Yo tengo otros datos - Porfirio: una época dorada; Los baches: muchas manos

En opinión de Carlos A Galicia

Yo tengo otros datos - Porfirio: una época dorada; Los baches: muchas manos

Lo peor que le puede pasar a un gobierno es tener al interior, fuego amigo. Y eso es lo que está ocurriendo con Porfirio Muñoz Ledo. Él es un personaje con experiencia, trayectoria y oficio político como pocos políticos mexicanos. Fue candidato presidencial, candidato a gobernador por el Estado de Guanajuato, ha sido Diputado Federal, Senador, Secretario del Trabajo y de Educación, Presidente Nacional del PRI y del PRD, Embajador de México en la Unión Europea. Catedrático de la UNAM. Fue un excelente orador. Pero ante la disyuntiva de la clase política morenista de conservar el poder y de seguir fortaleciendo a sus cuadros, Muñoz Ledo se encuentra ante el desamparo de la figura presidencial, si bien he cierto que fue un factor de enlace y de soporte una vez que inicia el gobierno de la 4T. También ha sido un factor de incomodidad para quienes gobiernan y en particular para la nueva élite gobernante.

Desde un principio lo utilizaron para mediar con la oposición en el Congreso de la Unión, eligiéndolo Presidente de la mesa directiva, incluso tuvo sus tropiezos al principio de la legislatura con Gerardo Fernández Noroña, de igual manera tuvo problemas con Mario Delgado, dirigente de Morena, que llegó a criticarlo cuando fue funcionario en la Ciudad de México, en su momento también se confronto con Marcelo Ebrard.

Una vez que deja el cargo de presidente de la mesa, lo dejan suelto, al extremo de que la propia dirigencia del Partido Moreno no le otorga el aval para que se postule nuevamente como candidato a Diputado Federal. Lo tranquilizan con una supuesta encomienda, le prometen mandarlo de Embajador a la isla de Cuba, pero no le cumplen y finalmente se dedica a declarar en contra del gobierno y la figura del Presidente – AMLO, considerando que el Presidente AMLO tiene nexos con el Narcotráfico.

 A lo que el presidente le revira diciendo que sus palabras son consecuencia de su edad.

 Lo que es un hecho es que Porfirio Muñoz Ledo dejo de estar considerado para algún cargo por parte del Presidente de la República.         

Hay que considerar que los hombres son producto de su tiempo, algunos opinólogos consideran que ya paso su tiempo; lo que hoy está viviendo ya no es producto de su propia subjetividad, la realidad ya lo rebasó y ni cuenta se da, y tal vez tengan razón.

Porfirio, fue producto de un momento en el país, en el que había un sólo partido político, que era el   PRI.  Incluso él tuvo la oportunidad de conducirlo y de darle triunfos. Aunque es conveniente señalar que el sistema político mexicano estaba diseñado bajo un modelo autoritario, sumamente autoritario, había ciertos protocolos semidemocráticos, que lo único que lograban era legitimar las acciones del poder.

 En ese sentido, fue así como se formó Porfirio Muñoz Ledo, incluso hace algunos años era un hombre muy intolerante, no aceptaba la crítica ni mucho menos una postura contraria a sus ideas, porque de inmediato reaccionaba interrumpiendo al interlocutor.  En cuanto a su ideario es un político pragmático actúa de acuerdo a sus intereses.  Hoy puede estar con un partido, mañana con otro y así sucesivamente. Se vio muy claramente cuando participó en la designación de Vicente Fox, como presidente postulado por el PAN, partido antagónico por tradición del PRI, partido en el cual logro formarse políticamente. Algunos consideran que es un hombre de transformación y posiblemente si lo sea, logra hacer algunos cambios para seguir conservando el statu quo.

  Es un hombre que tiene muy acendrado en su alma el viejo estilo priista el cual invistió el sistema político mexicano. Al llegar la 4T, seguramente pensó que él sería una especie de caudillo, en el que los demás miembros del gobierno, incluso el propio presidente lo consultaría, lo buscarían para pedirle su opinión. Se convertiría en una especie de santón. Pero la realidad y el tiempo nos dice que no. Que es un hombre que dejo de estar presente en la toma de decisiones.

 Oportunas.

 No estaría mal que de vez en cuando se dieran una vuelta los titulares de algunas dependencias para checar que es lo que hacen sus subordinados, simplemente para saber que están haciendo y cómo lo están realizando. Porque no es posible que para tapar un bache estén trabajando ocho hombres. Como que son demasiados, ¿no creen?