¡¡Me dueles México!! - La Guardia Nacional sumergida en el pragmatismo

En opinión de Alicia Vázquez Luna

¡¡Me dueles México!! - La Guardia Nacional sumergida en el pragmatismo

La sola idea de crear una Guardia Nacional causó inquietud de todo el territorio mexicano. Los críticos no se hicieron esperar, inmediatamente se pronunciaron por la no militarización. Esto se debe a dos motivos: los que, sí saben lo que verdaderamente implica una guardia nacional dependiente del Ejecutivo federal y, los que saben que si ese cuerpo lo adoctrinan las fuerzas armadas, estarán en grave riesgo los delincuentes. Motivos suficientes para oponerse al surgimiento de la Guardia Nacional.

No se puede seguir negando que las redes de la delincuencia han penetrado los gobiernos, así como el tejido social; es en este cuerpo donde surge y se fortalece por la complicidad de la autoridad.

En el sexenio de Calderón se inicia una “guerra contra el narcotráfico”, muchos dicen que falló y pretenden juzgar al ex mandatario por delitos de lesa humanidad. En honor a la verdad, es la primera vez que en este país alguien se dio a la tarea de crear un Modelo Policial; en el documento del eje de Seguridad y Justicia, podemos afirmar que era perfecto al acompañarlo con eje transversal de la Unidad de Inteligencia Financiera; una Ley de Extinción del Dominio, una Subprocuraduría de Investigaciones Especializadas en Delincuencia Organizada. El Modelo incluía a todas las policías, ministerios públicos, investigadores y custodios. La tecnología como principal aliado y con un adoctrinamiento a todos los elementos humanos de seguridad y procuración de justicia. Estaba previsto también el financiamiento para hacer posible la cristalización de la política criminal del sexenio.

Con Enrique Peña Nieto, se invirtió mucho recurso para impulsar la profesionalización de los operadores del sistema de seguridad y justicia penal. Me atrevo a señalar por haber vivido ese momento, que había especial interés por parte del mandatario en el motor de dicho sistema: la p o l i c í a.

Llega finalmente Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, preocupado y ocupado por pacificar al país, impulsa la creación de la Guardia Nacional; en el Congreso de la Unión logra una acelerada aprobación de la reforma constitucional y con ello cuatro leyes básicas para su operación. Arropada por una derrama financiera importante y por supuesto con la posibilidad de tener un buen equipamiento y tecnología que le permita enfrentar cualquier escenario operativo.

¡¡¡En orden según los mandatarios, falló la guerra contra el narcotráfico; falló la profesionalización y parece que también fallará la Guardia Nacional!!!

No es lo que esperan lo mexicanos. Más de treinta millones de ciudadanos votaron por una transformación, lo cual nos lleva a pensar que cansados de tanta violencia el cambio nos transformara la realidad en paz y tranquilidad ¡sueños guajiros!

Calderón y Peña fallaron por la simulación, la traición, la complicidad, la avaricia y la falta de nacionalismo presentes en muchos integrantes de su gabinete. El modelo policial Acreditable no cumplió su encomienda desde la formación, todos los gobernadores en su afán de ejercer el presupuesto, ingresaron a los policías que ya tenían como preventivos y solo fueron uniformados, olvidando la doctrina policial, entrenamiento físico, menospreciando a las áreas de investigación y análisis táctico, el derroche de los recursos y los negocios en lo oscurito con el recurso federal volvió millonarios a propios y extraños. La profesionalización de Peña Nieto fue dirigida por personas que ignoraban en lo absoluto la operación y condiciones reales de los policías. Dieron rienda suelta a las organizaciones civiles que también se llevaron su partida financiera, sin beneficio alguno a los cuerpos policiales.

Ahora la Guardia Nacional; se dice que está ya desplegada en varias entidades o municipios con alta incidencia delictiva, con un pragmatismo inusitado la formaron y la desplegaron. No estamos en contra de una Guardia Nacional, criticamos la simulación y la cínica forma en que piensan que los mexicanos somos tontos para no darnos cuenta. Los propios policías están inconformes, incrédulos e inseguros; hoy en Iztapalapa, se manifestaron Fuerzas Federales y Gendarmería, nadie más que los propios policías saben de sobra cuánto tiempo se requiere para la formación de un elemento. Es cierto, algunos se opondrán por ciertos intereses. Son factores que parece no se evaluaron por los que diseñaron y  reagruparon a militares para colocar una etiqueta de Guardia Nacional; el propio gobernador de Morelos expresó su inquietud de la coordinación (interacción planeada, consensada para operar) entre ésta y los policías.

A cualquier ciudadano no tendrían que explicar cómo van a operar coordinadamente, pero si los propios policías federales y gendarmería están inquietos por falta de información, hoy nos damos cuenta de que no fluye entre la tropa la comunicación para operar y coordinar esfuerzos; eso quiere significa que estamos ante ocurrencias.

He citado en opiniones anteriores la función del primer respondiente que, después de 10 años de implementación y operación del sistema de justicia penal Adversarial, no ha logrado superar las mismas fallas de intervención del primer respondiente y no necesitamos evaluar a otras entidades veamos Morelos, es terrible lo que sucede en los juzgados; ante tal simulación lo único que podemos esperar que también en este sexenio falle la Guardia Nacional; pero eso sí el derroche de recursos federales no se hace esperar y este país siga bañado en sangre, al final los funcionarios tomarán sus cosas y a vivir la buena vida. Parece entre líneas un mensaje funesto: “sigan buscando a sus muertos, lloren ciudadanos, marchen buscando justicia, protesten todo lo que quieran, tienen el gobierno que merecen”.

En conclusión, me pregunto ¿fallaron los mandatarios durante estos tres últimos sexenios? o ¿fallamos los ciudadanos? ¿hasta cuándo seguirá la sociedad tolerando? Ah, sí… el problema tiene su origen en la sociedad… ¡Me dueles México!

“Lo que escribo, mea culpa. Usted, culpable de lo que entiende”