El desastre de la Auditoría
En opinión de Roberto Salinas
Sorprenden las respuestas que ha dado la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización del estado de Morelos (ESAF) al preguntarle sobre las auditorías que ha realizado en los últimos 20 años. Sorprende por que es una institución que debería estar integrada por profesionales, por personas responsables de vigilar el uso de recursos de los ciudadanos en las instituciones públicas de Morelos.
Lo que no sorprende, son los resultados, porque la ESAF está diseñada para responder al Congreso de Morelos o al gobernante que tenga recursos y poder político. No sorprende el uso político y opaco porque así conviene a la corrupción y a la impunidad. En verdad sorprende, que no pueda ser capaz de simular, de tener un poco de decoro y algo de orden para presentar una fachada de trabajo.
Desde hace tres años la ESAF no ha sido capaz de entregar información completa y coherente sobre las auditorías que concluyó o tiene pendientes. Las respuestas sobre las auditorías muestran su incapacidad para coordinar una información entre las áreas, quizá algunos datos de auditorías podrían estar registrados en servilletas o en tarjetas bibliográficas.
La ESAF tiene auditorías del 2010 y 2011 que no ha publicado, desconoce fechas de inicio o conclusión de ellas, no tiene folios en auditorías, no cuenta con información de las observaciones, no tiene una base de datos común, se encuentra buscando aún archivos y carpetas, además, cada área responde como puede sin un criterio y coordinación común. En conclusión, es un desastre.
Su Servicio Profesional de Fiscalización creado por el Congreso es letra muerta, titulares de la ESAF y los propios legisladores violan sistemáticamente la Ley. No les importa la justicia, no les importa la transparencia. No les importa hacer las cosas bien. Solo les importa tener plazas en la ESAF para familiares y amigos, solo les importa la sensación del control de las instituciones ante las amenazas de auditorías a modo. Y callan porque un presupuesto de 400 millones deja muchos beneficios, callan porque algún día -piensan- serán alcaldes.
La auditoría federal estima que en Morelos se deben aclarar o recuperar 14 mil millones de pesos de del año 2000 al 2018. La auditoría de Morelos no conoce sus resultados, no sabe incluso, si sus auditorías ya prescribieron.
La auditoría es un desastre, una muestra de lo que sucede en Morelos. Por lo pronto, seguiremos viendo iniciativas populistas y oportunistas en el Congreso. Si en verdad quieren hacer algo por Morelos, como combatir la corrupción y transparentar los recursos, la Auditoría debería ser el primer paso, dar autonomía técnica y financiera, convocar a ser integrada por profesionales en procesos transparentes y profesionales, impulsarían la apertura de la información y el uso de tecnologías. Queda poco tiempo, ¿Lo harán?