Juego de Manos - El plagio y la Universidad
En opinión de Diego Pacheco
Desde el cierre del año pasado, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Jasmín Esquivel, se ha posicionado en la agenda nacional a partir del ahora confirmado plagio de su tesis de licenciatura. Quien se encontraba en la contienda por presidir este máximo órgano de impartición de justicia, recibió fuertes críticas a partir de que su trabajo de titulación para la licenciatura en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue señalado como una copia casi exacta de una tesis presentada algunos años atrás.
La acusación pasó a manchar la imagen de instituciones y personas que, a su vez, se encuentran vinculadas de una u otra manera a este acto incorrecto. Por su parte, la Universidad de la Nación se mantuvo sobre la prudencia, con un trabajo de comunicación enfocado en escritos sobre la investigación del caso y el aseguramiento de que, como una institución con prestigio y calidad educativa, llegaría al fondo del caso para posteriormente actuar como sea determinado (spoiler: hasta el momento, la inacción es la determinación).
Ahora bien, el viernes pasado el rector de la Máxima Casa de Estudios, Enrique Graue Wiechers, ofreció una conferencia de prensa en la que, como se esperaba, abordó el plagio de la ministra Yasmín Esquivel. Para no hacerte el cuento largo, la narrativa del rector puede dividirse en los siguientes puntos: primero, un plagio no es cosa menor, pues demerita la calidad del trabajo presentado y, a su vez, atenta contra la institución educativa. En ese sentido, la Universidad, a través de Colegio de Directores de Escuelas y Facultades y la Coordinación General de Estudios de posgrado, ha aprobado que todas las tesis escritas que sean presentadas deberán ser analizadas —previo a su presentación con sinodales y jurados— con los implementos tecnológicos específicos.
Por otro lado, Graue declaró que ni él ni la UNAM actuarán “apresurada o irresponsable en respuesta a presiones externas”. Ello, puesto que desde que este caso se posicionó dentro de la agenda nacional, la UNAM ha estado en la mira respecto a las acciones con las que respondería, así como las que serían implementadas para prevenir futuros escenarios como este (y, en caso de presentarse, qué protocolos de sanción serían establecidos). A manera de contexto, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, declaró que, ante la presunta inacción de la Universidad de México, era claro que este caso estaba siendo utilizado para hacer politiquería.
Los tiempos cambian. Anteriormente, la tarea de revisión de tesis era exhaustiva y tenía un margen de error humano mayor al que existe en la actualidad. Ahora, gracias a las herramientas tecnológicas disponibles, la labor pericial para los trabajos de investigación —desde las tareas de asignatura hasta los proyectos de titulación— se puede apoyar de softwares especializados en detectar plagios y otras irregularidades que demeriten la calidad de los textos presentados. En ese sentido, parece clara la posibilidad de remediar los casos hacia adelante ¿Será?
Fecha de caducidad
Hablando del tema, la bancada morenista en la Cámara de Diputados, presentó una iniciativa mediante la cual se pretenden modificar la Ley Reglamentaria del artículo quinto constitucional; con el objeto de establecer las medidas para retirar títulos universitarios y cédulas profesionales a las personas que cometan plagio para obtenerlos.
Estos cambios en la legislación vigente pueden comprenderse de la siguiente manera: se plantea el proceso para la revocación de estos documentos con un plazo máximo de 5 años para su ejercicio, para el cual se pretende una cooperación interinstitucional; y se propone el ejercicio de controversia para la persona acusada de cometer este acto.
La buena: luego de la falta de claridad en torno la procedencia del caso de Jasmín Esquivel —de quien fue descubierto un plagio en su tesis de licenciatura—, esta iniciativa establecería reglas más claras en torno a las sanciones por emprender en estos hechos; así como a las entidades involucradas para lo que podría terminar en la revocación de títulos universitarios.
La mala, dentro de dicha normativa, se establece un plazo de 5 años para hacer valer estas penas. Dicho de otro modo, se plantea la revocación de títulos, pero esta tiene fecha de caducidad. Si bien hoy la detección de plagios se hace con ayuda de la tecnología y, por ende, es un proceso automatizado y de alta velocidad; no podemos perder de vista el factor humano dentro de la ecuación. A pesar de las herramientas de apoyo y los filtros que establezcan las autoridades universitarias, siempre existirá quien quiera (y pueda) burlar estos candados. En esos casos, el tiempo podría ser un gran aliado para la persona que incurra en esta falta.
Aquí la pregunta sería: ¿Qué pesa más, un error a temprana edad para facilitar la obtención de un título, o la trayectoria de la persona años después de dicho acto? Aunque la respuesta a esta pregunta varía entre cada persona, podemos entender que esta iniciativa apunta a la segunda opción.
Por cierto
El gobierno capitalino se mantiene renuente sobre la teoría de sabotaje en el sistema de Transporte Colectivo Metro, razón que fue causal de que más de seis mil elementos de la Guardia Nacional se encuentren en servicios dentro de sus múltiples estaciones. Al momento en que se escribe esta columna, el Gobierno de capitalino ha presentado 5 denuncias ante la Fiscalía de la Ciudad de México por presunto sabotaje en el metro. Estos casos incluyen a una mujer que presuntamente tiró aspas de lavadora en las vías con intenciones de dañar las vías, golpes en la infraestructura y fallas en distintas piezas del transporte público.
Los curiosos casos en el Metro han servido de soporte para la secuela de la hipótesis inicial: el sabotaje es producto de organizaciones conservadoras, financiadas por la oposición política y que, con malicia, pretenden golpear la imagen del Gobierno de la Ciudad de México, del Gobierno de México, del presidente de la República y de la 4T.
Si tirar basura en las vías fuera un acto de sabotaje, el metro estaría en riesgo permanente: