El Tercer Ojo - De Plagiarios, Plagiadores, Plagiados o sobre la Privatización del Pensamiento
En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara
“DEL VESTIR. Un tejedor dijo: Háblanos del vestir. / Y él respondió, diciendo: Vuestra ropa esconde mucho de vuestra belleza / y, sin embargo, no cubre lo que no es bello. / Y aunque buscáis en el vestir el sentiros libres en vuestra intimidad, / podéis hallar en él un arnés y una cadena. / Cómo pudierais enfrentar al sol y al viento con más de vuestra piel / y menos de vuestro ropaje /Porque el aliento de la vida está en la luz del sol / y la mano de la vida en el viento. / Algunos de vosotros decís: / “Es el viento del norte el que ha tejido las ropas que usamos.” / Y yo digo ¡Ay! / Fue el viento del norte. / Pero fue la vergüenza su telar / y la debilidad de carácter dio sus hilos. / Y, cuando terminó su trabajo, / rió en el bosque. / No os olvidéis que el pudor no es protección contra los ojos del impuro. / Y, cuando el impuro no exista más, / ¿qué será el pudor sino los grillos y la impureza de lamente? / Y no olvidéis que la tierra goza al sentir vuestros pies desnudos / y los vientos anhelan jugar con vuestros cabellos”.
Gibrán Khalil Gibrán, El Profeta
Nuevamente, estimados lectores que me siguen, asediado por las “grillas” mediáticas del hic et nunc –aquí y ahora— del acontecer político. ideológico y mediatizado en medios de información y en las “redes sociales”, a propósito de las “vestimentas” o “credenciales” que portan los suspirantes al acceso de los diferentes cargos de elección popular que en el próximo acto circense electorero se disputarán, trataré de exponer, sucinta y claramente, algunas ideas sobre este proceso de “desgarre de vestiduras”, más allá del análisis o discusión de las propuestas para el desarrollo a corto mediano y largo plazo nacional, que se ha orientado hacia la construcción de “muñecos de paja” útiles y necesarios para el impulso de la estrategia política y mediática favorita de quienes se abocan a la confección de los anatemas y, sobremanera, de la “Reductio ad absurdum” –Reducción al absurdo—, como medio para la descalificación de los “Molinos de viento” que creen ver o percibir en el horizonte y que es necesario, según su mundo ilusorio, desarticular, desintegrar, eliminar o desaparecer de su mundo perceptivo.
Como hemos sido testigos de esta obra teatral, desde la elección del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el uso con fines mediáticos, ideológicos y políticos del “recientemente erigido” recurso de descalificación de algún personaje político por haber “plagiado” fragmentos o segmentos de otros trabajos para presentar su tesis –de licenciatura o grado— ocupa un lugar prominente en la “lucha ideológica” de la pureza ética, deontológica o moral de los suspirantes para ser electos y, debido a su “impureza” moral, ética o deontológica, ser descalificados y descarrilados de la senda que lleva al cargo anhelado.
Fue es el caso de la suspirante Yasmín Esquivel y lo es ahora de las representantes más conspicuas de los dos frentes en pugna por la elección de la presidencia de la república; trátese de Xóchitl Gálvez o de Claudia Sheinbaum. Como podemos constatar, ambas han sido acusadas de “plagiarias”. Es irrelevante el análisis, la reflexión o la discusión de los proyectos de nación que proponen o representan; lo trascendente es que son “plagiarias” y, por ende, carecen de las cualidades morales, éticas o deontológicas necesarias para gobernar el país.
“Reductio ad absurdum” y ya. Lo relevante aquí es la persona y sus atributos, no los proyectos, programas.
Lo mismo puede observarse en la colocación o ubicación dentro de la “geometría ideológica y política” de los personajes en contienda; o se es de “izquierda” o se es de “derecha”, o se es “conservador” o se es “transformador”, aunque, otra vez, hic et nunc, son los de “izquierda” quienes quieren dar continuidad –léase conservar—la línea trazada por el gobierno en turno representado por AMLO, MORENA y la 4T; mientras que, por su lado, quienes afirman orientar su proyecto a un regreso al pasado muy reciente que el propio pueblo desprecia –léase al “Retorno de los Brujos”—.
Los suspirantes deben exponer sus vestimentas o credenciales que les muestren a los ojos de quienes juzgan su adhesión y pureza ideológica a uno u otro bando. Es el caso del Dr. –léase médico— Hugo López Gatell quien, en entrevista con Julio Hernández López, “Astillero”, en una charla sumamente incisiva debió responder a cuestiones tales como si él era de izquierda o no, qué libros había leído, cuáles de ellos habían dejado huella profunda en él, cuál era su experiencia política más allá de los ámbitos de la salud pública, qué sé yo. En fin, Julio “Astillero” se autoerigió en sinodal de pureza ideológica y política de izquierda.
Imaginariamente, si hubiera sido en este caso el evaluado por el sínodo presidido por Julio “Astillero” hubiera respondido sin duda: Así se templó el acero, de Nikolai Ostrovski; Así vivió y así murió Nguyen Van Troi, s/e, s/f; Diario de la resistencia, de Mikis Theodorakis; La idea Suché, de Kim Il Sung; La política de los tres mundos, de Enver Hoxa; El libro verde, de Muamar Khadafi; La historia me absolverá, de Fidel Castro; La madre, de Máximo Gorki; El poema pedagógico, de Anton S. Makarenko; El hombre con su mundo destrozado, de A. R. Luria, Despertando a la vida, de Alexander Meshcheryakov; entre otros más. Y que conste, no he citado ninguno de Karl Marx, Friedrich Engels, Vladimir I Lenin, Mao Tse-Tung, Karel Kosik, Adam Schaff u otros.
Espero no me repruebe el sínodo presidido por Julio “Astillero” y, desde luego, que conozca y haya leído los libros que sí referí y que sí leí.