Crisis. ¿Quién paga las consecuencias en Morelos?
En opinión de José María Román Román
Lo que se mira venir de acuerdo al historial del virus covid-19 que da la vuelta al mundo será al menos temporalmente, desempleo, cierre de negocios, problemas muy serios de salud pública. Con el dólar a la alza, bajos precios del petróleo, desarticulado el seguro popular y deshecho y sin rumbo el Insabi, crisis de seguridad, deuda externa mayor a 450 mil millones de dólares, ¿Está preparada la república para el evento?, ¿lo está el estado de Morelos? No, desgraciadamente.
Ni legal, ni materialmente tenemos las condiciones para enfrentar lo que no conocíamos, pero que por lo que otras naciones han vivido, pudimos aprovechar y no lo practicamos. El primer problema si se complican las cosas es de quién pagará la nómina de los empleados que por obvias razones de seguridad no deberán laborar en las fábricas ni en el comercio y menos aún en los servicios. Es decir, la economía se va a detener temporalmente y en una gran parte de los sectores productivos. No se puede porque no suena congruente ni lógico pedir que sean los empresarios los que absorban sueldos sin que los negocios generen esta riqueza para poderla distribuir entre los trabajadores porque serán las mismas empresas víctimas de las circunstancias de un evento para el cual no están preparadas. Es decir, no se formó un fondo con esa finalidad.
Pero tampoco es justo dejar sin salarios a los trabajadores cuando por causas ajenas a su voluntad, les es imposible trabajar, es más, cuando incluso resulta peligroso para su salud y su vida el ir a laborar. El IMSS tampoco podrá dar una incapacidad porque no es el caso, esto es, no hay un evento que lo justifique (no hay incapacidad) ni finanzas que lo resistan, luego entonces, ¿quién deberá absorber los gastos ya sea total o parcialmente en una crisis que se mira venir?
La congruencia, al menos en Morelos, me dice que bien puede ser el gobierno estatal o el federal, porque ambos reciben dinero y beneficios de los patrones y de los trabajadores vía impuestos. Más claro, de primer orden deberá ser si es que los legisladores analizan las causas y los efectos, el estado de Morelos quien cargue con una gran parte de esa obligación porque es el estado el que recibe de todos los patrones Morelenses el impuesto a la nómina que puntualmente lo cobra desde tiempos del ingrato y pérfido Graco y que a la fecha, no ha quedado claro en dónde está ese recurso social de aportación laboral que es en esencia a cargo de los empresarios, como siempre.
Es hora ya de recuperar la congruencia y que el estado asuma su responsabilidad porque no veo jurídicamente como inculcarle esa obligación a los trabajadores, menos a los patrones cuando la hipótesis no está establecida en ninguna norma legal y en un estado de derecho, nada puede ser retroactivo en perjuicio, luego entonces queda el gobierno federal y el estatal como depositarios de esa obligación. Desde luego, si en el gobierno federal se les da por regalar dinero a los jóvenes a cambio de nada y que además no producen ni estudian, con más razón deben regalar a los trabajadores y patrones que si producen y trabajan.
En Europa, Italia, por ejemplo, el estado se preparó ante la crisis por venir y aun así los tomó desprevenidos: se arman despensas que el estado proporciona para para proveer de alimentos a las familias donde la catorcena se ha establecido como obligatoria. En España el estado asumió parcialmente el pago de nómina de los trabajadores y flexibilizó las normas en materia de arrendamiento y pago de hipotecas para facilitar que las pequeñas empresas no quiebren y puedan sobrevivir a la crisis.
En Estados Unidos, nuestro socio, anunció el Presidente Trump que se proporcionarán hasta 2 mil dólares por persona o familia a fin de auxiliarlos en razón de que dejarán de percibir su sueldo cuando la crisis detone. También han incursionado en un programa de créditos sin intereses y de apoyos financieros a los pequeños y medianos patrones a fin de sostenerlos a ellos y sus familias así como a sus negocios. Aun cuando la crisis no detona en su total dimensión, la discusión y aprobaciones ante lo inevitable, ya se anunció.
Aquí, no pasa nada, no hay nada, no hay ni proyectos ni planes concretos para enfrentar la crisis. Tenemos por desgracia un AMLO que recomienda como solución ante la pandemia amuletos y entre ellos un billete de dos dólares como remedio para enfrentar la gravedad de la situación por venir. El Cuauh aquí ni se aparece, y como fantasma en tiempo de semana santa, se desliza discreto sin decir esta boca es mía.
Bueno, pero menos mal, AMLO ya dio una solución típicamente macabra cuando en su mañanera de antier vociferó el conjuro diciendo que se resolvía el problema de salud con un: “detente enemigo, el corazón de Jesús está conmigo”, no aclaró si se refería a Jesús Valverde, el de los narcos, conste. Pero podríamos agregar a su amuleto el ya famoso conjuro del ¡Fuchi, huácala! Y seguro que con eso, el virus covid-19 nos hace los mandados. ¡Ya la hicimos!...hasta podríamos exportar la solución a otros países y obtener divisas por tan sacrosanta solución Pejeniana.