Breves de Abogados y Políticos - Se adelantan los tiempos
En opinión de Alejandro Corona Markina
Con las reglas que se fijaron el domingo pasado en el Consejo Nacional de Morena, se adelantaron los tiempos para aquellos que actualmente tienen un cargo de representación popular -o en el gabinete de gobierno- y aspiran a “cambiar de aparador.”
Aunque si bien los acuerdos están dirigidos a la “corcholatas” que buscan a presidencia de la República, los lineamientos de “piso parejo” serán replicados para la gobernatura del estado y los demás cargos de elección popular, comenzando con el que mandata la renuncia de quienes sean integrantes de las estructuras de gobierno o representantes populares.
Así, en un futuro cercano se estarán anunciando las renuncias -o en su caso licencias indefinidas- de Margarita González Sarabia; Rabindranath Salazar Solorio; Juan Salgado Brito; Lucía Virginia Meza Guzmán; Juan Ángel Flores Bustamante; Rafael Reyes y otros más que buscan la gubernatura del estado. Se esperaría también la solicitud de licencia del propio gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.
En el caso del Movimiento de Regeneración Nacional, aparentemente no habrá esa nefasta costumbre de buscar un nuevo cargo de elección popular, mientras se ocupa un espacio en el Congreso Local o Federal.
Pero si las cosas se producen de modo similar a lo ocurrido a nivel nacional y a efecto de evitar rupturas, es previsible entonces que a nivel local también se establezca un acuerdo a efecto de que Morena no pierda la gubernatura y contribuya al plan “C” del presidente Andrés Manuel López Obrador, es decir, obtener la mayoría calificada en el Congreso de la Unión.
Para ello el reparto previsible es que quien gane la candidatura al gobierno del estado, ceda la candidatura a la primera Senaduría, así como diputaciones federales y locales para el resto de los competidores, quienes mantendrían su compromiso de unidad.
Se ve difícil que en el estado, Morena logre conciliar con todos los actores políticos. Hay agravios que se han venido dando entre distintos liderazgos que anticipan que habrá confrontaciones fuertes al interior.
En el mismo Congreso del Estado, nunca existió una bancada morenista unida y en el partido a nivel local no se ha puesto orden. Una parte de los morenistas se fueron con el llamado G-15 de la Cámara de Diputados y se guían por sus propios intereses. Muchos de ellos verán el fin de sus carreras políticas, pues aparentemente serán vetados de cualquier aspiración que tengan en el próximo proceso electoral.
Es preciso que se defina quién conducirá aquí los trabajos para garantizar que nadie -por muy válidas que sean sus posiciones- genere el rompimiento de la unidad.
El reloj se adelantó y no hay tiempo que perder.