Cuando sea demasiado tarde… - Democracia Dirigida
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Bienvenido, apreciado lector, a ésta, su columna favorita de los sábados. Esta semana ha pasado como agua, estoy viviendo una especia de resaca intelectual después de culminar cuatro años de investigación para presentar a las esfinges del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras con el deseo de que se me siga reconociendo como un obrero de cuello blanco que produce ladrillos de papel (que ya ni son de papel, son en formato pdf). El jueves presentamos el tercer libro de la Supervivencia Vial (Dorantes-Argandar, 2024), ustedes pueden encontrar el video en el Facebook de Ediciones UAEM. Me permití autocitarme para colocarles la liga del libro al final de este texto, ojalá se den la oportunidad de conocer el trabajo de mis colegas más cercanos (además del placer que me causa la autocita).
Pues bien, esta columna es un experimento para su servidor, pues ahora, en lugar de desprender aristas, vamos a convergerlas en un solo tema: la democracia dirigida. Corría el año de 1987 (más menos uno) y mi hermano mayor encontró en el periódico que se vendía una cosa que se llamaba “Nintendo Entertainment System” que se vendía por $300,000.00 pesos en (creo que) la Comercial Mexicana. Venía con un juego que trataba de un plomero que brinca sobre champiñones y tortugas, y otro que consistía en disparar a los patos. Si fallabas, había un perro que se reía de ti por no haber acertado. A partir de ahí, no hubo vuelta atrás, su servidor se hizo “gamer” de por vida. Los videojuegos han sido un factor permanente en mi cotidianeidad durante los últimos treinta y cinco años.
No vamos a recorrer toda la historia de los videojuegos, pero sí les quiero contar algo que ha estado pasando las últimas semanas. No recuerdo cómo pasó, pero desde el año pasado reconecté con un amigo de la licenciatura que padece del mismo vicio, y empezamos a jugar en línea el juego denominado “World War Z,” que viene de la película que estelariza Brad Pitt y da vida a la serie de cuentos cortos que escribe Max Brooks (2007) en el libro que lleva el mismo nombre (que, si no lo ha leído usted, lo recomiendo ampliamente). Pues bien, unos meses y cientos de millones de zombies más tarde, me pregunta mi amigo si me apetece pasarnos a Helldivers II. Ya había escuchado del juego, pero su servidor estaba terminando el Spider-Man 2 (bueno, pero es lo mismo que el anterior) y no le había puesto demasiada atención. Lo encontré de oferta y acepté darle una oportunidad. Comenzamos a jugar, y para no hacerles este cuento más largo que ya ven que me cuentan los caracteres, ya somos cinco los que estamos en el grupo de Whatsapp esparciendo la democracia por la galaxia.
¿La democracia, Gabriel? El juego consiste en equipar a tu personaje con el armamento más adecuado posible para enfrentar dos amenazas de la galaxia: los robots y los bichos. ¿Por qué son una amenaza? Lo desconocemos. Sólo sabemos que no son democráticos y debemos instaurarles el régimen. Los mismos jugadores nos hemos prestado a no cuestionar el propósito de la guerra, sólo sabemos que hay que continuar con la lucha. Es frecuente que otros jugadores acribillen a tu personaje si cuestionas los valores democráticos que estamos tratando de imponerles a otras razas. Obviamente, mientras más bichos y robots mates, más puntos se te otorgan, con los cuales puedes adquirir más armamento para esparcir la democracia con más eficiencia.
Ya rascándole un poco más al tema, encontré que el término “democracia dirigida” no es novedoso, tiene más de 100 años que se definió (Wikipedia, 2024). Tal ideología de gobierno consiste en llevar a cabo elecciones democráticas para tener al pueblo contento, pero las políticas de estado, los objetivos y las metas del aparato de gobierno siguen siendo las mismas. O séase: una autocracia de facto. El término ha vuelto a entrar en vigor a partir del movimiento que rodea al expresidente Don Trompas. El populismo ha permitido que se yergan presidentes que son elegidos por una mayoría popular, pero realmente se convierten en dictaduras por lo incuestionables que se vuelven. ¿Saben qué otro país tiene una democracia dirigida? Acertó usted muy bien: el nuestro. López Obrador ha logrado hacerse de las masas a través de una ideología incuestionable y el reparto desmedido del dinero de los impuestos a aquellos que no pagan impuestos para hacerse del control del país y mantenerlo a través de una candidata de papel.
Yo todavía no termino de decidir si Claudia Cheimbaum se le va a voltear al pelmazo en turno e instaurar su propio régimen, o le van a hacer un Juanito, como el de Iztapalapa. Porque la democracia no ha muerto, pero tiene rato que nos la están dirigiendo.
Brooks, M. (2007). World War Z: An Oral History of the Zombie War. Estados Unidos: Three Rivers Press.
Dorantes-Argandar, G. (2024). Supervivencia Vial: Cultura del Riesgo. Cuernavaca: Editorial UAEM. Disponible en línea: https://libros.uaem.mx/archivos/epub/supervivencia-vial-riesgo/supervivencia-vial-riesgoa.pdf
Wikipedia. (2024). Democracia Dirigida. Wikipedia. La Enciclopedia Libre. Disponible en línea: https://es.wikipedia.org/wiki/Democracia_dirigida Consultado: 26-04-2024 14 hrs.