Congreso caro
En opinión de Roberto Salinas
De nueva cuenta, en el Congreso de Morelos se volvieron a programar un presupuesto millonario. Para este año 2020 los legisladores morelenses programaron un monto de 400 millones de pesos, en promedio, cada Diputado nos cuesta 20 millones de pesos, esto considerando el presupuesto total, que implica nómina, materiales y servicios que pagará el Congreso este año.
Haciendo el mismo ejercicio con todos los estados del país, tendríamos los cuartos Diputados más caros, solo detrás de la Ciudad de México que cuestan en promedio 26.8 millones de pesos, Baja California 23.6 millones, Sonora con 22 millones y Morelos empatado con Michoacán que cuestan 20 millones. Esto representa también que cada habitante morelense, niño, joven, adulto o adulto mayor tendría que aportar $210 anuales para financiar al Congreso.
En cuanto a lo que representa la inversión en el Congreso respecto al porcentaje del presupuesto estatal, el de Morelos, es el segundo estado que invierte más en su congreso, con 1.49% de su presupuesto total, solo debajo de Tlaxcala que invierte el 1.57% de presupuesto en sus legisladores. En cambio, los estados de Puebla, Chiapas y Tamaulipas invierten 0.24%, 0.30% y 0.31% respectivamente, del presupuesto total a sus Congresos.
¿Qué representan 400 millones de pesos? Aquí un ejemplo; actualmente el gobierno del estado de Morelos cuenta con 1,400 elementos policiacos, que en promedio tienen un sueldo bastante bajo de 11 mil pesos mensuales. Cada policía cuesta en promedio 165 mil pesos anuales al estado, por lo que se invierten cerca de 230 millones de pesos anuales en sueldos para policías. Con esas cifras, con 400 millones de pesos se podrían contratar cerca de 2,500 nuevos elementos policiales. Por lo tanto, sería muy prudente y necesario pensar cómo destinar de mejor forma más recursos para la seguridad, para contratar más elementos policiacos, mejorar su sueldo o equiparlos de mejor forma.
En medio de tantos debates absurdos y pérdida de tiempo en el Congreso, deberían hacer un análisis verdadero, profundo y transparente de lo que necesita el estado y dejar de ver el presupuesto como un reparto del botín. Deben dejar sus gestiones y dedicarse a legislar. Deben dejar de usar aviadores, reducir la nómina y contratar personas con capacidad de asesorar correctamente a los legisladores.
Lo peor de todo es que se desconoce el destino de más de 2,200 millones de pesos usados por el Congreso desde el 2015 hasta el día de hoy. Ni la 53 legislatura (2015-2018) ni la legislatura actual han transparentado el uso de recursos. Se niegan a transparentar el gasto por partida presupuestal, sus transferencias, cheques y auxiliares contables. No quieren transparentar la nómina y sus sueldos.
Llevamos años de abusos, de promesas y discursos vacíos. Mientras la sociedad no actúe con responsabilidad presionando, preguntado, exigiendo y demandando a sus funcionarios, las cosas seguirán igual. Ya es momento que los morelenses reaccionemos ante tanto abuso.