Breves de Abogados y Políticos - De Tabasco a Morelos
En opinión de Alejandro Corona Markina
Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, tenía dos opciones: o comparecía el pasado 8 de a enero al juzgado de Atlacholoaya, en Xochitepec, Morelos o no lo hacía, pero entonces sería considerado sustraído de la justicia. Su equipo legal pasó aceite antes de garantizarle que no sería detenido.
Lo que realmente temía Graco, es que le aplicaran la medicina “Rosario Robles”, personaje que acudió a una audiencia de trámite y se quedó “guardada” (para sorpresa de todos, hasta de los fiscales) en Santa Martha Acatitla, donde pagó parte de las tranzas que hizo con la “Estafa Maestra”. Muy oronda fue en aquella ocasión la señora, ex amante de Carlos Ahumada Kurtz, a la audiencia, vestida con saco de diseñador y acabó con uniforme de presa.
Graco no quería sorpresas. Él es muy corrupto, pero nada tonto, por eso, primero se cercioró y obtuvo la promesa del magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, Luis Jorge Gamboa Olea, de que no sería aprehendido por el juez César Augusto Galán Delgado, que conoció del asunto. Graco en su momento hizo magistrado a Gamboa Olea y por eso bastó una llamada para confirmar que todo sería un montaje.
Graco sabe lo que significa la traición, porque él mismo es uno de los principales actores de esa palabra y hasta su retrato debería estar en el diccionario cuando se mencionara la misma. Su paisano tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, confió en él cuando estaban en el Partido de la Revolución Democrática, pero Graco vilmente lo apuñaló -políticamente hablando- en la primera oportunidad. Si bien su carrera política acabo, no ha pagado las consecuencias de esa falta de fidelidad.
Por otra parte, es necesario señalar que la imputación que se le hace en la causa penal JC/292/2021 es un juego de niños: obtuvo un crédito para comprar una camioneta, el cual fue autorizado (el 21 de septiembre de 2018), y, -por si faltaba algo-, avalado por el entonces secretario de Hacienda, Jorge Michel Luna, bajo el argumento de que era parte de un derecho laboral del corrupto gobernador saliente. Si se le agrega la situación de que ya cubrió el empréstito, no hay ni para dónde hacerse.
Por eso, esa acusación en realidad es nada y cualquier abogado lo libra de esa bronca, pues delito -lo que se dice delito-, no es. En todo caso, la persona responsable de la institución que permitió -y autorizó la deuda-, tendría que responder en caso de que existiera una irregularidad. Absurdo que la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción, insista en el tema.
Lo que realmente debería de hacer la FECC, es enfocarse en la denuncias y pruebas que en su momento se presentaron, en relación a los créditos mal habidos de la gestión del tabasqueño y que tienen a estado de Morelos en bancarrota. O bien abundar en las corruptelas del “jefe Gorgory” Alberto Capella Ibarra, en la compra de patrullas inexistentes o en el dispendio del inservible “C-5”, así como en los negocios que por debajo del agua hizo su hijastro Rodrigo Gayoso o en los de Elenita, su esposa.
Ha mucha tela de donde cortar, si se quiere ir tras de Graco. Por favor, que la cosa no acabe en la renuncia de la titular del Instituto de Crédito para los Trabajadores al Servicio del Gobierno de Estado. Es más, que se cierre ese expediente que no va a ninguna parte y se trabaje en los demás.
Están documentados desvíos de recursos por más de 125 millones de pesos, involucrando al exgobernador y a exfuncionarios de su gestión. Hasta donde sabemos, son más de 600 las carpetas de investigación existentes en contra del tabasqueño ¿ninguna registra avance alguno al día de hoy?
Sólo ha habido llamaradas de petate en las denuncias por triangulación de recursos, de desfalcos en las secretarías de Desarrollo Económico, de Cultura, Desarrollo Sustentable y Agropecuario. En todos los casos hay mucho dinero donde quedó huella del latrocinio cometido por Graco Ramírez.
Graco Sabe todas las que debe y por eso, extremó precauciones antes de presentarse a los juzgados de Atlacholoaya. Una vez que le confirmaron que no tendría problemas, acudió muy sonriente y literalmente se burló del pueblo morelense cuando dijo que su presentación fue “dentro de la ley”.
En Morelos, hay dos políticos tabasqueños que dejaron huella: Andrés Manuel López Obrador, que es querido por la inmensa mayoría, gracias a su honesta gestión y otro como Graco Ramírez, que es un obscuro personaje de la peor calaña, repudiado a más no poder.