Repaso - ELIASIB POLANCO: NORMATIVIDAD DEL IEBEM

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso - ELIASIB POLANCO: NORMATIVIDAD DEL IEBEM

Me parece pertinente la iniciativa presentada hace algunos días por el diputado local Eliasib Polanco Saldívar, relacionada con algunas modificaciones al decreto que en 1992 dio vida al Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), Decreto que, por cierto, correspondió “defender” en el congreso al entonces director general Jaime Arau Granda.

 

Después de algunas participaciones de ciertos diputados de aquel tiempo, como Bernardino Vega Leana, Gumersindo Toledo Díaz, Alfredo Acevedo Muñoz y Óscar Sergio Hernández Benítez, que de ningún modo alteraron en lo general la propuesta que había sido enviada por las autoridades federales, el decreto fue aprobado de manera unánime.

 

A partir de entonces, el organismo descentralizado figuraría en el panorama educativo morelense y con ello vendrían los forcejeos de los diversos grupos de poder al interior del aparato educativo estatal, para intentar dirigirlo y consolidar las medidas que antes se habían implantado en congruencia con las directrices federales. Una de ellas, cómo olvidarlo, fue la supresión de diversas instituciones formadoras de docentes del nivel primario y los posteriores acomodos normalistas que fueron sucediéndose.

 

Si mal no recuerdo, los diferentes directores generales del IEBEM han sido Francisco Argüelles Vargas, Jaime Arau Granda, Julio Reyna Gutiérrez, Óscar Puig Hernández, Elsa Aguirre Bahena, Felipe Sedano Reynoso, öscar Montealegre Castillo, de cuyo antecesor no pude recordar su nombre; Aroldo Aguirre Wences, Marina Aragón Celis, Fernando Celerino Pacheco y Yaneli Fontes.

 

Durante esas gestiones, unas mejores y otras peores, el decreto de marras se mantuvo intacto, como si el servicio que debía prestar el IEBEM, de acuerdo con las circunstancias correspondientes no hubieran variado, como no varió la cultura del agandalle de quienes han dirigido a ese organismo, pues al margen del gobierno estatal imperante, la regla no escrita fue beneficiar a incondicionales. No es de extrañar que individuos que llegaron a puestos directivos, junto con sus colaboradores, algunos desvinculados originalmente de la prestación de ese servicio, al final de cuentas quedaron incrustados en el sector con plazas de todo tipo y nivel. En otras palabras, así las respectivas administraciones estuviesen pintadas con algún tono partidista partidista, ya fuese tricolor, blanquiazul o negriamarillo, no les fue nada mal a los que controlaron en su momento al IEBEM.

 

Ignoro si esa discrecionalidad histórica se limitaría con la iniciativa presentada por Eliasib Polanco. No lo creo, menos en la presente administración, en donde impera, frente a un gobernador inculto y desinteresado, el sesgo y las malas prácticas.

 

Sin embargo, insisto, considero que ya es necesaria una revisión del decreto correspondiente y espero que se aborden aspectos verdaderamente sustantivos, de modo que esas modificaciones sean pauta para poner el funcionamiento del IEBEM a la orden del día, siempre y cuando no queden en letra muerta.

A reserva de poder consultar íntegro el contenido de esas modificaciones, los puntos que resaltaron en un boletín informativo del Congreso del Estado, se prestan para un análisis de viabilidad seria y consistente.

 

Sobresalen asuntos incluidos, como los siguientes:  a. Protección del patrimonio institucional intangible (obviamente, resulta imprescindible mayor información para saber de qué se trata en este renglón), b. Actualización de la integración de la Junta de Gobierno, funciones, atribuciones, jerarquía administrativa, nombramientos (tema de la mayor relevancia, pues se supone que de ese colegiado se toman las mayores decisiones), c. El uso de medios electrónicos para llevar a cabo las sesiones de la Junta de Gobierno. 

 

Todo lo anterior, se sostiene, “hacen del decreto un instrumento renovado en favor de los educandos del estado de Morelos, conforme a las disposiciones constitucionales y legales en materia educativa”.

 

Mientras se somete a la revisión de las comisiones parlamentarias correspondientes, sería deseable que Polanco Saldívar socialice entre actores vinculados con la educación la esencia de los cambios que propone. Siempre someter una iniciativa a los puntos de vista de los ciudadanos resulta recomendable, aunque los asesores que le hay auxiliado en la elaboración de su propuesta sean experimentados y conocedores del tema.

 

De refilón

 

¿Y qué pasó con la Ley Estatal de Educación? Estuve enterado de varias iniciativas desde gestiones parlamentarias anteriores; algunas incluso fueron copias inmorales de otras aprobadas por otros rumbos. En la legislatura pasada, la entonces diputada Alejandra Flores, quien al final se hizo de la titularidad de la Comisión de Educación y Cultura, comentó que se estaba conformando una iniciativa de ley que considerase lo mejor de todas las que se habían sometido a estudio. Creo que todo ello quedó pendiente.

 

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