Escala de Grises - Compañeras de lucha

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Compañeras de lucha

Hace casi un año, en noviembre de 2021, se expusieron una serie de videos en donde se observa a José de Jesús Covarrubias Dueñas, exmagistrado del Poder Judicial de Jalisco, abusando sexualmente de una niña de 15 años. Esa evidencia bastó para que Covarrubias Dueñas perdiera sus privilegios como funcionario y, de este modo, enfrentara las denuncias en su contra.

 

Sin embargo, a pesar de sus antecedentes por abuso sexual y corrupción de menores, Jesús logró evadir a las autoridades y, hasta el momento, se mantiene prófugo de la justicia. De acuerdo con algunos testimonios, el exmagistrado está bajo la protección de sus amistades en juzgados e instituciones.

 

Una vez que se dieron a conocer los hechos antes mencionados, Blanca Paredes, abogada y activista, decidió hablar sobre la relación que mantuvo con el exmagistrado; misma que de acuerdo con su testimonio estuvo repleta de violencia. Sin embargo, en lugar de ser protegida por las autoridades, lo único que recibió fueron amenazas y atentados en contra suya y de sus hijos.

 

Ante el nulo interés mostrado en su caso, Blanca Paredes comenzó una protesta pacífica. A las 8 de la mañana del pasado viernes (14 de octubre), la abogada inició una huelga de hambre. Horas después, se trasladó a Casa Jalisco con la intención de entablar una conversación con Enrique Alfaro Ramírez, gobernador del estado.

 

Sesenta y dos horas después, se informó que Blanca se enfrentaba a complicaciones médicas; tales como deshidratación y un desequilibrio en sus niveles de glucosa. Aproximadamente 72 horas después de que Paredes iniciara la huelga de hambre, Enrique Alfaro se reunió con ella.

 

Aunque el gobernador aseguró que la situación no está en sus manos, porque “las acciones del poder judicial no dependen de él”, se comprometió a que el Fiscal Anticorrupción, el Fiscal de Jalisco y el secretario de gobierno se involucren en los asuntos pendientes por resolver.

 

Por su parte, Blanca solicitó apoyo para la resolución de su denuncia, pero también para las de todas aquellas mujeres a las que considera “compañeras de lucha”. Con la exigencia de que lo dicho por Alfaro Ramírez fueran hechos, las manifestantes se retiraron con la activista, quien fue trasladada al Centro de Justicia para Mujeres para ser atendida por personal médico.

 

A pesar de saber que estaba poniendo en riesgo su vida, Blanca Paredes estableció que necesitaba visibilizar la ausencia de justicia existente en Jalisco, “un estado donde la corrupción y la impunidad están a todo lo que da”. De acuerdo con la abogada, las mujeres víctimas de violencia no son escuchadas.

 

Por supuesto, la protesta de Blanca se viralizó en cuestión de horas y los ojos de la opinión pública a nivel nacional se colocaron en Jalisco, estado que se ha convertido en blanco de críticas por los niveles de violencia que se han registrado. Ante las acusaciones, Enrique Alfaro aseguró que la entidad “está por debajo de la media nacional de incidencia delictiva total”. Además, no perdió la oportunidad de decir que antes de Jalisco “hay ocho estados gobernados por Morena con una tasa de homicidios dolosos más alta que la de Jalisco”.

 

Pero las cifras (la realidad y las denuncias como las de Blanca y el resto de las víctimas) no mienten, independientemente del partido político que respalde a quien gobierna. Según el Índice Global de Impunidad México 2022, Jalisco se encuentra entre los tres primeros lugares de las entidades que aumentaron más de diez lugares en el listado comparativo.

 

Lo ocurrido durante los últimos días en Casa Jalisco, las denuncias en contra de José de Jesús durante los últimos años y el resto de casos de violencia de género que han quedado sin resolver, como el de Luz Raquel Padilla, son tan solo una muestra de un problema evidente en Jalisco y en México.

 

¿En qué momento poner en riesgo la vida se convierte en la única forma de visibilizar la ausencia de justicia? ¿En qué momento el gobernador del estado permite que una mujer pase 72 horas sin ingerir alimentos antes de salir a escuchar sus exigencias? ¿Por qué las autoridades federales deciden no involucrarse en un tema que les involucra completamente?

 

Como le aseguro siempre en este espacio, la omisión de las autoridades locales, la impunidad, el abuso de poder y la ausencia de justicia no se reducen a un territorio; no son problemas exclusivos de Jalisco y menos de las entidades gobernadas por el partido político de su [no] preferencia.

 

Las mujeres deberíamos tener la certeza de que nuestra necesidad de seguridad y justicia serán tomadas en cuenta en todo momento, que se protegerá nuestra integridad. Las mujeres víctimas de violencia de género deberían tener el respaldo de todas aquellas instituciones que se llenan de discursos (superficiales) sobre feminismo y paridad de género.

 

Las leyes deberían aplicarse para todas aquellas personas que cometen delitos, independientemente de los cargos o las amistades que tengan. Las víctimas, a pesar de contar con el apoyo de sus compañeras de lucha, deberían contar con el respaldo del Estado, ya no con su negligencia.

 

Ojalá que, en algún punto, la utopía en las oraciones anteriores comience a ser cierta:

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