Caricatura Política - Muerte del PRI y cambio de columna

En opinión de Sergio Dorado

Caricatura Política - Muerte del PRI y cambio de columna

            A partir del mes de agosto del año en curso, decidí cambiar el nombre de mi columna que aparece martes y jueves en El Regional. Fue en el año 2013 cuando empecé a colaborar en este diario con el nombre “Casos y Cosas de Morelos”, que ha pasado a mejor vida.

Hoy, la columna lleva el nombre de“Caricatura Política”.

            En el cambio de denominación debe haber influido que fue como caricaturista que me inicié en el trabajo periodístico -a fines de los años ochenta-, el cual disfruté mucho mientras duró; soy de la opinión que con frecuencia una imagen dice más que mil palabras, lo que fielmente se muestra en el trabajo de excelentes caricaturistas tanto a nivel nacional como estatal.

Como caricaturista, publicaba un cartón diario; y los domingos, una tira cómica, que es lo que más disfrutaba, pues en una serie de cuatro cuadros es más fácil y divertido contextualizar un chiste que en un solo cartón; aunque claro, la tira implica más trabajo.

La primera tira cómica que dominicalmente publiqué se llamó “Don Vitalicio Grilletes”, haciendo obvia alusión a Fidel Velázquez (1900-1997), longevo líder sindical de la Confederación Nacional de Trabajadores (CTM) en los tiempos de la hegemonía priista. Una de las características chuscas de este líder eraque nadie estaba seguro si algún día habría de morir, pues biológica y políticamente enterró a un buen número de presidentes y políticos encumbrados de México. Como líder, Fidel Velázquez es, sin duda, el ícono clásico del sindicalismo “charro” nacional, tanto que en la actualidad todavía quedan muchos vestigios de este engendro de sindicalismo.

            Sin embargo, cuando el chiste sindicalista se agotó por tornarse repetitivo, y por tanto, poco o nada divertido, empecé con una nueva tira cómica que llamé “Los Intelectuales”, muy probablemente influido por Julio Cortázar, a quien, por su humor, admiraba y admiro como escritor. Mucho contenido de la tira cómica basaba “su humor” en la novela de Rayuela y la actitud del ser humano que permanece en la búsqueda del “chiste” de la vida a lo largo de toda la existencia, lo que a otros parece un exceso el no terminar adaptándose a la cultura conservadora luego de cierto tiempo. Oliveira, el protagonista principal de la novela, nunca terminó tal búsqueda.

            El último trabajo de tira cómica se llamó “Los Tlahuicas”, como intento de relacionar la historia y cultura antigua de México con hechos de la política “soft” de entonces, pues la censura imperaba;o también chistes triviales tales como la caricatura de un indígena caminando en un desierto infernal, quien finalmente llegaba a un puesto de refrescos y pedía un corazón helado para refrescarse.

            La columna “Caricatura Política” de hoy es en realidad un experimento cuyo fin está dirigido a caricaturizar con palabras la vida política del México contemporáneo. Esto porque temprano en mi trabajo periodístico me di cuenta que si bien en ocasiones se me ocurría un buen chiste, mi habilidad en el dibujo lo echaba a perder. Por ello, con espíritu auto crítico no me apena aceptar que realmente fui un caricaturista (dibujante) del montón que admiró y admira a caricaturistas locales de la talla del maestro don Jesús Juárez (Hodiac) +, el decano Enrique Heras, Omar Díaz, Miguel Ángel, entre otros distinguidos dibujantes de Morelos.

            Primordialmente, sin embargo, el giro de nombre radica en el hecho de que cada vez me queda menos duda de que la política mexicana es caricatura en esencia, inverosimilitud desbordada y ocurrencia “mágica” que de alguna manera hay que plasmar ya bien con dibujo pícaro que con palabra irónica que pretende ser guiño cómplice  de la realidad del lector. Esto como intento de que él, como audiencia principal del periodista, se entretenga con algo de humor a la mexicana dentro del mundo convulsionado, peligrosoe inefable que hoy compartimos los mexicanos, donde mucho está echado a perder y difícil se ve de revertir con la seriedad solemne de antes.

            Lo que hace constar, sin duda, que el PRI finalmente ha muerto.