Juego de Manos - Con la niñez no

Uno más al joyero del partido hegemónico. La semana pasada, salió a la luz el caso de Saúl Huerta, diputado federal morenista, quien es acusado de abuso sexual y pedofilia en contra de un menor de edad de 15 años. El caso se desarrolló como uno esperaría, se cometió (presuntamente) el delito, el agresor fue detenido y posteriormente liberado gracia a su fuero. Al salir, el diputado aseguró que fue puesto en libertad debido a que no existen elementos en su contra, porque, dijo, es inocente.

No obstante, las cosas se complicaron cuando se dieron a conocer dos audios. El primero, donde el menor de edad narra los hechos, que incluyen un refresco adulterado y el abuso en la habitación de un hotel. El segundo, de una conversación entre Saúl Huerta y la madre de la víctima, donde el diputado le pide no proceder en su contra, a cambio  de un acuerdo económico que pagará con creces.

El legislador en cuestión formaba parte de la lista de diputados morenistas que buscaban su reelección; sin embargo, ya ha renunciado a su plan de regresar al Congreso. La dirigencia del partido ha solicitado a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena —sí, la misma que determinó que no había elementos para sancionar a Félix Salgado— suspender los derechos políticos del diputado, para que se esclarezca el caso.

Por su parte, el coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier, señaló que someterá a consideración del grupo parlamentario la separación del diputado Saúl Huerta, hasta que se acredite su inocencia. Esto, días después de declarar que él no pediría la renuncia del acusado, pues el presunto abuso sexual no se dio en sus funciones como diputado, sino en su vida personal, y de eso él no podía opinar. Sí, la tibieza deja marca.

Ahora bien, sin ánimos de demeritar este terrible hecho, cabe preguntarse nuevamente cómo es que este acontecimiento alcanzó estas respuestas por parte de quienes integran el partido en el poder; mientras que, en otros casos, como el de Félix Salgado, se opta por el silencio y hacerse de la vista gorda. Hay de dos, o el diputado no contaba con la misma fuerza política que el guerrerense, o es visible —una vez más— que la violencia de género no figura dentro de las prioridades del partido.

¿Quédate en Casa?

La semana pasada, alcanzó la agenda el fragmento de una clase de inglés, impartida para estudiantes de la preparatoria No.5 de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), en el cual se puede escuchar a un hombre agredir verbal y, probablemente, físicamente a la maestra que daba la cátedra, quien pide reiteradamente que la deje terminar su clase.

El video de alrededor de un minuto es desgarrador por más de una razón. La impotencia y el dolor son sentimientos que, seguramente, la mayoría tuvimos al escucharlo. No obstante, es también alarmante dar cuenta que esta es la realidad de miles de mujeres en todo el país, todos los días. Cuando el quédate en casa resulta más riesgoso que el salir de ella ¿Qué haces?

El viernes, la institución educativa comunicó que ya se puso en contacto con la maestra y que se encuentra brindándole apoyo institucional para el caso. Aseguró que la docente se encontraba resguardada en un domicilio confidencial y que está tomando cartas en el asunto, con la finalidad de salvaguardar la integridad de la docente

Asimismo, estudiantes, padres, madres y colectivas feministas hicieron muestras de solidaridad en redes sociales y, en las instalaciones de la UAEM, colocaron diversas pancartas con mensajes como “Maestra, no estás sola” y “somos muchas y nos tenemos la una a la otra”.

Por su parte, la docente ya interpuso una denuncia en contra del hombre que la agredió, quien se identificó como Octavio García Limón, abogado y militante del Partido Acción Nacional. La institución política aseguró que le retirará su militancia y pidió a la FGJ investigar lo sucedido.

Habrá que dar seguimiento a este caso para ver si se llevan a cabo las sanciones en contra del agresor. Asimismo, es importante reiterar hasta el cansancio la urgencia de erradicar todo tipo de violencia de género en México. Este caso, por más llamativo que pueda ser, es solo la punta del iceberg de un problema estructura que, desde este y muchos otros espacios, se ha buscado visibilizar. El covid está fuera de casa, pero, en muchos casos, el verdadero riesgo está dentro.

Por cierto

La UNAM declaró extinto el glaciar Ayoloco, que se encontraba en la cima del volcán Iztaccíhuatl y que traía importantes beneficios a la región en términos de suministros de agua y regulación del clima. La mujer blanca (por su significado en náhuatl) pasa a ser la mujer café. Esta catástrofe tendrá consecuencias importantes para la flora y la fauna de la región y, al paso en el que vamos, el daño parece ser irreversible.

Ante ello, Hugo Delgado Granados —investigador del Instituto de Geofísica (IGf) — y Anel Pérez Martínez —directora de Literatura y Fomento a la Lectura de la Coordinación de Difusión Cultural— colocaron en la cumbre del volcán una placa que se lee “A las generaciones futuras: aquí existió el glaciar Ayoloco y retrocedió hasta desaparecer en 2018. En las próximas décadas los glaciares mexicanos se extinguirán irremediablemente. Esta placa es para dejar constancia que sabíamos lo que estaba sucediendo y lo que era necesario hacer. Solo ustedes sabrán si lo hicimos”.

Y sí, serán las futuras generaciones las que den cuenta de nuestras acciones o apatía; no obstante, las consecuencias del descuido del medio ambiente las sufrimos desde este momento. En el diálogo cotidiano, se suele asociar el desastre medioambiental como una amenaza para las futuras generaciones, se dice que las personas que vienen tendrán que enfrentarse a la escasez de recursos y a climas extremos; se pinta un panorama pseudo apocalíptico al estilo de las películas del fin del mundo.

No obstante, se ignora que la crisis medioambiental no se ve como un escenario desértico habitado por una humanidad incivilizada o como una serie de desastres naturales de magnitudes incontenibles; un escenario crítico se ve como el deshielo de los polos, la desaparición de un glaciar longevo que le dio nombre a uno de los volcanes más importantes del país. Se ve como variaciones remarcadas en la temporalidad de las estaciones, sequías más áridas, climas más extremos y; sobre todo lo anterior, como una humanidad sin ningún tipo de interés real por dar reversa al desastre que, de hecho, ya está aquí.

Feliz Día de la Tierra: 

diegopachecowil@gmail.com