Repaso - Blanca Nieves Sánchez Arano: ¿qué le pasó?

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso - Blanca Nieves Sánchez Arano: ¿qué le pasó?

Mal le fue a la diputada local aliancista Blanca Nieves Sánchez Arano, durante la pasada comparecencia del director general del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), Eliacín Salgado de la Paz. Mal le ha ido desde antes, al perder la presidencia de la Comisión de Educación y Cultura, hoy en manos de su homóloga Alejandra Flores, en virtud de los forcejeos internos que los legisladores actuales han tenido.

En un video que circuló profusamente, se aprecia el reclamo airado de un grupo de jubilados en contra de Blanca Nieves. Lo menos que le dijeron es traidora, supongo que por su ausencia de compromiso para sumarse a los reclamos por el pago de la prima de antigüedad. O por su desapego aparente a toda clase de asunto relacionado con la educación, según la señalan otros docentes.

¿Qué le pasó a Sánchez Arano? La recuerdo combativa durante aquel movimiento magisterial en contra de la Alianza por la Calidad Educativa (ACE), defendido desde México por Elba Esther Gordillo Morales cuando fue presidente Felipe Calderón. Me parece que estaba adscrita a la Secundaria General 8 de Ocotepec. Junto con Nicanor Pérez Reynoso, fue vocera del Movimiento Magisterial de Bases, lo que implicaba un reconocimiento a su defensa por los que protestaban los miles de docentes que se sumaron a ese movimiento reivindicatorio.

Después fue incorporada con alguna cartera al Comité Directivo de la Sección 19, desde donde se le seleccionó para contender por una diputación plurinominal. Evidentemente, tenía la curul asegurada, pues por lo general, como sucedió, el porcentaje de votación del Partido Nueva Alianza en Morelos siempre le ha alcanzado para una representación popular de esa naturaleza.

Salida de un movimiento surgido a partir de la inconformidad de las bases, se supondría que, siendo ya diputada local, Blanca Nieves asumiría convencida el apoyo a las exigencias del colectivo docente. Pero todo indica que no fue así. Incluso, se le aprecia completamente distanciada de la Sección 19 del SNTE que lidera Gabriela Bañón Estrada, con quien de plano está distanciada.

Con todo lo anterior, me parece que el caso de Blanca Nieves Sánchez Arano es prototípico de la indeseable metamorfosis de docentes que empiezan a saborear las mieles del poder sindical y luego las del poder público o de representación popular, de modo que a la vuelta de la esquina se aprecia su negación de lo que antes fueron y defendieron, a cambio de los sueldos onerosos que reciben y de su participación en componendas de toda índole, como generalmente sucede en el Poder Legislativo local.

Desafortunadamente no sólo será Sánchez Arano. Aquí puedo citar a otros más salidos de la Sección 19, cuyo paso por el poder público y político sólo fue para beneficiarse personalmente o para beneficiar a los suyos.

Por todo lo anterior ¿está justificada la reacción de los jubilados en contra de la diputada aliancista? La respuesta la dejo para aquellos que siguen observando su desempeño, a poco más de un año, de entrar en funciones.

Lo que no creo que debe soslayarse, es el papel que allí, y quizá en otros ámbitos, están jugando los jubilados. Por donde quiera vérsele, las distintas fuerzas o grupos sindicales, principalmente, los consideran “estratégicos” para demostrar un compromiso difícilmente detectable hacia quienes califican como los hombre y mujeres que dejaron lo mejor de su vida en las aulas durante muchos años.

El caso es que, en esa sesión, se alcanzó a observar a jubilados que apoyaban a Eliacín Salgado de la Paz, en contraposición con otros que le lanzaban exagerados denuestos, acaudillados por Gabriela Bañón Estrada y reclamando el pago de la prima de antigüedad, así como el pago del dinero regateado a los docentes homologados.

Lo que no pude identificar es si uno de esos grupos de jubilados fue el que calificó de traidora a Blanca Nieves Sánchez Arano, o de plano fueron de los dos bandos que por allí anduvieron. En todo caso, lo lamentable es la pérdida de credibilidad de la diputada local, pero también la fuerza potencial que tienen los jubilados, como bien lo sabe Bañón Estrada, en los tiempos electorales que se avecinan. Lo que no se aceptaría es que los utilicen como carne de cañón sólo para ganar adeptos en estas fechas.

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