Un capricho muy caro

En opinión de José Román

Un capricho muy caro

¿El presidente se salió con la suya y el pueblo deberá pagar una consulta que sólo es de su interés y el de su partido?

Si, desgraciadamente. Es obvio que se carece de interés generalizado para remover al jefe de estado del cargo, pero su insistencia ha orillado al INE y a la propia Suprema Corte a llevar a cabo esta consulta, no importándoles a estas autoridades la enorme necesidad que la  población tiene de gastar ese dinero en compra de medicamente o en construcción de hospitales o como primer caso urgente de la sociedad Mexicana, en la compra de Armas más sofisticadas para combatir el flagelo de la delincuencia que nos consume en todo lo ancho de la nación.

En sí el hecho de consultar es un pleonasmo jurídico y una contradicción inoportuna por los tiempos que vivimos. Digo pleonasmo porque, ¿Si AMLO fue elegido para 6 años, que objeto tiene consultar a un pueblo que ya dio su aprobación y determinó los tiempos que debe durar en el encargo? ¿Consultar lo que ya se consultó hace poco más de tres años, cuando lo elegimos? Y luego, ¿gastarse un dineral para consultar lo que ya consultamos? Absurdo. Pero, en fin, la falta de sensibilidad del jefe del ejecutivo para gastar de forma prudente y optima los recursos que le hacemos llegar al gobierno mediante impuestos solo nos empobrece y nos hace carecer aún más de lo elemental, como recursos para combatir la delincuencia o bien para los medicamentos que como prestación a la sociedad el gobierno debe dar a los ciudadanos y sus familias.

Ir a votar es un absurdo, una perdedera de tiempo en algo que la mayoría inmensa de la sociedad no está solicitando. El resultado, sin que se condene a eso será una gran cantidad de gente que pudiendo votar, seguramente no irá porque no mira en peligro la estancia del presidente en el poder o que esa consulta sea realmente para quitar al presidente y porque dentro de las olas de opinión que se mira en las redes, no hay interés en términos generales de retirarle el mandato.

El partido político del presidente seguramente seguirá en campaña pidiendo lo mismo, pero ante la falta verdadera de un riego para el ejecutivo de que se le retire del cargo, es un hecho que una parte de sus mismos seguidores no asistirán a votar. ¿Para que tendrían que ir a votar, si en términos generales no se desea que se retire?

Pero hay otro problema, las formas y el fondo. La formalidad está en entredicha porque al no establecerse el número de casillas para votar que la propia Ley Electoral señala y la Constitución define, esta consulta será legalmente atacable y obviamente de forma razonable las autoridades respectivas en su momento, si se presenta el recurso, tendrán que declararla inválida la consulta por no reunir los requisitos de formalidad que se requiere en este caso como son el número de casillas que seguramente faltarán o no se ubicarán donde normalmente se establecen.

El fondo será el otro dilema que se va evidenciar: Muchos ciudadanos no tendrán oportunidad o les será muy difícil ir a votar cuando sus casillas han cambiado y le lejanía les estropeará el día, por lo que viendo que no hay un peligro para el presidente y quien sabe en que casillas los reubicaron y que para eso hay que investigar, seguro optarán por no ir.

Es una lástima ver como nuestros recursos se desperdician y como se ha colocado al INE entre la espada y la pared. Cumplirá el INE obviamente al limite de sus capacidades, y es un hecho que el presidente ante lo obvio de un fracaso, buscará culparlos, sin entender siquiera que la culpa es del propio ejecutivo que pudo junto con su partido, promover la cancelación de una consulta inútil, todo por complacer el capricho de un presidente que gobierna con demagogia y sin estrategia definida.