¨En el mundo de las lenguas… existe la de señas¨.
En opinión de Ana Laura García Zagal
Mis cuatro amigos Sordos y yo entramos a un restaurante, hambrientos y sonrientes, el anfitrión me preguntó si nuestra mesa era sólo para cinco, a lo que respondí que sí, levantó su mano indicándonos la libertad de elegir un lugar dentro del agradable jardín. Nos sentamos a platicar sobre los últimos acontecimientos de nuestro trabajo, todos comunicándonos en Lengua de Señas Mexicana (LSM). No pasaron más de tres minutos cuando un comensal de la mesa de al lado llamó a gritos al anfitrión pidiéndole que lo cambiaran de lugar. El hombre reclamaba: “No quiero estar cerca de éstos locos”, refiriéndose a nosotros. Yo también agradecí estar lejos de una persona tan intolerante y no fui capaz de compartir lo ocurrido con mis amigos. Ellos me habían comentado, en otras ocasiones, haber estado expuestos a este tipo de discriminación; y aquella tarde lo viví, desde mi condición de oyente.
El conocimiento de la Lengua de Señas es un privilegio y un orgullo que atesoro y cultivo. Valoro y promuevo el uso de las lenguas de señas, cuyo estatus es el mismo que el de cualquier lengua hablada, lamentablemente, esta aseveración no es la misma para todas las personas, quienes aún en la actualidad manifiestan una terrible actitud de ignorancia. Todavía hoy, en las escuelas suelo escuchar a muchos papás decir que no quieren que sus hijos aprendan Lengua de Señas, porque entonces los demás se darán cuenta de que sus hijos son Sordos; y es verdad, esta condición no es visible, a menos que se comuniquen; sin embargo, al negarles el acceso a la lengua de señas, también les niegan el acceso a poseer un universo conceptual, una cultura; se les niega la posibilidad de crear, de aprender.
Quienes nos aventuramos en el aprendizaje de la Lengua de Señas, nos damos cuenta de que posee una riqueza lingüística invaluable que toma años adquirir, como cualquier otro idioma, y que al sumergirte en conversaciones extenuantes con los miembros de la comunidad, al igual que sucede con el acercamiento a cualquier otro grupo humano, tu visión se enriquece.
Resulta vital que instituciones internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), promuevan la concientización sobre la importancia de la Lengua de Señas para la plena realización de los derechos humanos de las personas Sordas. Con este propósito, el 19 de diciembre del 2017, la ONU proclamó en su asamblea general que, a partir del 2018, el 23 de Septiembre, se celebraría el Día Internacional de las Lenguas de Señas, recordando el establecimiento de la Federación Mundial de Sordos en 1951.
Aún queda mucho por hacer; cada uno de nosotros desde diferentes trincheras, puede contribuir a la inclusión y a la participación plena de las personas Sordas sólo precisamos un poco de respeto, despojarnos de todo prejuicio propio de la ignorancia y la prepotencia.
Me gustaría que un día, todos podamos sentarnos a la mesa a dialogar, comer, disfrutar, compartir y sonreír.