Observador político - Auditorías y transparencia en los recursos públicos

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político - Auditorías y transparencia en los recursos públicos

Las próximas autoridades tanto municipales como de la 55 legislatura local, tendrán no solo que esforzarse más sino cumplir con sus compromisos y promesas de campaña. Y aquí será fundamental aterrizar en lo concerniente a la transparencia y rendición de cuentas. Más aún, que las primeras acciones en las que han coincidido nuestros representantes electos es el de realizar auditorías a sus sucesores con la única finalidad de saber la herencia financiera que les dejarán pero al mismo tiempo, para saber cómo y en qué utilizaron los recursos públicos.

VAN POR AUDITORÍAS.- En las últimas horas se han estado haciendo entrega de las constancias de mayorías a quienes resultaron favorecidos con el voto ciudadano en el pasado proceso electoral del 6 de junio, a pesar de qué todavía la elección no concluye sino hasta que el Tribunal Estatal Electoral (TEE) y posteriormente ante la Sala Regional CDMX del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) hayan emitido un resolutivo ante las impugnaciones que se habrán de presentar, y tomen protesta del cargo.

En razón de ello, los legisladores electos Ulises Pardo, Macrina Vallejo, Ariadna Barrera, Paola Cruz, Arturo Pérez Flores y Verónica Anrrubio Kempis de Morena; así como Andrea Gordillo, Ángel Adame y Francisco Sánchez, del PAN; Alberto Sánchez, del PRI;  Luz Dary Quevedo, de Movimiento Ciudadano; y Agustín Alonso, de Nueva Alianza han coincidido en que tan pronto se sienten en sus respectivas curules que ya se les estarán asignando en las próximas semanas,  la petición y práctica de una auditoria externa e interna será la prioridad para conocer el estado financiero que guarda el Congreso de Morelos.

Es obvio que Movimiento de Regeneración Nacional tendrá la mayoría de diputados  con ello, junto con el blanquiazul, encabezarán los órganos de dirección y definirán las principales posiciones al interior del recinto legislativo, aún y pese a la diferencia de ideologías político partidista.

Los actuales diputados electos no tendrán que esforzarse mucho para borrar lo poco que han realizado por la 54 legislatura, ya que buscarán la cohesión y unidad que no se tuvo en quienes ya se van y pese a que hoy en día se tiene mayoría de mujeres en el Congreso, 16 por 14 varones, no fueron factor de trabajo y por el contrario, se vivió un recinto dividido y confrontado que tuvo como resultados una parálisis legislativa. Es decir, hubo un retroceso en los últimos tres años y jamás se evidenció un avance en los diputados que por fortuna, salvo sus honrosas excepciones, no podrán repetir porque la mayoría recibió el desprecio de la gente a través de su voto.

Todo mundo sabe que la diferencia y falta de acuerdos provocó un estancamiento en el trabajo legislativo difícil de superar, y quizá esta situación haya sido fundamental para que prácticamente todos aquellos que contendieron por lograr la reelección fracasaron estrepitosamente para beneplácito de la mayoría de ciudadanos que vieron cómo se esfumaron las ganas de seguir en el poder. Ahora que ya se van, veremos si ahora si se ponen de acuerdo y realizan las sesiones una vez que el periodo de campañas ya concluyó y la mayoría regresará con un palmo de narices a tratar de corregir y tapar lo que hicieron mal. Por ello, los electos tendrán que cumplir sus compromisos y responder satisfactoriamente a la confianza que la ciudadanía les brindó, y un de las primeras acciones insisto, tendrá que ser las auditorías interna y externa para conocer cómo, dónde se gastaron los dineros del Congreso local.

Las dudas e inconformidades radican en cosas muy simples, el exceso en recursos económicos en el poder Legislativo, ya que en la supuesta legislatura, la más corrupta, siendo 30 diputados tuvieron un presupuesto de 400 millones de pesos. Mientras que la actual, siendo ya solamente 20 y que tenía la obligación de reducir al menos en 30 por ciento su presupuesto -120 millones- para quedar en 280, decidieron incrementarlo en 40 más para un total de 460 millones de pesos. En tal virtud, una de las acciones prioritarias -igual que los diputados actuales hicieron con sus sucesores- será el clarificar cómo se utilizó cada peso y evidenciar que no hubo malos manejos financieros. Y en caso de que los haya, no solo se tendrá que investigar sino señalar y fincar las denuncias y sanciones penales que ameriten contra quienes puedan ser responsables de posibles malos manejos financieros.

LOS AYUNTAMIENTOS.- En este mismo tenor corresponde hacer lo propio a los ayuntamientos que han sido fuertemente cuestionados y señalados por el despilfarro financiero, sobre todo en aquellos municipios en los que nunca se implementaron programas de austeridad y que por el contrario, hay sospechas fundadas de que utilizaron recursos del erario, infraestructura y personal para sus fines y proyectos de carácter político personal como ocurrió de forma descarada en Cuautla, Temixco, Zacatepec, Ayala, entre otros.

Fue obvio, cómo algunos munícipes que intentaron perpetuarse en el poder y al no haber sido favorecidos con la candidatura por sus respectivos partidos como Morena, decidieron renunciar e irse a otros institutos con quienes competieron, sin embargo, se evidenció que pesó en esos casos más el órgano partidista que sus proyectos de gobierno. Por esa razón, sus sucesores tendrán que ser muy prudentes pero al mismo tiempo exigente, con la finalidad de que se realicen las auditorías financieras correspondientes para conocer en qué condiciones y deudas dejarán las comunas sobre todo, los que anduvieron en campaña.

Los actuales, tendrán que ser tiempos de cambios, donde se demuestre congruencia entre el decir y el hacer, así como las ofertas políticas que hicieron a la ciudadanía durante sus actividades de proselitismo.

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