Juego de Manos - La política es coyuntural

La política es una actividad de circunstancias. Ni el mejor personaje ni la institución con más fortaleza pueden alcanzar sus objetivos —o mantener su posición en el tablero— si el contexto no les es propicio. La fortuna es un factor tan decisivo como las alianzas, la experiencia y los recursos. Veamos un ejemplo puntual.

Hasta hace unos años, Movimiento Ciudadano era una institución política meramente satelital y, como los demás partidos pequeños, funcionaba como banquito para que los partidos más grandes se propulsaran en las competencias electorales.

Sin embargo, en el tiempo reciente este escenario ha cambiado de manera importante y, si bien su estrategia de comunicación y elección de personas jóvenes con presencia mediática y digital han ayudado a su crecimiento, el contexto ha sido clave para posicionar al MC como una ficha importante en el tablero de la arena del próximo año.

El primer factor para considerarse: la crisis de los partidos tradicionales. La oposición no levanta, hay un vacío de personajes, propuestas y contrapesos llamativos frente al ala oficialista. Aunado a ello, el PRI ha estado sujeto a un proceso de fractura y desactivación constante. Ello, fruto de la polarización y desintegración política que ha llevado a cabo (probablemente, con más dolo que inocencia) el actual dirigente nacional del partido, Alejandro Moreno.

A partir de ello, diversos cuadros del partido han decidido abandonar sus filas en un llamado acto de congruencia (el análisis de ese discurso es tema aparte). Dentro de quienes se fueron se encuentran las y los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Nuvia Mayorga y Eruviel Ávila Villegas. Como consecuencia, el Revolucionario Institucional pierde su posición como tercera fuerza en el Senado de la República, la que ahora toma MC. Esto, además de fortaleza política, implica poder de decisión y recursos adicionales.

Por otro lado, la bipolaridad social que se ha construido durante estos 5 años ha llevado a que Movimiento Ciudadano se posiciones como una carta muy importante (y deseable) para el proceso electoral del próximo año. El apoyo que brinde el partido naranja a uno u otro bando será uno de los factores decisivos para el triunfo en las competencias del 2024, ya que representaría la unidad de la oposición o su fractura.

Así, MC pasó de ser un partido satélite a una pieza importante en la definición del proceso del próximo año. De nuevo, esto no es producto de una genialidad política, sino de una serie de circunstancias que, al alinearse, han permitido el crecimiento de esta institución.

[…] También es emotiva

La semana pasada, la aspirante a representar el Frente, Beatriz Paredes (del PRI), dio una complicada entrevista en MVS, con motivo de su reciente registro a la contienda interna por la candidatura opositora. Ahí, además de sostener una prolongada plática sobre pingüinos (¿?), se alzó una pregunta a la priista: ¿la gente vota por las personas o por las emociones?

La respuesta de la senadora fue la afirmativa a la primera opción, bajo el argumento de que la gente vota a partir de las propuestas y el análisis de las y los candidatos y, aunque ese es el escenario ideal, no es en el que nos encontramos.

Las emociones son un elemento que impulsa a la ciudadanía a tomar acción. Es el empujón que lleva a una persona a las urnas para ejercer su voto. Estas, de acuerdo con el contexto, pueden utilizarse en sentido positivo o negativo.

Un caso particular: la campaña de López Obrador en 2018 parte de dos premisas, un sentimiento de esperanza y amor al pueblo (emociones en sentido positivo) y un enérgico rechazo y resentimiento hacia las llamadas vieja política, mafia del poder y corrupción (emociones en sentido negativo).

Las emociones en sentido negativo han sido utilizadas con frecuencia en el tiempo reciente. Las promesas de perseguir y encarcelar a personajes mal vistos por la ciudadanía, el llamado al cambio frente a las viejas dinámicas, las acusaciones de corrupción y los mensajes alarmistas son pilares de muchas campañas políticas que buscan motivar a la ciudadanía a tomar acción. El miedo y el enojo mueven masas.

Volviendo a la entrevista de la priista, la única emoción emanada en ese espacio fue la molestia de la senadora, quien se mostró incómoda cuando se le relacionó con el PRI y frente a las preguntas sobre el raciocinio detrás del voto ciudadano.

Quien apuesta a que una persona utilizará tiempo y energía en investigar a fondo sobre los perfiles y sus contextos, así como las propuestas y su viabilidad; peca de inocencia. El desencanto de la ciudadanía frente a la política, así como el bombardeo permanente y abrumante de información al que nos vemos sujetos, hacen del voto informado (verdaderamente informado) un acto inaccesible para muchas personas.

Por cierto

Ante la cadena de errores y controversias alrededor de Twitter —producto de su adquisición por Elon Musk— Mark Zuckerberg lanzó una nueva red social ligada a Instagram llamada Threads. Esta funciona de manera muy similar a la plataforma del pajarito azul, con la ventaja de sincronizar seguidores desde Instagram, dando así una base de followers desde el comienzo.

Esta red digital ha crecido de manera acelerada en su número de usuarios y, así, ha dado de qué hablar. Asimismo, esta ha generado un especial disgusto en el empresario sudafricano, quien acusa al estadounidense de una competencia desleal.

Ahora, más allá de roces y discordias, habrá que observar dos factores: primero, la permanencia de las personas que se han unido a esta red luego de este primer impacto. Después, en qué medida las y los creadores de contenido, equipos de marketing, anunciantes y políticos harán uso de esta red social y, a su vez, mantener activas y relevantes las ya utilizadas.

En sí, una nueva red social ofrece un espacio en blanco para, como comunidad digital, moldear de acuerdo con las necesidades y creatividad. Más allá de un remplazo de Twitter, hay que ver a esta plataforma como una independiente que deberá contar con estrategias particulares para sacarle el mayor provecho.

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