CORRUPCION: ¿PROBLEMA O COSTUMBRE?

En opinión de José María Román Román

CORRUPCION: ¿PROBLEMA O COSTUMBRE?

Tal vez estemos ante un dilema cultural heredado de origen español o en esencia somos una raza corrupta producto de costumbres impropias o heredadas, pero que finalmente corroen a la nación, dañan la imagen de la sociedad Mexicana y terminan generando un conflicto económico.

El otro lado de los orígenes descansa en nuestros políticos, gentes que deben ser ejemplo social para los electores y que terminan tan o más corruptos que los ciudadanos comunes que por necesidad o maña se ven orillados a corromper a la autoridad, sino, no avanzan en sus negocios, en su vida personal o en otras cuestiones necesarias para la vida de la gente común. Pero la vertiente, como hemos mirado en todas las administraciones es que esa corrupción, es fomentada desde el poder cuando no licitan ni supervisan los ciudadanos o los organismos sociales las obras o las adquisiciones. En todo caso hemos visto que todos los gobiernos y en especial el de AMLO, que juró y que falsamente ha dicho que ya no existe, y que los hechos y la realidad lo contradicen porque la corrupción sigue. Y es que hemos mirado como gozan de privilegios familiares, funcionarios y amigos del presidente que se les ha documentado a plenitud ese fenómeno sin quer nada se haga.

Y esta corrupción se trasladó hace ya muchas décadas directamente a la política y fue tan peligrosa que dio orígenes a movimientos sociales importantes que indirectamente engendraron enfado  como el movimiento zapatista o el del 68. Ante tanta desvergüenza, por fin hubo acuerdos entre los políticos para que esa corrupción que afecta las estructuras del gobierno mediante las elecciones, fuera resuelta a través de un organismo ajeno al agente corruptor (funcionarios y gobiernos) a través de un organismo inicialmente manejado como Instituto Federal Electoral. Eso implicaba e implica restar desde sus bases el poder corruptor del gobierno y los resultados fueron evidentes: Hubo una disminución sustancial en los conflictos electorales y pre electorales. Con el tiempo las reformas realizadas han ido mejorando la función de ese organismo que por cierto es muy caro, uno de los más caros del mundo y uno se pregunta, ¿por qué? Y salta a la vista la respuesta: porque somos corruptos y tramposos como sociedad colectiva y para resolverlo habría que generar como se hizo, candados que lo impidieran pero para eso se requirió una estructura muy cara, que es lo que pagamos a la fecha. En otras palabras, el precio que pagamos está en función de lo corrupto que somos y de los tramposos que hemos sido.

Ahora el presidente le incomoda lo que hace o cómo se maneja el actual INE, sucesor del IFE no obstante que con él demostró su manejo imparcial de los procesos electorales que ya llevan 30 o más años dándonos cierta tranquilidad y confianza.

Quiere todo el poder, ¿para qué? Para manejar a la nación bajo conceptos arcaicos e disfuncionales de una ideología que hasta el cansancio y el exceso ha demostrado históricamente su inutilidad. Pero además, también le daría a su partido y a el mismo AMLO la posibilidad de controlar los destinos de la nación a través de su persona, manejando la confianza de los que les ha entregado dinero sin más utilidad que ser programas para gente en edad de trabajar para sostenerlos como potenciales seguidores ciegos que a través de ese ejercicio de compra conciencias.

Lo grave que acaba de pasar es que la corrupción, que además debe investigar la autoridad estatal electoral porque se trata de Campeche, que el mismo AMLO y MORENA han tolerado cuando funcionarios de primer nivel de Layla Sansores son filmados recibiendo dinero durante el proceso electoral donde se le eligió como Gobernadora de ese estado. Ese deporte llamado corrupción todos los partidos de una u otra la han practicado pero si le quitan desde la ley autonomía al INE, entonces, la corrupción ya ni siquiera tendría límites y sería indirectamente manejada por el propio gobierno, es decir, volvemos a los viejos sistemas implantados y practicados por el PRI de Manuel Bartlett, quien posiblemente esté atrás de todas las reformas que quieren hacer para quitar al ciudadano el poder juzgar, someter y castigar a los políticos tramposos. Si quisieran reformar en serio, cambiarían la ley para que todo gasto de partidos y candidatos siempre sea a través de cuentas bancarias y hacer obligatorio el ir a votar. Lo demás es atole con el dedo y no resuelve de fondo el problema.