Observador político - Lo que queda del PRI
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Una de las épocas más grises del PRI en los últimos años ha sido ha sido desde la llegada de Alberto Martínez González, quien tuvo el respaldo siempre del frustrado ex candidato a la gubernatura, Amado Orihuela Trejo. Durante su estancia sucedieron cosas extrañas, autorobos de dinero, venta de candidaturas y peleas entre dirigencia estatal y candidatos. Quizá eso fue parte de que se haya convertido el tricolor en un partido “morralla”.
LOS RESTOS DEL TRICOLOR.- En el pasado proceso electoral interno por la dirigencia nacional en el que participó Alejandro Moreno, su principal contrincante la ex priista Ivonne Ortega, señaló que en la elección hubo de todo, desde “mapacheo”, compra del voto, acarreo, y demás actos irregulares. Al final, con el millón 603 mil 725 votos se consolidó la fórmula de Alejandro Moreno y Carolina Vigiano. Sin embargo, Alberto Martínez González, siendo dirigente estatal del PRI, se la rifó con Ivonne Ortega, es decir, traicionó al hoy presidente del tricolor en el país y desde ahí, la gente cercana de Morelos que despacha en la secretaría Adjunta del CEN del Revolucionario Institucional, se empezó a “cocinar” la salida de “La Pave”, de la dirigencia tricolor en la entidad. Ya que incluso, se habló de que destinó recursos para ir contrario al proyecto de Alejandro Moreno.
Incluso, antes del proceso electoral interno se formó una rebelión contra la Pave, pero jamás se pudo hacer nada contra este personaje porque siempre contó, en su momento, con el respaldo de su suegra, Rosario Robles Berlanga, hoy en desgracia en el penal de alta seguridad de Santa Marta, acusado por peculado y la Estafa Maestra, en su etapa como titular de la Secretaría de Desarrollo Social, debido a que contaba con el respaldo del mismísimo presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Por ello, nada sucedió cuando llegó Alberto Martínez González a la dirigencia de lo poco que queda del PRI en Morelos, a pesar de que para muchos militantes fue considerado como el peor error, tal como lo acusaron los líderes de los diferentes grupos políticos al interior de ese instituto político. Y es que La Pave, mantuvo sumido al tricolor en la peor situación política, económica y social de que se tenga memoria. Ha sido y sigue siendo considerado como un tipo nefasto y gris, al que solo le importó administrar el casi medio millón de pesos que le entrega cada 30 días el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana como prerrogativas, porque fue en lo único que se convirtió y bien, en administrador del tricolor ya que nunca le importó la afiliación de los militantes ni tampoco los problemas de inseguridad, desempleo, escasez de obras y demás conflictos sociales que se viven en la entidad.
AUDITORÍA EN CURSO.- La salida de Alberto Martínez es un hecho porque así lo decidió desde que asumió el cargo como máximo jerarca del tricolor en el país, Alejandro Moreno, y más aún, cuando le entregaron en propia mano un expediente de documentos de La Pave, sobre todo, en el que daban cuenta que era una fichita y que únicamente estuvo “nadando de a muertito”, desde que fue ungido dirigente del PRI. En el expediente se le informó que nunca quiso confrontarse con el actual gobernador Cuauhtémoc Blanco, por ello siempre fue una persona mustia, ya que lo único que demostró fue su ambición por el dinero fácil. Esta situación, provocó que jamás haya querido mantener una posición firme, enérgica, ni mucho menos de analizar la situación del estado, sobre todo por la crisis económica, el desempleo y la inseguridad que se ha intensificado de manera alarmante.
Por ello, la primera acción que tendrá que poner en marcha para frenar el intento de regresar Alberto Martínez González, como lo han intentado sus huestes, será el hecho de que José Cirinos Valdés Huezo, inicie en automático una auditoría para que conozca en qué se gastó el casi millón de pesos que mensualmente recibía del IMPEPAC. Además de la lista de aviadores que ahí se encuentran que es inmensa. Esta es una forma de cómo frenar sus ambiciones mezquinas e intentos de regresar bajo el argumento de que, fue electo democráticamente en su cargo que es real, pero que violentó en su estancia como líder tricolor los estatutos y que tronó con la bronca que tuvo con quien hoy es su sustituto aunque sea de forma interina.
La salida de La Pave se da previo a los días festivos de Navidad y por tanto, en breve se olvidarán que este personaje diría al tricolor, máximo cuando iniciará el proceso interno para elegir candidatos a los diferentes cargos de elección popular con miras a las elecciones intermedias del 2021. Lo que queda del PRI hoy en día, acaso les dará para alcanzar otra diputación plurinominal y quizá una o dos alcaldías, que es a lo mucho que aspirarán en este partido que en su momento fue el partido del gobierno. Por tanto, quedará fuera de toda posibilidad de espacios al igual que los pocos que confiaron en él y que llevó a convertir al tricolor en un mini partido. Aunque la salida de Alberto Martínez también tiene que ver mucho Jorge Meade Ocaranza, quien siendo candidato a gobernador lo quitó e hizo aún lado del partido para tomar las decisiones que quiso. Entre ellas, a decir del propio Martínez González, fue el auto robo que se registró en la campaña y de la cual, nunca presentó las denuncias penales por alrededor de tres millones de pesos que iban destinados a los operadores políticos. Sólo lo decía en “cortó”, pero no se reflejó en una denuncia penal en la Fiscalía. Por ello, también está involucrado en ese ilícito una vez que ya no está.
Por ello, y pese a las diferencias y confrontaciones que tuvo Alberto Martínez con casi todos los grupos de líderes de lo que queda del PRI, el principal problema que tuvo insisto, fue su dirigente nacional, Alejandro Moreno, porque le jugó chueco e incluso, operó en su contra días antes de la elección en Morelos. Solo recordar que los datos están bien registrados y en mayúsculas de los personajes que intentaron frenar la llegada al partido del ex gobernador de Campeche por una sencilla razón, Jonathan Márquez, ex candidato a diputado local del distrito V con cabecera en Temixco, es el secretario adjunto de famoso “Alito”, y además es quien decide la entrada y salida de los priistas morelenses en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional. Por ello, la suerte de La Pave estaba ya escrita y solo se trató de cuestión de tiempo. Si no se pone las pilas, hasta en un perseguido político del tricolor se convertirá y con muchas posibilidades de acompañar a su suegra en el penal aunque este pudiera ser en Atlachaloaya si llegan a detectar desfalcos financieros en el PRI.
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