Repaso - ¿Interesa en el IEBEM la identidad nacional y estatal?

Hace unos días el gobierno del estado dio a conocer la integración de la Comisión para la Conmemoración de Hechos, Procesos y Personajes Históricos del Estado de Morelos, cuyo objetivo principal será “la organización y coordinación de las actividades del bicentenario de la consumación de la independencia nacional…”

La Comisión cuenta ya con un consejo asesor, integrado, afirman, por cronistas, académicos, sector empresarial y autoridades de los tres poderes del estado. Al acto realizado en Palacio de Gobierno, además de los consabidos funcionarios públicos, asistieron los rectores de las universidades públicas como la UAEM, UPEMOR, UTEZ y del Colegio de Morelos. En ese sentido se destacó también la participación de los cronistas Diego López Rivas, de Tlaltizapán; Francisco Ibarra Sedeño, de Jantetelco; Samuel Hernández Beltrán, de Cuautla y Jorge Ganem Guerra, de Cuernavaca.

Por cierto, entre otros cronistas causó extrañeza, cuando menos, que no se les haya invitado y algunos se atrevieron a afirmar que los funcionarios que nos gobiernan conocen muy poco el estado, de ahí que se haya integrado un consejo falto de representación.

Espero que esa Comisión no solamente se haya integrado para cumplir con el protocolo, como sucedió en el 2019, al integrar una comisión similar para los actos conmemorativos en Morelos del Centenario Luctuoso de Emiliano Zapata, en donde fui invitado, según por mi experiencia en cuestiones educativas. El asunto fue que después de la instalación, hasta donde estoy enterado, esa comisión nunca fue convocada y las actividades que se desarrollaron se hicieron de manera no consensuada con los presuntos especialistas. A lo mejor a alguno lo tomaron en cuenta, de acuerdo con la decisión de quienes organizaban o impulsaban determinado evento.

En fin. siempre he afirmado que es la educación de los niños, adolescentes y jóvenes, un ámbito fundamental para fomentar la identidad de los seres humanos, por cuanto a su sentido de pertenencia, su arraigo, su apego a una cultura en concreto, a una forma de ser colectiva, determinada por el espacio y el tiempo en el que nos desenvolvemos.

Y lo seguiré afirmando, sobre todo por el desinterés de las autoridades educativas, pues tengo la impresión que, precisamente en aspectos de valoración del patrimonio cultural y natural de nuestra bella entidad, poco o nada impulsan. Se mantienen oprobiosamente al margen. O el secretario de Educación, Luis Arturo Cornejo Alatorre, ¿ya tiene algún proyecto? A lo mejor Eliacín Salgado de la Paz, director general del IEBEM, está atento a lo que harán para recordar esos sucesos que le han dado un perfil histórico propio a los morelenses. Yo lo dudo. Es parcela que poco les ha interesado. De no ser por la creatividad e iniciativa de los docentes en sus respectivas escuelas, la memoria colectiva estaría a punto de desaparecer.

Veo que no hay timón y guías morales para impulsar el orgullo de ser mexicano y morelense. Ese papel lo cumplen por su cuenta algunos investigadores, historiadores y cronistas, sobre todo.

Lo lamentable de todo ello es el desdén gubernamental, por negligencia o ignorancia, respecto de la importancia de incidir en las conciencias de las nuevas generaciones.

Lo no morelense, según creo, no radica en haber nacido en este solar patrio, sino en restarle importancia a la memoria colectiva reflejada en sucesos relevantes, tradiciones, costumbres, etc.

Sería muy lamentable que ese desprecio hacia la identidad nacional y regional se mantuviera, como hasta ahora, permeando en los responsables de la educación en nuestra entidad federativa.

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