Graco, Cuauhtémoc y los demás: el derecho a la impunidad
En opinión de José María Román Román
En Morelos, recomponer el estado de cosas que guarda el gobierno es una necesidad impostergable. Se entiende pero no se comprende por qué la política y los políticos cierran los ojos cuando la sociedad Morelense ha venido reiteradamente de mal en peor y por razones individualistas o de grupo han dejado ir demasiado lejos todo lo concerniente a la administración y a la función pública. Andrés Manuel López Obrador, de quien ahora depende de hecho el recomponer la situación no puede ni debe seguir ignorando que en Morelos pasa todo y ha pasado todo desde los tiempos de su amigo Graco Ramírez e incluso desde antes. Hoy, su candidato el morenista Cuauhtémoc Blanco siguiendo fielmente la tradición impuesta por su antecesor ha duplicado las congojas y las preocupaciones de la sociedad cuando en materia de seguridad y economía el estado ha empeorado hasta casi el doble comparado con el tiempo del que para muchos sectores es el odiado Graco Ramírez. Se pensó que no podría haber nada más peor que Graco. Nos equivocamos, estamos peor. Se pensaba que no podría haber funcionario más nefasto que Capella y otra vez nos equivocamos, estamos peor. Se pensaba que Pedro Benítez era mal procurador ahora nombrado rimbombantemente fiscal, y el actual ya le ganó.
También pensamos que el congreso del tiempo de Graco y me refiero al segundo, no al primero de su gobierno, era lo peor de lo peor y… ¡pues no!, los actuales tienen entre sí una gran discusión pero por problemas de grupo o personales, no por lo que debieran y para lo que se les nombró: parlar y decidir la cosa pública en beneficio de la sociedad o mirando el mejor beneficio social, controlando al Gobernador de los excesos o desvíos que pudiera tener su administración. No sirven, no saben en su mayoría estos señores o no entienden de plano cuál es su función pública. Lo peor, no creo que el tiempo los haga entender.
El Tribunal Superior no anda mejor, anda peor que en los tiempos idos. Otra vez la herencia de Graco generó internamente una división que alentó y afloró las ambiciones de poder, del poder. Su Presidente, consciente de lo que hacen en el resto de los poderes no se erige como el árbitro legal que es, sino que se suma al grupo de los ambiciosos y también quiere perpetuarse. Pero no basta, también el pulcro rincón de lo que debe ser la justicia, se ensucia, se mancha con el nepotismo de su titular y quiere más, quiere todo para ella y su grupo la señora Carmen Cuevas. Mientras, la justicia que espere, ya vendrá la divinidad a poner orden, mientras tanto ella, que presume de legalista es en el nombre de su ministerio religioso personal una mescla extraña de exhibicionismo, abuso y nepotismo al más puro estilo de una pequeña dictadura que contradice por su esencia lo que debe ser la justicia. Muy lejos quedan los tiempos de don Jesús vallejo lo mismo que los del padre de Verónica, hombre por cierto, don Manuel Cuevas, ejemplar y sensato, humilde en su comportamiento humano, tremendamente trabajador y muy humano. ¿Qué genes descompusieron a su hija?, no lo sé, pero me lo pregunto cuando me entero de como maneja la administración y la justicia. Me lo pregunto cuando a cambio de permanecer 5 años más en el poder, lucha hasta con las uñas por quedarse. ¿Qué tiene el poder que pierde a los hombres (en este caso una mujer) que incluso no definen ni tienen claro la diferencia entre justicia y ley, entre justo e injusto, pero sobre todo entre el poder divino y el humano? ¿Qué los aferra a querer eternizarse? ¿En qué parte de su vida pierden el piso?...humanos al fin…pero no lo mejor de la raza.
Se ha anunciado e incluso fueron en grupo varios legisladores a platicar con la Secretaria de Gobernación, la señora Olga Sánchez Cordero pidiendo justicia para enjuiciar y castigar a Graco diciendo que ahora sí, que ya tienen todo armado legalmente para procesarlo y piden ayuda. Es ridículo porque son ellos quienes tienen ese poder y tocan una puerta que no requieren tocar porque es altamente probable que no se les abra: me explico: Graco y es solo mi opinión personal, ya se les fue, ya salió impune y solo queda un corto tiempo legal para poderlo procesar y no considero que lo logren. Graco tiene aún poder y tiene el poder más grande, su relación antigua, muy cercana, muy de amigos con AMLO. No pueden o deben olvidar quiénes fueron estos personajes en el pasado y por si lo ignoran, esos dos tabasqueños fueron mancuerna cuando AMLO fue candidato perdedor a Gobernador del Jardín del edén, el caluroso Tabasco. En el amor quedan cenizas, en la política, quedan recuerdos, y los recuerdos también son ley, no escrita pero al fin sentimientos de solidaridad y agradecimiento en los tiempos de la derrota. ¿Piensan acaso éstos románticos legisladores que eso se puede ignorar? Por otro lado, basta observar la foto con la señora Cordero para conocer los ingenuos y los que no son. No apareció Alejandro Mojica y Lucía Meza, dos candidatos posibles para un cambio de Gobernador como parece que como están las cosas puede ser. Los dos saben por dónde masca la Iguana. Una fue y es Graquista, el otro, viejo compañero de lucha de Graco en tiempos de Carrillo Olea. En medio de la foto del recuerdo y la nostalgia y de los tiempos violentos que vivimos estamos usted y yo, mis hijos y sus hijos, mis nietos y sus nietos y la maldita realidad criminal que a todos nos alcanzó y la que ningún gobierno supo ni pudo o no quiso parar, menos Cuauhtémoc Blanco, ¡un suertudote de la patada!