Bohío
En opinión de Carlos Morales Cuevas
Recargando el mentón sobre las palmas de las manos,
apoyando los codos sobre el viento,
un árbol nos observa.
Mis ojos
se escurren por cada uno de tus poros,
laberinto por el que ando a salto de mata,
flor de lis,
síncope en el corazón,
relente silencio de extraviados años.
Hay un cadáver que duerme a nuestra siniestra;
el viento lo abraza para mantenerlo en pie.
Polvo de aullidos sobre el mar,
murallas de ámbar que guardan la ciudad.
En este bohío,
escorzo de tu piel sobre un maremoto añejo,
esfinges de alcohol,
y el crujir de una mirada al hacerse pedazos.