Juego de Manos - Tenemos tarea
En opinión de Diego Pacheco
Para arrancar el fin de semana con el pie izquierdo, el pasado 16 se viralizó el video de un profesor de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), donde se le ve humillando a Jesús -uno de sus alumnos, quien vive con Síndrome de Asperger- en una de sus clases virtuales. Al poco tiempo, el video comenzó a generar vistas y el resto puede intuirse.
En el video el profesor, identificado como César Augusto Leal, agrede en múltiples ocasiones a Jesús, haciendo mención de que él está “mal de la cabeza” y, asegura que “ese güey de plano va a necesitar que le extirpen el cerebro”. Este tono se mantiene durante la totalidad del video y las agresiones, directas e indirectas, no cesan.
Este video se volvió viral en redes y, como cada personaje que es captado infraganti en un acto de violencia, el profesor César Leal publicó en internet una disculpa pública a alumnos y padres de familia por su comportamiento, donde asegura que sus acciones se debieron al estrés que la pandemia ha ocasionado sobre su cátedra. Al igual que un curita sin pegamento sobre una herida abierta, esta excusa no tuvo ningún efecto sobre la violencia que ejerció contra Jesús. Al día siguiente, la UANL anunció que el profesor había sido suspendido y sus alumnos canalizados a otros catedráticos.
Ahora, más allá de dar más combustible al fuego, me gustaría señalar que este caso es un claro ejemplo de la discriminación e ignorancia que existe en nuestro país alrededor de las discapacidades mentales. Para no caer con la misma piedra, hagamos un pequeño recuento de lo que implica vivir con esta condición. De acuerdo con la Asociación Asperger México, El Síndrome de Asperger (SA) es una condición neurobiológica, que se encuentra dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Con ella, el cerebro percibe e interpreta el mundo y sus relaciones de manera diferente a como lo hacemos las personas neurotípicas (es decir, quienes no formamos parte del espectro autista). “Esta manera diferente de percibir, les permite tener habilidades en ciertas áreas (a veces sobresalientes) y tener mucha dificultad en otras áreas”. Las fortalezas y dificultades derivadas de esta condición dependen de cada persona, aunque, generalmente, los retos se encuentran en el área social.
Ahora bien, volviendo al tema, lo que podemos ver en el video del profesor Leal es una falta de comprensión y sensibilidad respecto a lo que implica no formar parte del sector social neurotípico. Esta apatía se explica (más no se justifica) porque nuestra sociedad no está capacitada e informada sobre las diferentes discapacidades que pueden presentar las personas a nivel psicobiológico. En el imaginario colectivo, la discapacidad se reduce a un aspecto físico, como puede ser sobre las capacidades motrices, la visión, el oído, etc. No obstante, se deja a un lado la información y concientización de aquellas discapacidades que se presentan en la psique de las personas.
Esto lo podemos ver en nuestra vida diaria, cuando las consideraciones hacia las personas con discapacidad se enfocan en hacer accesibles los espacios públicos con rampas, lenguaje de señas y braille. No obstante, no se toma en consideración que también existen mecanismos para hacer de estos lugares accesibles para personas no neurotípicas, como puede ser al disminuir el volumen de la música en sitios como supermercados o tiendas.
Esta problemática va acompañada con el hecho de que sigue vigente el tabú que existe alrededor de la salud mental y su tratamiento en México. Esto lleva al diagnóstico tardío de condiciones y trastornos —que finalmente tiene un impacto negativo en el desarrollo de la persona— y a una carga de vergüenza y culpa hacia la búsqueda de ayuda psicológica profesional, ya sea porque se detecta un problema o por simple cuidado de la salud.
Entonces, ¿qué hay que hacer? Bien, primero, es importante eliminar los prejuicios existentes alrededor de la prevención de la salud mental. Problemáticas como la depresión y la ansiedad son muy comunes dentro del contexto en el que nos encontramos. Debemos, como sociedad, hacer conciencia sobre la importancia del diagnóstico de trastornos, condiciones y problemáticas mentales para hacerles frente, y reconocer que asistir a terapia no es una acción que se reduzca a personas que padezcan algún trastorno, sino que se trata de algo tan importante para todas y todos como acudir al médico o al dentista. Toda la salud es importarte.
Por cierto
Este domingo se llevaron a cabo las primeras elecciones estatales y municipales en México dentro del contexto de la pandemia por covid-19. Los estados de Hidalgo y Coahuila renovaron cargos públicos estatales y municipales utilizando nuevas herramientas y procedimientos que el Instituto Nacional Electoral (INE) puso a su disposición.
Este proceso electoral es importante porque, al tratarse de las primeras elecciones desde el inicio de la contingencia, servirán como una especie de conejillo de indias sobre la integración de protocolos de sanidad para proteger la salud de todas y todos los involucrados. Al momento, se habla de que se deberá guardar sana distancia en las filas para las urnas, se deberá usar obligatoriamente el cubrebocas —aunque se podrá quitar únicamente para demostrar la identidad a las personas funcionarias de casilla— y se tendrá que llevar su propia pluma para marcar su boleta. La idea es evitar en la medida de lo posible el contacto entre las personas.
Asimismo, por primera vez seremos testigos del uso de la tecnología en una contienda electoral mexicana, luego de que el INE anunció el uso de Urnas Electrónicas con las que las y los ciudadanos podrán hacer válido su derecho al voto. Esto, si bien actualiza y agiliza procesos electorales en el país (así como trae beneficios medioambientales y de salud), también pondrá sobre la mesa nuevos retos para salvaguardar la democracia nacional, ahora, en materia tecnológica. El tiempo dirá si estamos a la altura del desafío.
Durante esta pandemia, hemos visto como se ha empujado a que se modifiquen abruptamente todos los aspectos de nuestra sociedad. Ello, como hemos visto, ha implicado que nos adaptemos a este nuevo contexto a partir de prueba y error. Esperemos que, a más de medio año de que el virus llegara a México, este nuevo modelo sufragista haya sido implementado con un análisis y planeación previa.
Nuestra democracia no puede estar sujeta a prueba y error: