Juego de Manos - Striptease político
En opinión de Diego Pacheco
La marcha de este fin de semana tuvo en alerta al presidente de la República, quien en repetidas ocasiones se pronunció en contra de esta movilización, puesto que señaló que se trataba de una protesta en contra de su gobierno y en favor de los excesos y la corrupción del pasado. Lo que llama la atención es la diferencia en cuanto a las reacciones hacia marchas anteriores. En esta ocasión, la cobertura hacia el evento —previa y posterior— así como las descalificaciones al mismo y a sus organizadores, fue mayor. Así, pasamos de la tolerancia al discurso opositor (desde una perspectiva en vertical, casi paternalista) a la condena y la descalificación a lo que el presidente se ha referido como un striptease político, donde las y los manifestantes mostraron su verdadero rostro. ¿Qué pasó?
El poder político consta de ciclos finitos y breves; su temporalidad, definida, se descompone con el paso del tiempo. En ese sentido, la primera etapa de los gobiernos (cuya extensión depende del puesto y los personajes) es algo como una luna de miel. La confianza de la ciudadanía, el poder de acción e influencia del mandatario están en un punto alto —probablemente, el más alto de toda la administración—; mientras que las alianzas y los ánimos permiten tener una hoja en blanco sobre la cual trazar el rumbo que se desee. Esto se debe a un fenómeno natural, la confianza depositada en las urnas está aún inmaculada, no ha existido tiempo para roces políticos y, con la entereza del mandato al frente, es contraproducente enfrentarse contra el Ejecutivo.
No obstante, el escenario se transforma conforme el tiempo avanza. El poder se difumina y las alianzas se rompen. En ese sentido, el reto en el ejercicio del poder no es solo trazar el rumbo hacia adelante, sino mantener la fortaleza para poder caminarlo. Si bien es apresurado hablar de una crisis política para el bando en el poder, sí podemos asegurar que las rupturas internas dentro del partido —que se observaban nacer en tiempos pasados, pero que se mantenían como un platicas internas y especulaciones desde exterior— hoy son plenamente visibles y se agudizarán día con día.
De igual manera, las figuras que se mantenían al margen, como una oposición desde la templanza, sin entrar a una confrontación directa hacia la presente administración; hoy están más activas, visibles y participativas en las dinámicas de oposición mediática. La competencia al interior de los partidos políticos y al exterior, por la simpatía de la ciudadanía, está activa.
Este fenómeno se replica administración tras administración, en todos los niveles. Sin ánimos de escribir juicios de valor, sino con una mirada crítica hacia las características de los dirigentes nacionales, podemos asegurar que han sido contadas las figuras presidenciales con el poder social-mediático y la resiliencia de imagen del actual Ejecutivo Federal; no obstante, esta virtud no exime a la presente administración de comenzar a presentar disidencias y confrontaciones, que se agudizan con el arranque de la carrera por la silla presidencial de 2024.
Ojo, el caso del presidente López Obrador es particular, pero no único. Así como en esta ocasión la ola morenista ha tenido fortaleza a lo largo y ancho del país, anteriormente fue, por ejemplo, el PAN en la transición del año 2000. Aunque las figuras, los colores y las banderas cambien, el proceso político es cíclico, y detectar estos patrones es importante para un correcto análisis.
Entonces, podemos determinar que uno de los factores que influyó en la respuesta de Palacio Nacional y sus alianzas hacia la marcha de este fin de semana es la temporalidad. La situación es complicada y se complicará de manera cotidiana. El dominio del ánimo y la volatilidad personal serán características particularmente valiosas en los próximos meses. Este es un juego que combina la estrategia de ajedrez con la mirada de Póker, para ocultar debilidades y explotar áreas de oportunidad. Gesto pierde.
Por cierto
A todo esto, ¿cómo le fue a la marcha? La respuesta depende de a quién le preguntes. De acuerdo con cifras oficiales, hubo una asistencia de entre 10 y 12 mil personas; sin embargo, voces ajenas al gobierno señalan que hubo alrededor de medio millón de personas. Ahora, aunque los números presentan diferencias drásticas, las imágenes disponibles dan una idea visual de la participación multitudinaria. Ojo, si bien la manifestación tuvo como epicentro la Ciudad de México, esta se replicó —con fluctuaciones en cuanto al éxito— en el resto de las entidades de la República.
Dentro de los liderazgos presentes, podemos observar a los dirigentes de la fracturada alianza Va por México: Marko Cortés, Jesús Zambrano y Alito Moreno (a quien, por cierto, no le fue muy bien); así como figuras de la oposición como José Woldenberg, Vicente Fox, Lilly Téllez, Claudia Ruíz Massieu, Luis Donaldo Colosio, Santiago Creel y Margarita Zavala.
La finalidad de esta protesta, así como de la mayoría de las manifestaciones sociales masivas, es posicionar una temática en la agenda, problematizarla con el objetivo de generar una necesidad de encontrarle solución. En el caso de las temáticas que atañen al legislativo, que presenta una aguda bipolariad opositora-oficialista, los costos políticos son factores a tomar en cuenta en los cálculos para el pase o no de proyectos legislativos.
Así, esta manifestación es una disputa por la opinión pública, entre quienes argumentan que defienden la permanencia del INE y su autonomía, y quienes lo señalan como una institución rebasada y con muchos excesos. La modificación que se pretende implementar forma parte de las reformas de mayor interés para el presidente de la República, la cual fue anunciada con anterioridad dentro de un paquete de reformas constitucionales que atañen distintos puntos de la gobernabilidad del pais.
El desenlace de este producto legislativo está en el aire. Aunque las concordancias en este tema podrían aparentar una posible alianza restaurada, es posible que la reforma electoral pase a partir de un trabajo de cabildeo exhaustivo, para lo cual el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ha manifestado su voluntad de acción. Eso sí, estas disputas continúan esclareciendo el tablero político rumbo a las elecciones del 2024. Hay que estar atentos.
¿Salvamos al INE o reformamos al Instituto?: