Observador político - El protagonismo de Matías Quiroz con Lucy Meza
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
El PRD en Morelos se encuentra en un estado deplorable, donde la sombra de su pasado desapareció tras perder su registro en el proceso electoral de 2001 debido a no alcanzar el 3% de los votos necesarios; y uno de los responsables de este trágico episodio fue el médico Matías Quiroz Medina, quien en ese entonces fungía como presidente del partido en la entidad. Desde entonces, el PRD se ha convertido en una organización en la que su presencia se limita a una representación del Comité Ejecutivo Nacional, lejos de la relevancia que alguna vez tuvo en la política estatal.
2 Y 3 A 1, LE LLEVA MEZA A MAYELA Y MARISOL BECERRA.- Recientemente, Matías Quiroz ha intentado recuperar cierta notoriedad al autoproclamarse como el "dirigente" estatal del PRD en lugar de Sergio Prado, quien representa al partido en Morelos y al que ven como “la botana” del partido amarillo. Sin embargo, la realidad es que nadie parece darle el respeto que se merecería a Prado, ya que lo ven como una mera figura de relleno dentro del Frente Amplio por Morelos (FAM), e incluso, Quiroz Medina se adelantó al FAM al hacer el anuncio, demostrando con ello una vez más su búsqueda desesperada de protagonismo.
Es importante recordar que Matías Quiroz asumió la dirigencia estatal del PRD en 2018, tras la renuncia de Hortensia Figueroa Peralta, quien simultáneamente ocupaba un escaño en el Congreso local; empero, su ambición personal la llevó a buscar una curul en el Senado de la República, lo que la obligó a dejar la dirigencia del PRD. Finalmente, el médico Medina intentó ser diputado plurinominal ya que por paridad de género correspondía a una mujer y quedó en segundo plano al dejó a su esposa, Rosalinda Rodríguez Tinoco, como candidata y a la postre, legisladora local.
Ahora, Quiroz busca nuevamente destacar al destapar a Lucía Meza como posible representante del FAM en las elecciones, anuncio que no hizo más que confirmar lo que ya se sabía desde hace varios días, que la senadora todavía de Morena encabeza las preferencias electorales, con una ventaja notable sobre otras contendientes, como Mayela Alemán y Marisol Becerra a quienes les lleva 2 y 3 a uno, de acuerdo a las encuestas que mandaron hacer: Dalila Morales Sandoval, Jonathan Márquez y Sergio Prado, dirigentes de los partidos PAN, PRI y PRD, respectivamente y que son quienes integran el Frente Amplio por Morelos.
Aunque Quiroz insiste en que el PAN, PRI y PRD han llegado a un acuerdo para designar a Meza como candidata, esta información parece ser un mero formalismo, ya que las conversaciones han estado en marcha durante un tiempo y el escenario parece más que claro.
La búsqueda incansable de Matías Quiroz por un puesto en las próximas elecciones, ya sea al Senado, como diputado federal o local, alcalde de Tlaltizapan o incluso regidor, demuestra que no está dispuesto a abandonar el presupuesto público y el estilo de vida que ha mantenido durante los últimos cinco años. Esta actitud es un ejemplo de la desconexión entre algunos políticos y las necesidades reales de la ciudadanía, quienes esperan representantes comprometidos y verdaderamente enfocados en el bienestar de Morelos y sus habitantes, en lugar de intereses personales.
En un contexto político donde la participación ciudadana y la verdadera representación son esenciales, es lamentable ver cómo algunos actores políticos se aferran al poder y la comodidad, olvidando la razón fundamental de su existencia: servir al pueblo; la política en Morelos merece una renovación real y comprometida con la justicia social y la equidad, y es necesario que los partidos y sus dirigentes se enfoquen en verdaderos principios de izquierda para lograr un cambio positivo en la vida de la población.
VA LA ANTICORRUPCIÓN CONTRA LOS DIPUTADOS DEL G15.- Sin lugar a dudas, la política en nuestro país, en especial en Morelos, sigue siendo un caldo de cultivo para la corrupción y la falta de ética; la reciente designación que se hará de los magistrados del Poder Judicial es solo un ejemplo más de cómo nuestros representantes electos parecen estar más interesados en sus propios intereses que en el bienestar de la ciudadanía.
Un caso que llama particularmente la atención es el del diputado panista Óscar Cano Mondragón, quien a pesar de las acusaciones de presunto fraude en la inminente designación de las magistraturas, Cano y sus colegas diputados minimizan estas denuncias. Resulta sorprendente que la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción ya esté investigando de oficio a los miembros del G15, un grupo de diputados señalado por ofrecer magistraturas por la suma de 5 millones de pesos, según los profesionistas del derecho quienes ante esta situación ponen de manifiesto la falta de integridad y la impunidad que prevalecen en nuestra política.
El proceso de selección de magistrados también es digno de crítica, ya que a pesar de que 148 aspirantes compiten por los puestos, el requisito principal es ser abogado cuando en realidad, debería ser la experiencia y un historial intachable en el ámbito judicial, empero, parece que la carrera judicial se ve obstaculizada por el favoritismo y los vínculos familiares con los diputados.
Resulta inaceptable que, en un estado como Morelos, que actualmente se encuentra en el último lugar en impartición de justicia en el país, los diputados estén más interesados en favorecer a sus allegados que en mejorar el sistema judicial; más aún, la imparcialidad y la meritocracia deberían ser los pilares de la selección de magistrados, pero parece que prevalecen los acuerdos de camarilla y los intereses personales.
Es igualmente alarmante que varios de los diputados que tienen a sus colaboradores trabajando en sus respectivas áreas ahora busquen obtener un cargo de magistrado por 14 años, con un salario mensual que supera los 100 mil pesos. ¿Es esto una búsqueda legítima de justicia o simplemente una forma de asegurarse un retiro cómodo y bien remunerado?
Las relaciones amafiadas entre los diputados y algunos de los aspirantes a magistrados también arrojan luz sobre la falta de transparencia y el conflicto de interés en este proceso; por lo que no debería permitirse que aquellos que tienen vínculos personales, familiares o de negocios con los diputados participen en la designación de magistrados, ya que esto socava la confianza en el sistema judicial.
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