como administrativo. O, como ambas condiciones. También, en cuáles de las dimensiones se es más o menos inclusivo.

 

Ya lo estaremos informando. Seguramente que los datos obtenidos superarán estas expectativas, como ocurre siempre con los procesos empíricos cuando se llevan a la práctica.

 

educacioninclusiva.egr@gmail.com