Serpientes y escaleras - La crisis que viene

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La crisis que viene

El 2020 es un año difícil. El 2021, dice el secretario de Hacienda, lo será aún más.

 

La crisis que viene

El secretario de hacienda federal Arturo Herrera dijo este fin de semana que el próximo año México deberá lidiar con las crisis gemelas más severas del último siglo, en referencia al problema sanitario y económico que deja la pandemia de covid. El problema que enfrenta el país es severo y apenas viene lo peor, advirtió el funcionario federal al señalar que el 2021 será un año austero porque no tendremos los tres amortiguadores que absorbieron el desplome económico. ¿Qué depara a Morelos un escenario así?

En la plenaria de diputados de Morena el titular de la hacienda nacional reconoció que es posible que la deuda aumente y que se tendrá que poner la economía en trayectoria descendente, por lo que anunció un recorte al presupuesto de egresos de la federación que se enviará a la cámara de diputados a más tardar el 8 de septiembre. “Habrá menos recursos de los que se solicitaron este año y menos que los últimos dos”.

Durante el 2020 y a causa de la pandemia, el gobierno federal consumió los tres amortiguadores con los que contaba el país, es decir, el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestales, el de Estabilización de Ingresos de las Entidades Federativas y el de Coberturas Petroleras. La mayor parte de estos serán utilizados en el presente periodo y para el siguiente ya no habrá o habrá menos.

En este plano Arturo Herrera refirió que se elaborará un presupuesto muy responsable, cuidadoso y prudente que va a requerir la comprensión y solidaridad de muchos porque los recursos serán menos; “Debemos aprender a convivir con el covid y ajustar las finanzas para no entrar en un paro de la actividad económica, porque el país operará en condiciones distintas a las que está acostumbrado”.

La advertencia que hizo el secretario de hacienda de México este fin de semana debe poner en alerta a todos los gobernadores y alcaldes del país; lo expresado por Herrera es la anticipación de lo que viene, un asunto mayor que no solo será complejo per se, también ocurrirá en un año en el que se van a renovar cámaras estatales, alcaldías, ciertas gubernaturas y el Congreso de la Unión.

Algunos podrían pensar que ante una situación así poco o nada pueden hacer los gobiernos estatales y municipales, porque el recorte se aplicará a nivel federal y no hay manera de revertir una decisión así. Tal vez. Pero en un panorama tan sombrío como el que se avecina para todos, habría que explorar algunas otras alternativas para evitar un colapso generalizado y quizá encontrar algunos otros caminos que nos ayuden a todos a hacer más llevadera esta situación.

Observemos, por ejemplo, que actualmente en Morelos la mayoría de las autoridades municipales y la estatal se encuentran distanciadas y en algunos casos en franca confrontación; veamos también que entre los propios ayuntamientos prevalece un divisionismo que salta a la vista en lo político, pero también se presenta en la operación y funcionamiento de los gobiernos.

Un dato más: el instituto en el que participan todos los gobiernos municipales en lugar de trabajar como un ente que coadyuve la labor de dichas administraciones se ha convertido en un espacio de grilla política, de jaloneos de poder y hasta de negocios particulares.

Durante estos dos últimos años el trato y la convivencia entre las autoridades ejecutivas de Morelos ha sido superficial, descoordinada y en varios momentos de choque; del lado del gobernador no hay una persona que trabaje correctamente la relación con los presidentes municipales, que atienda y entienda sus necesidades y les oriente en temas que tienen que ver con los otros poderes o niveles de gobierno.

En las alcaldías pasa lo mismo: los alcaldes han gastado su tiempo en conflictos políticos y problemas mediáticos, tratando de sortear las crisis heredadas, gobernando con ocurrencias y sin un plan de gobierno que les marque el rumbo y les ayude a trabajar con metas específicas. Peor: los ediles se han topado con una pared legislativa que en lugar de apoyarlos a resolver problemas les complican la existencia y en fechas recientes se convirtió en un espacio de conflicto por los intereses personales de algunos diputados.

A nadie debe quedar duda lo que representan las palabras del secretario de hacienda de México; nuestro país está viviendo tiempos muy difíciles por la pandemia y porque el problema del coronavirus ha rebasado a las autoridades federales; la estrategia diseñada para contener y administrar la situación quedó rebasada.

La gravedad de la situación se tiene que ver más allá del número de muertos (somos el tercer país con más fallecimientos en todo el mundo); implica también un desgaste severo de la estructura social y un colapso generalizado de la economía. En este punto los problemas apenas comienzan.

Precisamente por ello es fundamental que desde ahora las autoridades locales, es decir, los presidentes municipales y el gobernador comiencen a trabajar en el tema, para tratar de amortiguar el golpe. Lo primero es dejar de lado los conflictos personales y entender que la situación es sumamente compleja y nos arrastrará a todos si la conducción de las instituciones se hace de manera inadecuada.

La crisis que se avecina no es individual, sino integral, le pegará a las instituciones públicas y privadas, a la economía de las empresas, de los gobiernos y en los bolsillos de las personas, impactará el ingreso público y privado y al final se convertirá en un escenario de caos para todos.

Pensemos en eso bajo una óptica menos catastrófica: ¿Qué tal que los presidentes municipales comienzan a establecer acuerdos de colaboración en diferentes áreas, para abatir costos, para hacer más eficiente el trabajo y compartir información útil que ayude a mejorar los procesos municipales? ¿Qué tal que como lo hacen algunas agrupaciones empresariales, los municipios trabajan de manera conjunta y coordinada para lograr mejores precios y mayor calidad en los servicios sin tener que recurrir al endeudamiento o al aumento de los impuestos? ¿Qué tal que en cualquiera de estos puntos entra el estado e interviene asesorándolos en materia financiera, operativa y legal?

El punto es uno: la crisis económica para el país está a la vista y su impacto en la economía de todos es inevitable; la ventaja es que el problema se puede ver a la distancia, es decir, no nos amaneceremos con la noticia de que hay una tormenta afuera y no tenemos manera de guarecernos ante la tempestad. En esta ocasión el problema se puede prever y por lo mismo es necesario actuar de inmediato; todo comienza con la disposición de las autoridades para quitarse de lastres políticos, taras partidistas o rencores personales.

El 2021 será un año muy difícil para todos los mexicanos, debemos aprender a vivir con el covid, pero también a convivir con una crisis que puede durar mucho tiempo y que se puede agudizar si quienes conducen la nación, los estados y los municipios, continúan anteponiendo sus intereses al bienestar general.

El golpe que viene es inevitable; depende de lo que hagamos todos con nuestra economía personal, en nuestro trabajo, en las empresas y en los gobiernos en los siguientes meses, que sea un impacto menos doloroso y la crisis sea más llevadera.

Si ante una situación así nuestras autoridades no dan un giro a su actuación y modifican de inmediato su forma de actuar, quedará claro que su objetivo no es el bienestar de sus gobernados.

  • posdata

Dos cosas son predecibles para las próximas elecciones: habrá más partidos políticos (19) y bajará la participación ciudadana. Esto ocurrirá en el marco de un proceso electoral distinto, en una época post pandemia en la que no se podrán llevar a cabo las campañas bajo los esquemas tradicionales de la política.

El escenario es nuevo y todos los que participarán en él: quienes buscan el voto, regulan y sancionan los procesos, intervienen en sus distintas etapas, quienes los publicitan y los que diseñan las estrategias; todos tienen que estar listos para un comportamiento electoral y ciudadano distinto.

Muchos hablan de esta nueva realidad y de la manera como se deben llevar a cabo las cosas; casi todos están convencidos de que será una campaña en el aire debido a que no se podrán celebrar reuniones masivas como antes, pero nadie tiene clara la manera como se implementará un método así.

Asumir que las redes sociales serán el único camino para hacer campaña puede ser un error de cálculo para quienes diseñen las estrategias; estos canales de comunicación son efectivos para algunas cosas, sin duda tienen una importancia sustantiva en el diálogo virtual de las personas, pero no está comprobado que sean un mecanismo que motive o influya en los electores, particularmente porque en Morelos estas herramientas se han sobreexplotado con campañas de agresión a diferentes actores políticos.

Hay algunas figuras de poder que ya comienzan a trabajar en este tema, que analizan las variables, identifican a los líderes de opinión para trabajar a través de ellos y construyen plataformas virtuales que complementen el plan integral de la campaña. Ahí si se está entendiendo la nueva realidad.

En este plano en particular la del 2021 será un ejercicio de prueba y error; lo que salga bien o mal de este proceso servirá de base para lo que se hará en la elección del 2024, aún y cuando la crisis sanitaria haya pasado.

El 2021 se ganará con buenos candidatos y una buena estrategia de campaña.

  • nota

En medio de la crisis multifactorial que enfrenta la entidad y cada uno de sus municipios, un elemento clave para mantener la estabilidad será la comunicación. De la misma forma como el tema fue sobresaliente en la parte más crítica de la pandemia, en los meses que vienen su correcta utilización será determinante para que la presión ciudadana no ahorque a las instituciones.

En tiempos críticos como los actuales, la comunicación institucional no solo debe estar presente, también se debe priorizar en función de los elementos que se utilizan, la forma como se presentan y la oportunidad en que se lanzan.

Digámoslo de esta forma: ahora más que nunca las autoridades necesitan un canal efectivo y eficiente de comunicación con sus gobernados, deben informar de manera oportuna las acciones que implementan y el porqué de las decisiones que toman. Entendamos que vivimos tiempos complejos que agudizan el mal humor social y ello puede desencadenar en cualquier momento una nueva crisis que detone acciones ciudadanas violentas contra las autoridades.

Comunicar siempre ha sido un elemento importante para todos los gobiernos, un elemento que genera estabilidad, ayuda a la gobernabilidad y acompaña a todas las demás acciones institucionales. Hoy la comunicación puede ser, además, un aspecto que inhiba nuevas crisis y actos de desestabilización para derrocar a un gobierno.

  • post it

Tiros de precisión está lanzando desde el congreso local el diputado José Casas contra funcionarias del gobierno estatal. ¿Cuál será la nueva jugada política del legislador independiente?

  • redes sociales

La semana pasada las redes sociales exhibieron a una abogada agrediendo a personal de una tienda departamental en la Ciudad de México luego de que estos no le permitieron la entrada acompañada de otra persona. La dama en cuestión, apodada como #Lady3Pesos, fue grabada mientras lanzaba vituperios contra policías, a quienes denigró por hacer su trabajo. Lo que sucedió después de que se hizo público su comportamiento fue su despido de la empresa en la que laboraba porque, dijo Century 21 House Hunters, “Su conducta es inadmisible”.

No es la primera vez que un acto personal difundido en una red social cuesta el empleo a alguien; esta situación se ha presentado en distintas empresas, pero también en entidades públicas que no avalan actos individuales que rompen con la norma, la legalidad o contravienen el discurso oficial.

A propósito de esto, el fin de semana anterior a través de un portal de internet se exhibió en caso de una funcionaria del gobierno de Cuernavaca, jefa de departamento en el Instituto de la Juventud, quien sin importar la pandemia y la gravedad de la situación sanitaria por el coronavirus, organizó el mes de junio una fiesta de cumpleaños. Este tipo de actividades fueron prohibidas por el gobierno del cual forma parte y son reiteradamente sancionadas por todas las autoridades municipales, porque representan un punto de contagio.

Las preguntas son obligadas ¿Quién es ella? ¿Pasará algo?

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