Concepto Social de la Discapacidad - ¿Una sociología de la discapacidad o una sociología discapacitada?: Mike Oliver

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Concepto Social de la Discapacidad - ¿Una sociología de la discapacidad o una sociología discapacitada?: Mike Oliver

En el artículo anterior, reseñé a la Física Cuántica como “…a finales del siglo pasado…”; quienes nacimos a mediados del siglo XX, nos acostumbramos a denominarlo de esa manera al referirnos siglo XIX, por lo que, a manera de fe de erratas, cito “Para la Física Cuántica a finales del silgo XIX”.

 

Dicho lo anterior, en este artículo, nuestra reseña es Mike Oliver (Oliver 1998) del grupo de sociólogos investigadores sobre la Discapacidad de Len Barton, multicitado en entregas anteriores.

 

Oliver ubica varios enfoques teóricos de la Sociología para explicar la discapacidad. Para comenzar, señala que el tema de la discapacidad en dicha ciencia ha sido un tema marginal, como la realidad de ellos mismos, marginados y pertenecientes a grupos minoritarios. Estas teorías sociológicas surgieron en la época industrial y postindustrial, que determina en algún sentido la interpretación del fenómeno estudiado, por lo que, primero ubicamos las teorías funcionalistas, las de orden médico y psicológico; que son de carácter individualista, ya que se referirían exclusivamente a la persona cuya condición corporal es sometida al estudio y medición de la inferioridad orgánica. Son teorías de la “tragedia personal”. Representan una desviación a la norma social, una anormalidad y una disminución de sus competencias individuales, por lo tanto, en una sociedad de responsabilidades individuales, de competencias y de trabajo remunerado, no tienen cabida salvo por medidas asistencialistas.

 

Por otra parte, están las teorías sociológicas interaccionistas, que, a partir de Goffman, las personas con discapacidad son caracterizadas como “estigma”; representando aparentemente, un avance sobre la interpretación funcionalista. De tal forma que este grupo social de la discapacidad, han preferido la opción de discriminación individual y opresión, a la de “estigmatización”.

 

Mas adelante, de los mismos teóricos sociólogos con discapacidad, surge la teoría del conflicto con perspectiva sociopolítica de su propio conocimiento, considerando a la discapacidad, como una entidad producida en la época de la industria de la rehabilitación, distinta a la anormalidad médica y psicológica, diferente a la desviación social y a la segregación como un grupo minoritario.

 

Albercht, citado por Olvier, publicó en 1992, en Estados Unidos, una serie de investigaciones que permiten demostrar una transición hacia una nueva teoría que deja atrás las ideas de las sociológicas funcionalistas e interaccionistas; no obstante, queda a medio camino de una nueva teoría de la discapacidad, al asentar: “Las personas con discapacidad deben o aceptar la definición que de ellas se ha construido socialmente, o luchar por una redefinición personal” (sic.)

 

Como analogía, podemos citar el caso de la segregación racial en Estados Unidos. En ese contexto, se comprendió que el problema no radicaba en la necesidad de que la población negra se adaptara a la sociedad dominante blanca. Por el contrario, era la población blanca la que requería un cambio en su relación con la integración social. Sin embargo, con el tiempo se advirtió que el problema no se limitaba exclusivamente a las relaciones raciales entre ambos grupos. En realidad, lo que se necesitaba era un cambio profundo en las ideas y actitudes racistas, así como en la reproducción cultural que perpetuaba el racismo institucional pernicioso.

 

Para el caso de la discapacidad, igualmente, no es un asunto de adaptabilidad social de las personas con discapacidad, ni de programas gubernamentales compensatorios de las insuficiencias corporales para la participación social. Ni siquiera la reconstrucción aislada y paralela de la sociedad sobre la discapacidad. Sino de la historia de toda la sociedad y sus relaciones que ocupan las personas que integran esta población y la representación de la discapacidad, en la sociedad, así como, las formas en las que se sigue reproduciendo una representación de la discapacidad, en las que no participan en la producción material, social y cultural de la sociedad. Esto es, las creencias sociales en las que no pueden o no deben participar las personas con discapacidad; dichas creencias, son las que producen y reproducen las limitaciones de estas personas y no a la inversa.  

 

Es aquí donde la igualdad de oportunidades que la sociedad debe procurar para todos sus miembros, con o sin discapacidad, deben quedar aseguradas. Para ello, estas oportunidades no pueden ser producto de creencias opcionales y graduales, sino de cumplimiento obligado. Convertir las oportunidades sociales para las personas con discapacidad en derechos. Pero estos derechos no deben ser un punto de llegada, sino un punto de partida. Ser el piso mínimo social obligado, sin prerrequisitos previos de prueba o evaluación alguna que los condicione.

 

No obstante, lo anterior sería un cambio en las relaciones materiales de la sociedad, pero no en las de las creencias, ya que todavía no sería un cambio cultural. Para algunos investigadores, así como se combatió el racismo, así como identifican el machismo en el combate en las relaciones de género, el capacitismo equivaldría en el cambio en las relaciones sociales de la discapacidad.

 

Esta lucha ya no se centraría exclusivamente en el ámbito gubernamental o en cambios materiales, sino que se extendería a la sociedad en su conjunto. Se trataría de un cambio cultural profundo, que implica transformar las actitudes, valores y creencias arraigadas en la sociedad.

 

¡Enhorabuena por una sociología de la discapacidad!

educacioninclusiva.egr@gmail.com

Referencias:

Oliver, Mike. 1998. "¿Una sociología de la discapacidad o una sociología discapacitada?" In Discapacidad y Sociedad edited by Len Barton, 34-58. Madrid: MORATA.