Vergonzosa, la postura del líder estatal tricolor
En opinión de Alan Barajas
Es un tramposo, un usurpador y él lo sabe. Jonathan Márquez Godínez, líder estatal del PRI en Morelos, se encuentra en el ojo del huracán al buscar aferrarse a una diputación plurinominal de manera polémica. Sus intentos, basados en una falsa adscripción indígena fueron frustrados por el Impepac, que lo desplazó en favor de Eleonor Martínez Gómez debido a su gestión controvertida al frente del partido tricolor.
Está escupiendo para arriba. Las decisiones erróneas y el trato despectivo de Márquez hacia los integrantes del comité directivo estatal han debilitado al PRI, relegándolo a la sexta posición entre los partidos políticos en Morelos. Su sed insaciable de poder lo ha llevado a impugnar a su colega, desatando así un conflicto de género en el ámbito político.
Hay señalamientos de varias fuentes, sólidas, que destapan un entramado de sobornos millonarios a figuras influyentes como los magistrados del tribunal estatal electoral y la consejera presidenta del Impepac, Mireya Galli Jorda. Todo ello con el fin de desbancar a Eleonor Martínez de una diputación que reclama como suya, pasando por alto las normativas internas del partido.
Los caudales de dinero, según la información disponible prometidos por Márquez provienen de la campaña de Lucy Meza, a quien no brindó el respaldo debido. En lugar de apoyar a la candidata al gobierno de Morelos, Márquez desvió los fondos para consolidar su propio poder político, omitiendo el apoyo publicitario esencial para la contienda.
Pero parece que se acabó su suerte. La frustración de no lograr la diputación plurinominal anhelada y las ambiciones desenfrenadas de Márquez podrían significar el fin de su trayectoria política en Morelos, representando un punto de no retorno si no consigue éxito en sus tácticas políticas actuales. Si se imponen la razón y la ley, así será.