Observador político - Tiempos difíciles...
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Tristemente, la pandemia del covid-19 empieza a intensificarse de manera alarmante en México, ante la incredulidad aún de sectores importantes de habitantes, lo que ha orillado a las autoridades y corporaciones policíacas a “invitar” a la gente que está en plazas y áreas públicas, a retirarse a sus casas. La situación es grave, no más que la inseguridad que sigue haciendo de las suyas y las muertes que por concepto de neumonía atípica, como sucede en el oriente de Morelos.
VIENE LO PEOR.- Lo han dicho las autoridades sanitarias que México se prepara ya para entrar en lo que será la peor etapa de la epidemia de covid-19, de ahí que hasta la fecha todo hace indicar que las expectativas van a lo que será denominada fase 3, una vez que se tengan registros de contagios locales que se darán de una forma inusual y temeraria. Hoy en día, estamos en fase 2 pero en muchos lugares las autoridades municipales están tomando acciones que no les corresponde como el famosos “toque de queda”, que han implementado los alcaldes de los Ayuntamientos de: Ocuituco, Tetela del Volcán, Hueyapan, Zacualpan, Jantetelco, Cuautla, Yautepec, Yecapixtla, Tepoztlán y Tlayacapan, en razón de que esta acción jurídica le corresponde al titular del poder Ejecutivo federal y no a los municipios.
En varios municipios prácticamente se ha aprobado el toque de queda, que no es otra cosa que la prohibición o restricción, establecida por instituciones gubernamentales, de circular libremente por las calles de una ciudad y/o permanecer en lugares públicos, permaneciendo los habitantes únicamente en sus hogares (salvo excepciones de necesidad o urgencia). Puede abarcar horarios nocturnos, así como el resto del día, dependiendo de las circunstancias. Es, por tanto, una limitación o restricción legal de la libertad de circulación, considerada internacionalmente un derecho humano y por muchas legislaciones como un derecho constitucional.
Comúnmente se aplica en situaciones de guerra o conmoción interna que afectan a un país o ciudad, y su cumplimiento suele ser supervisado por instituciones policiales y fuerzas armadas. El propósito de esta medida es garantizar la seguridad, atenuar disturbios o minimizar enfrentamientos.2 También pueden aplicarse toque de queda particulares, de parte del propietario de un hogar o establecimiento a quienes residen en el lugar.
LOS ASPIRANTES DEL PODER JUDICIAL. En la pasada entrega, hablamos de la situación del poder Judicial y lo controvertido que ha sido la actual administración de la magistrada presidenta María del Carmen Cuevas López, más cuando los escándalos sin precedentes se dieron como lo expresó hace un par de semanas el Secretario de Gobierno, Pablo Ojeda Cárdenas, respecto a que 11 jueces están siendo investigados por sus presuntos actos de corrupción y presuntamente por tener nexos con la delincuencia.
Asimismo, salta otro tema controversial: la creación de salas con competencia en todo el estado en la Justicia Oral, tema que también fue duramente cuestionado en la vía del amparo por los magistrados disidentes, quienes a través de este medio de control, hasta ahora han logrado demostrar que fue ilegal e inconstitucional tal determinación.
En este sentido, sostienen los magistrados que la determinación fue contraria a lo que dispone la Constitución del estado y la Ley Orgánica del Poder Judicial, amén de que la decisión se tomó en una sesión sin el quórum reglamentario para considerarse como legal tal determinación.
Con estos antecedentes, el próximo presidente o presidenta tendrá un primer reto que será superar la profunda y lamentable crisis en la que está sumido el Poder Judicial en Morelos a través de la unidad y el liderazgo. Otro reto será recuperar la credibilidad en la institución que hoy está por los suelos y no menos importante, ajustarse sus actos al marco de la legalidad.
Según un sondeo entre diversos magistrados y abogados postulantes entrevistados, los candidatos son, por el lado de los magistrados afines a los intereses de Cuevas López: Elda Flores León, magistrada que hoy acompaña a la magistrada presidenta en todas las decisiones de la administración, las finanzas, los nombramientos de los jueces y la remoción de estos.
Otro magistrado de todas las confianzas es el ex consejero jurídico del gobierno de Marco Adame, Manuel Díaz Carbajal, que supo sortear las responsabilidades administrativas de la administración de dicho ex mandatario estatal y que ahora lleva las estrategias jurídicas y de defensa de la administración de Cuevas López. Otro magistrado que logró ganarse la confianza de la titular del TSJ es el Magistrado Rubén Jasso quien siempre está con los presidentes en turno.
De igual manera, es importante señalar que por el lado de los magistrados disidentes están los magistrados: Carlos Iván Arenas, quien fue uno de los primeros en desmarcarse de la administración de María del Carmen Cuevas López por lo que ha sido considerado como “incómodo” para los intereses de la actual presidenta, quien además logró generar un contrapeso en las decisiones del pleno y que ha estado siempre al frente de todas luchas que han encabezado el grupo de los magistrados disidentes y abiertamente ha denunciado los supuestos actos de corrupción, nepotismo e ilegalidad de la actual presidenta; dicen que es el candidato natural.
Aunado al magistrado Ángel Garduño, quien también ha levantado la mano y su trabajo siempre ha sido de trato amable pero de muy bajo perfil. Otro magistrado que decidió mostrar su deseo de contender por el cargo del grupo de los disidentes es el magistrado Norberto Calderón quien ha dicho de él mismo, que siempre sostuvo que hizo ganar a la magistrada Cuevas López la presidencia del TSJ y cuenta con el apoyo de diversos actores políticos del partido Morena.
Así están las cosas y los candidatos a la próxima administración del TSJ, ojalá logren ponerse de acuerdo y cambien el rumbo del Poder Judicial, pero para bien.
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