Observador político - La cancha no es lugar para los agresores

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político - La cancha no es lugar para los agresores

Mientras Chiapas sigue siendo uno de los estados con mayores índices de violencia contra las mujeres, resulta alarmante -y profundamente ofensivo- que se pretenda legitimar con eventos públicos a figuras como Cuauhtémoc Blanco Bravo. El exfutbolista, exgobernador de Morelos y hoy diputado federal por Morena, que ha sido señalado por ejercer violencia política de género contra la diputada Juanita Guerra, y acusado por su propia media hermana de intento de violación. Y esa acción, se debería de replicar en Morelos y otros estados donde goza de toda impunidad por el cuestionado cargo de representante popular que logró para no ser detenido.

EL CUAUH ES VIOLENTADOR OFICIAL.- Y no, no es un ningún rumor ni un simple señalamiento, ya que figura en el Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género.

De ahí que diversas organizaciones feministas de Chiapas han manifestado un rechazo contundente ante su participación en un evento deportivo convocado para el 27 de septiembre en el estadio Víctor Manuel Reyna, organizado en colaboración con el club Jaguares de Chiapas, entre las que se encuentran: Voces Feministas, Colectiva Florinda Lazos, Asamblea de Mujeres Tuxtla, Red de Abogadas Feministas, Colectiva Brujas, la Red de Psicoanalistas y Psicólogas Feministas, la Fundación Carla Velasco y muchas más. Todas coinciden en una exigencia clara: Ni Chiapas ni ningún otro estado y menos Morelos, deben ser las plataforma para la impunidad ni para blanquear el historial de agresores.

¿En qué momento se volvió aceptable que una figura pública sancionada por violencia de género sea invitada a espacios públicos que pretenden fomentar valores, comunidad y deporte? ¿Por qué seguimos normalizando la presencia de agresores en la vida política y pública del país?

El mensaje que se transmite con este tipo de eventos no es neutral ni inocente. Y es que, mientras en este país se asesinan y agreden a mujeres con impunidad, convocar a Cuauhtémoc Blanco como si fuera un “modelo a seguir” es una burla para todas las mujeres que han alzado la voz y han sido silenciadas por el poder político y económico.

Las organizaciones feministas han sido enfáticas: no se trata solo de un rechazo simbólico, sino de una exigencia ética y política, más aún cuando Chiapas, un estado históricamente atravesado por desigualdades y violencias estructurales, no puede permitirse seguir siendo cómplice del pacto entre el poder y los agresores. Mucho menos el club Jaguares de Chiapas, que debería defender los valores del deporte, la equidad y el respeto a los derechos humanos.

No se puede construir un país justo mientras se sigue premiando a quienes han violentado a las mujeres desde el privilegio del poder y la impunidad; basta ya de blanquear la imagen de políticos sancionados. Basta ya de enviar mensajes de que nuestras vidas y nuestras luchas no importan.

Porque no es solo Cuauhtémoc Blanco: es todo un sistema que sigue pactando con quienes deberían estar rindiendo cuentas, no firmando autógrafos.

NISSAN Y SU LÓGICA DE MERCADO.- Los días transcurren y la cruda realidad no logra ser asimilada por las familias de los miles de personas que se quedarán sin su empleo en breve tiempo, luego del reciente anuncio del cierre de la planta de Nissan en Jiutepec, ha sido recibido con declaraciones de preocupación, reuniones de emergencia y promesas de reactivación económica. Pero la realidad es mucho más cruda y reveladora: no estamos ante una crisis aislada, sino ante otra expresión brutal de una lógica capitalista de la empresa nipona que puso las ganancias por encima de la base trabajadora.

La decisión fue tomada -como siempre- lejos de las comunidades afectadas, es decir, fue desde Japón, como si eso bastara para justificar que más de 2,400 familias pierdan su sustento directo, sin contar las decenas de negocios locales que dependían indirectamente de la planta: fondas, transportistas, tienditas de barrio, servicios técnicos.

La única realidad es que el capital no tiene patria, pero sí preferencias y mientras Morelos resulta afectado, Aguascalientes se beneficiará ahora de los empleos y las inversiones que abandonan al estado, porque en la lógica empresarial, la “eficiencia” vale más que los compromisos comunitarios. No importa si una región queda hundida mientras otra florece. Importa producir más por menos, esta es la lógica que nos está desangrando como país.

Desde el gobierno estatal, la reacción ha sido de inmediato por parte de la gobernadora Margarita González Saravia de gestionar alternativas de solución ante su amiga, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo para tratar de evitar que esta crisis afecte en la medida de lo posible al estado.

Entre las acciones inmediatas Margarita González Saravia ofrece terrenos públicos para atraer nuevas empresas Y un dato positivo es la buena relación de la gobernadora Margarita González con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum y eso puede traer grandes beneficios para impulsar proyectos y programas de desarrollo federal en la entidad y contrarrestar este golpe severo a la economía popular.

HERIDA ABIERTA.- Hay que recordar que por más de seis décadas, la planta de Nissan CIVAC en Jiutepec, fue un símbolo del proceso de industrialización y del modelo de desarrollo impulsado desde fuera hacia dentro, incluso, fue motivo de orgullo nacional: la primera planta de Nissan fuera de Japón, instalada en 1966, donde se ensamblaron íconos populares como el Tsuru, el Tiida o la NP300.

Hoy, ese orgullo se ha tornado en incertidumbre, rabia contenida y un futuro incierto para más de 4 mil trabajadores, debido a que la planta cierra sus puertas, y con ella se apaga una historia industrial que marcó a generaciones enteras de familias morelenses.

Lo que antes fue una de las plantas más importantes para la marca, hoy apenas representaba el 11% de la producción nacional y en lugar de invertir en modernización, optaron por el camino más fácil: cerrar. No porque no hubiera capacidad, sino porque era más rentable trasladar la operación a Aguascalientes, donde las condiciones laborales son, a conveniencia empresarial, más “eficientes”.

Ahora, los trabajadores pelean por una liquidación del 150%, lo que evidencia el reflejo de un modelo económico en el que el capital multinacional opera sin responsabilidad social, sin arraigo territorial, y sin ningún compromiso más allá de sus accionistas, por lo que en este modelo, los sindicatos son tolerados siempre y cuando no incomoden demasiado, y las “conquistas laborales” son vistas como obstáculos a la competitividad.

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