Serpientes y escaleras - El senador favorito

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - El senador favorito

 

Se habla de sus presuntos vínculos con la delincuencia; también tiene influencia política.

 

El senador favorito

Hace unas semanas Héctor de Mauleón dedicó su columna en El Universal a un representante popular morelense; “El senador favorito de la delincuencia” tituló la columna en donde recreó algunos episodios delictivos relacionados con el priísta. Desde hace tiempo se escuchan voces que vinculan a este personaje con grupos criminales y hay incluso quienes aseguran que existen pruebas de tales ligas, pero hasta el momento todo ha quedado en especulaciones. Lo tangible por ahora es la fuerza política que ha ganado Ángel García Yáñez.

Al senador priísta se le puede observar desde diferentes ángulos. Uno sin duda es el que a últimas fechas ha predominado en la opinión pública, el que sobre supuestos vínculos con grupos criminales y la detención de presuntos delincuentes identificados como sus colaboradores. En este plano se pueden incluir también las agresiones de que ha sido objeto el representante popular y hasta los operativos rutinarios que el personaje califica como una persecución en su contra.

El gobernador es uno de los que ha puesto el dedo en la llaga al deslizar comentarios que apuntalan dicha hipótesis; son diversas expresiones en público y en privado que atizan el fuego en contra del senador y provocan que ente ambas figuras de la vida pública exista un enfrentamiento que ya no es político, sino personal. Para nadie es secreto que entre Cuauhtémoc Blanco y Ángel García Yáñez existe una mala relación al grado de que el segundo ha pedido varias veces la renuncia del mandatario desde la alta tribuna del senado de la república.

Pero aunque abundan los comentarios respecto a las supuestas relaciones peligrosas de García Yáñez, hasta el momento ninguna autoridad se ha atrevido a confirmar nada, ni siquiera hay querido opinar cuando se hacen públicas historias como las publicadas en El Universal por Héctor De Mauleón. Ni la federación ni el estado hablan de eso, evaden el tema y solo en algunos casos comentan, pero siempre de manera extraoficial.

Sin embargo frente a esta faceta del senador hay otra que también es pública, es visible y sumamente importante, sobre todo en estos tiempos. Más allá de las acusaciones de las que es objeto, Ángel García Yáñez ha construido un sólido frente político multipartidista de cara a las elecciones del 2021 y 2024. En medio de las historias delictivas, aparece también el perfil político de un hombre que llegó al senado por la vía del voto directo, siendo el único candidato del desaparecido partido Nueva Alianza que logró esta hazaña en todo el país.

Nadie ha podido probar hasta ahora que García Yáñez tiene vínculos con la delincuencia, pero en el círculo rojo todos saben que mueve al menos a 18 alcaldes morelenses de diversos partidos. Cada lunes un nutrido grupo de ediles y personajes sociales y políticos de todos colores acuden a una comida que gira en torno al senador y apunta al proceso electoral del 2021. Ahí llegan actores de la vida pública en activo, lo mismo que aspirantes a todas las posiciones en disputa; todos ellos se reúnen, dialogan y cada semana cierran filas en torno a su líder.

Esa otra parte del perfil del senador priísta (se sumó a esa bancada tricolor al desaparecer Nueva Alianza) pocos la han observado, pero ahí está, se mueve y crece cada día. De alguna forma García Yáñez ha sumado ha convencido a un número importante de presidentes municipales y a muchos regidores, se rodea de aspirantes a distintos cargos de elección popular, ha convocado a figuras que en el pasado reciente estaban cerca del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo y a diversos actores de la vida pública que se mueven con un perfil ciudadano, como José Luis Urióstegui Salgado.

La estrategia del senador es simple: quiere ser gobernador. Lo interesante es que esa meta ya no es solo suya, la comparten todos los que se mueven él; el camino para lograrlo comienza desde ahora, construyendo un andamiaje político en el que participen los que están en su movimiento, compitiendo desde diferentes plataformas y con un objetivo inmediato en común: remover del cargo al gobernador Cuauhtémoc Blanco.

En el pasado reciente el senador intentó formar dos partidos nacionales y no lo logro, pero nunca dejó de participar en el PRI; hoy encabeza un movimiento político que debe observarse con atención porque en él intervienen figuras con alta rentabilidad electoral de distintos partidos, como el alcalde Agustín Alonso de Morena; también porque la mezcla de personajes multicolores da vida a una de las estructuras electorales más grandes y fuertes del estado.

Por su cargo actual Ángel García Yáñez no participará directamente en la elección del 2021, pero está metido de lleno en el proceso electoral desde hace varios meses. Las reuniones semanales con alcaldes y actores políticos no son de entretenimiento, sino de estrategia y suma permanente de voluntades.

El legislador se ha ganado un reconocimiento inusual entre muchos miembros de la vida pública que andaban solos porque no reconocían otro liderazgo que no fuera el suyo; hoy García Yáñez los tiene de su lado y aprovecha el enfado contra el gobernador para engrosar las filas de su movimiento y tener puertas abiertas en todos los partidos.

Hace unas semanas Héctor De Mauleón escribía sobre este político, lo describía como el senador favorito de la delincuencia por diversos hechos delictivos en los que indirectamente estaba relacionado, pero podemos decir también que Ángel García Yáñez se ha convertido en el senador favorito de los políticos morelenses, en el sujeto alrededor del cuál muchos se están uniendo y al cual no solo le ven posibilidades de competir por la gubernatura en el 2024, también lo observan como en único con el carácter y la determinación para enfrentar al gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.

En todas las buenas historias políticas siempre existen un héroe y un villano; en el sexenio pasado el malo era Graco Ramírez y el redentor fue Cuauhtémoc Blanco. Hoy los roles son diferentes igual que las circunstancias; no hay un héroe ni un villano definido, pero sí existe un duelo personal entre el gobernador y el senador que tomará como campo de batalla las elecciones del 2021.

El tiempo dirá quién es el héroe y quién el villano de esta historia.

  • posdata

Sonrientes, sin ningún tipo de remordimiento social y presumiendo que fueron la legislatura más productiva de la historia de Morelos aparecieron varios exdiputados locales presentando un nuevo partido político: Morelos Progresa.

Ahí estaban entre otros José Manuel Tablas Pimentel, Silvia Irra Marín, Edwin Brito, Julio Espín y Enrique Laffite, además del ex director del Instituto de Fortalecimiento Municipal Francisco Velázquez Adán, beneficiario de una de las pensiones doradas y señalado por presuntos malos manejos en el Fondo de Reconstrucción Unidos por Morelos.

A todos ellos los une algo más que su paso por la 53 legislatura de Morelos: su entreguismo al gobierno de Graco Ramírez, la subordinación total que mostraron como legisladores al hijastro incómodo del régimen Rodrigo Gayosso Cepeda y múltiples acusaciones de desvío de recursos y actos de corrupción.

En la presentación de su nuevo partido el legislador Tablas dijo que buscan construir algo diferente para el estado y reconceptualizar la forma de hacer política en favor de la ciudadanía. Así lo dijo uno de los hijos pródigos del graquismo rampante.

Lo que no dijo Tablas es que muchos de los problemas que hoy enfrenta la entidad tienen que ver con su actuación como representantes populares, su sometimiento a los intereses de Graco Ramírez, su aval a la contratación de créditos multimillonarios que endeudaron a Morelos, los cambios que muchas veces hicieron de madrugada y a escondidas a las leyes y a la constitución para favorecer a la familia del tabasqueño y los negocios que avalaron al ejecutivo a costa de las instituciones.

Todo esto sin contar con la personalidad de dicha legislatura: arrogantes con la ciudadanía y sumisos con el poder del ejecutivo, insensibles a los problemas sociales y persecutores de los enemigos del graquismo, ausentes de sus espacios de representación popular, pero siempre presentes en las mesas donde el hijastro del gobernador repartía el dinero.

A pesar de los muchos yerros que ha cometido la legislatura 54, la anterior sigue siendo la peor que ha habido en la historia de Morelos; la productividad referida por el diputado Tablas se puede medir en los miles de millones de pesos que entregaron a Graco Ramírez en forma de préstamos a cargo del estado, los fideicomisos y los contratos que enriquecieron al gobernador, a su familia y por supuesto a casi todos los miembros de ese parlamento.

Hoy los graquistas vienen de regreso en busca del voto, lo hacen a través de un partido nuevo conformado por los mismos de siempre, que presume una nueva forma de hacer política con los personajes que pervirtieron al máximo la representatividad popular; suponen que los ciudadanos son tan estúpidos como para olvidar lo que ellos hicieron hace apenas tres años.

Estamos frente a un partido de ladrones que dicen que no son ladrones.

  • nota

No hay forma que sea diferente: la conformación de la próxima legislatura de Morelos será adversa a los intereses del gobernador Cuauhtémoc Blanco. Todo indica que nuevamente Morena será primera fuerza y tendrá el mayor número de representantes populares en el parlamento local, pero incluso en ese escenario quienes estarán en una curul llegarán con un ánimo de desquite con el gobernador.

En el caso de los otros partidos es probable que su representación parlamentaria aumente un poco, principalmente en lo que respecta al PRI y al PAN; ninguno de los dos tendrá mayoría, pero sumados y junto a los representantes de otras fuerzas serán un fuerte y permanentemente dolor de cabeza para el ejecutivo estatal.

Veámoslo de esta manera: la legislatura actual inició con 18 diputados alineados al proyecto político de Cuauhtémoc Blanco y con un bloque mayoritario de diputados del Movimiento de Regeneración Nacional; en unas semanas eso cambió y los aliados del ex seleccionado nacional se convirtieron en sus enemigos: impidieron la remoción de los fiscales, le frenaron la ley de ingresos y lo acusaron de múltiples cosas. Morena se desdibujó, se quedó sin fuerza legislativa y perdió a varios de sus miembros.

Hoy el control de la cámara lo tiene el PES a través del diputado Alfonso Sotelo; la operación del diputado Ponchito ha permitido darle cierta estabilidad al convulsionado andar de la legislatura, pero aún así no han podido sacar todos los temas que ha pedido el gobernador Cuauhtémoc Blanco.

En un par de meses, cuando comiencen las precampañas, las cosas comenzarán a cambiar y empezará a reescribirse una vez más la historia del congreso; pase lo que pase la situación cambiará y la mayoría de quienes hoy forman parte del parlamento se irán y serán olvidados; ningún motivo habrá para recordarlos, excepto por los conflictos en los que ellos mismos se metieron.

La legislatura 55 de Morelos será distinta a la actual, con otros intereses y personajes que seguramente tendrán más experiencia y capacidad que los actuales; lo peligroso para el gobernador es que en ese nuevo congreso habrá muchos diputados decididos a enjuiciarlo e investigar el manejo legal y financiero de su administración.

¿A quién encargará Cuauhtémoc Blanco la operación política del siguiente congreso?

  • post it

Solo para el anecdotario: todos los alcaldes alineados al proyecto político de Ángel García Yáñez votaron en contra de la reforma política aprobada en junio pasado por el congreso del estado; fueron ellos quienes echaron abajo los cambios constitucionales.

Ese es el control que trae el senador sobre los presidentes municipales.

  • redes sociales

El gobierno de Cuernavaca comenzó el despido de cientos de trabajadores como parte de la reestructura financiera que se lleva a cabo para salvar al municipio del colapso económico. Las deudas heredadas, los pasivos acumulados, la altísima carga laboral, la pandemia de covid y la caída en la recaudación son los elementos que orillaron al alcalde a tomar tan difícil decisión.

A propósito de la baja recaudación, según documentos oficiales del gobierno municipal los ingresos propios de Cuernavaca han disminuido apenas un cinco por ciento.

Ergo: la recaudación no se cayó como nos han dicho.

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