A Nivel Banqueta - Cuernavaca, una ciudad en quiebra
En opinión de Francisco Valverde Prado
¿Cuántas veces hemos escuchado que nuestra ciudad está en quiebra? Llevamos alrededor de 12 años escuchando la misma cantaleta; sin embargo, el ayuntamiento continúa siendo una fábrica de nuevos ricos. Yo les preguntaría: ¿quién de los últimos cuatro presidentes municipales de La Eterna Primavera dejó el cargo en pobreza extrema?
Hablar del municipio de Cuernavaca es hablar de un gobierno pobre con funcionarios millonarios, el principal problema: la méndiga corrupción. La basura continúa siendo un jugoso botín, la entrega de licencias y permisos la mejor oportunidad de matarse el hambre y las distintas obras -por pequeñas que sean- una forma de morder el presupuesto. No nos confundamos, Cuernavaca sí está en quiebra, pero como el resultado de una urbe a la que se le saquea y roba permanentemente.
¿Alguien ha escuchado que se esté buscando cómo disminuir el presupuesto asignado para la recolección de la basura? Eso nunca sucederá a pesar de ser extremadamente caro y por una sencilla razón: son muchos los salpicados. Entre jóvenes regidores, el alcalde y un puñado más de impresentables, hacen de nuestros desechos, un negocio millonario.
A pocos meses de tener un cambio de gobierno en la capital del estado de Morelos, ya empezamos a escuchar -un vez más- que la ciudad está quebrada y no hay dinero para nada. Yo pregunto: ¿qué no sabían en lo que se metían o es una forma anticipada de decirnos que nada bueno pasará? Primer propuesta: reduzcan el costo por servicio de recolección de residuos y sabremos que en la nueva administración, van en serio. ¿Cuánto? Un ahorro de por lo menos el cuarenta por ciento es posible. Actualmente se gastan alrededor de veinticuatro millones de pesos en mantener nuestra ciudad semi limpia. ¿Se imaginan si mensualmente ahorráramos alrededor de diez millones de pesos? ¿Cuántos kilómetros de banquetas podríamos construir con tan significativo ahorro?
En un segundo esfuerzo, con imaginación y creatividad se puede lograr transformar a Cuernavaca. ¿Qué tal reordenar toda la imagen urbana de nuestra ciudad? No me refiero a una limitada y mediocre pinta de guarniciones y muros con horrendos colores. Me refiero a un verdadero proyecto de rescate de nuestros espacios públicos. Remoción de fierros, tubos y postes que invaden nuestras insípidas banquetas, construcción de aceras en las que dos personas puedan caminar a la par de forma cómoda y segura. También, el retiro de letreros que han hecho de Cuernavaca una ciudad visualmente contaminada. La creación de senderos en camellones y zonas naturalmente protegidas es una oportunidad latente y bajo nuestro alcance. Ninguna propuesta es viable y menos duradera si no se estrechan lazos entre autoridad y vecinos. No grupos captados o agradecidos aplaudidores, me refiero a ciudadanos de verdad, de carne y hueso, interesados en una Cuernavaca que brille por sus atractivos de ciudad.
En ocasiones, no tener recursos es una excelente manera de apostarle a lo más importante: a la imaginación. Sí, no hay recursos para los que imaginan obras millonarias con la cuales seguir lucrando que dicho sea de paso, no siempre han resultado lo más positivo para nuestra ciudad, Cuernavaca. Para muestra, el puente más escupido en la historia moderna La Eterna Primavera: el distribuidor vial Emiliano Zapata. Una obra que no cabía, no se necesitaba y pensada como negocio pero no como una solución correcta para nuestros espacios de convivencia.
Mucho es lo que se puede hacer en beneficio de la ciudad si en verdad es lo que se busca. Esperamos de todo corazón que la nueva administración no sea un gobierno más de nuevos ricos emanados de una ciudad en quiebra financiera, moral y cultural.
No más excusas, después de tomar protesta no se vale continuar echando culpas con la eterna cantaleta: nos dejaron a una Cuernavaca sin dinero y mucho peor de lo que pensábamos. De ser así: ¿para qué buscaron gobernarnos?
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