Inclusión Educativa en la UAEM - La bina docente USAER-Educación Regular: SEP D. F.
En opinión de Eliseo Guajardo Ramos
Nos pareció un logro equivalente el de las USAER en México con la del psicólogo escolar en Francia y que René Zazzo, continuador de Henri Wallon en el Laboratorio de Psicobiología del Niño en París, celebró tanto en los años 60s del Siglo pasado. Una medida general que normalizaba la psicología escolar en las escuelas y no para casos especiales de psicopatologías. Así, la idea de que las Necesidades Educativas Especiales (NEE) puede ser para todos los alumnos, y no estigmatizarlos como solo algunos casos de alumnos con NEE, hacía que se generalizara la presencia de las USAER en todas las escuelas, aunque fuera en ciclos escolares alternos y secuenciales para que todas las escuelas fueran atendidas de forma permanente durante todo el ciclo. Recuérdese que el protocolo era que permanecieran dos maestros de USAER en la escuela acompañando al docente para apoyarlo en las NEE de sus alumnos. Lo ideal es que formaran “binas” o pares docentes para ir resolviendo las dificultades curriculares, con autoridad siempre del maestro de grupo.
Educación Especial había experimentado este modelo de colaboración con el Programa para el Aprendizaje de la Lengua Escrita y las Matemáticas (PALEM) durante la Administración de la Dra. Margarita Gómez-Palacio. El maestro de EE acompañaba al maestro regular durante todo el ciclo escolar para que juntos aplicaran la Propuesta didáctica con orientación psicogenética. Luego, al siguiente ciclo acudía con otro profesor de Educación Primaria. Y así sucesivamente.
Para el caso de las USAER, se procuraba que los docentes especialistas que permanecieran en las escuelas fueran del área de “problemas de aprendizaje”. Que, a la postre con la “despatologización” de las Matemáticas y la Lengua Escrita, con el enfoque de Piaget y Emilia Ferreiro, se les consideraba maestros especialistas en “aprendizaje”, diluyendo el de “problemas de aprendizaje”.
Ya hemos comentado en otras entregas que las NEE no son de orden psicopedagógico, sino para la planeación de recursos adicionales o diferentes, incluidas desde las plazas requeridas de Educación Especial para su atención hasta las secuencias didácticas en función del Plan y Programas de Estudio, los Aprendizajes clave, etcétera.
El maestro “Especialista en Aprendizaje” con formación en un enfoque psicogenético del aprendizaje es el que se ha requerido para la inclusión (desde la integración educativa hasta la educación inclusiva) desde el diseño de las USAER en 1995, en la SEP. Este enfoque ha sido rescatado en el Plan de Estudios de la “Licenciatura de Inclusión Educativa (2018)” de las Normales de Especialización o de Educación Especial.
El maestro de EE especialista en aprendizaje no es un “paradocente”, como los profesionales que están al servicio de los docentes de grupo y de este maestro de EE. Ambos, maestro regular y maestro especialista de USAER conforman una “bina” docente. Para fines de evaluación, recuerdo haberlo expuesto en lo que fue el INEE, en un panel sobre la evaluación de la población en condiciones de diversidad, en 2018, se trata de maestros frente a grupo. El maestro de USAER no es un maestro como el Asesor Técnico Pedagógico (que se trata de una promoción horizontal, pero al fin promoción con evaluación), es un maestro frente a grupo. En esa ponencia para la evaluación era que se evaluara a ambos profesionales, el de regular y el de especial en pares o binas. Porque comparten el esfuerzo de atender las NEE de los alumnos (esto es, todos) y no la de los alumnos con NEE, que es una visión del Modelo Médico que se “patologiza”.
Lo descrito aquí fue el enfoque de las NEE de la “Conferencia Nacional sobre las NEE. Calidad y Equidad” convocada por la SEP y el SNTE en 1997, con sede en Huatulco. Ahí se definió que la población objetivo de la Educación Especial eran las NEE con y sin discapacidad y no los alumnos con discapacidad. Esto quedó revertido en dos pasos. El primero, en la primera modificación del Artículo 41 de 2000 y el segundo, en la puesta en marcha del Programa para el Fortalecimiento de la Educación Especial y la Integración Educativa (PFEEIE) en 2002. Anunciado en Los Pinos frente al presidente Vicente Fox.
La modificación imperceptible del Art. 41 en el que se introdujo que para lograr la integración educativa “…métodos, técnicas y materiales…” que no estaba mal pero más adelante se señalan para quien no logren la integración “…se elaborarán programas y, ….” Lo que da pie a currículos paralelos al de la Educación Básica, lo que vulnera el derecho al aprendizaje de los objetivos básicos, aunque los objetivos particulares cambien o se sustituyan por otros, pero respetando siempre los objetivos generales para que sean los mismos y quede acreditado el certificado de estudios. De otra manera se excluye y discrimina parte de la población.
El PFEEIE (2002) comienza señalando que la población objetivo es la que cuenta con NEE, “preferentemente” con discapacidad. Lo que no tardó en reducirse exclusivamente a los alumnos con discapacidad, como si fuera sinónimo de las NEE. Y lo que era una media general sobre las NEE se hizo especial para una reducida población de menos del 10%. Así, ya nada tenía que ver el psicólogo escolar de René Zazzo, en todas las escuelas públicas de educación básica y las USAR en su prospectiva para todas las escuelas regulares, como una medida general. Que así, prácticamente se hizo en el Distrito Federal, en ese entonces. El cambio de enfoque no fue inocente, redujo los recursos de Educación Especial monumentalmente.