Observador político - ¿Ante la ausencia de AMLO, meterán a la cárcel a Cuauhtémoc Blanco?
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
El daño que le hizo Cuauhtémoc Blanco a Morelos es irreversible al estancarlo en los peores lugares en delitos de alto impacto, con nulo desarrollo económico, acusaciones de desvió por más de 3 mil millones de pesos ante la Auditoría Superior de la Federación y una falta de credibilidad social que lo mantuvo entre los peores gobernadores del país durante los últimos seis años en las diferentes encuestas que realizaron diversas empresas de reconocido prestigio que se dedican a estas actividades.
DAÑO IRREVERSIBLE DE CUAUHTÉMOC A MORELOS.- La gestión de Cuauhtémoc Blanco al frente del gobierno de Morelos ha dejado una huella profunda y negativa en el estado, no solo por el estancamiento en el desarrollo económico y el alarmante incremento de delitos de alto impacto, sino por la creciente opacidad y las acusaciones de corrupción que persisten en su administración; basta recordar los más de 3 mil millones de pesos señalados en desvíos ante la Auditoría Superior de la Federación, por lo que el legado de Blanco se encuentra marcado por una falta de transparencia y una escasa rendición de cuentas.
Más allá de los números, la gestión de Cuauhtémoc Blanco se ha visto caracterizada por un desprecio por la política seria y un enfoque personalista que ha arrastrado a Morelos a los peores lugares en cuanto a gobernabilidad, debido a que durante su mandato, las encuestas no han sido amables con él, posicionándolo entre los peores gobernadores del país en los últimos seis años; sin embargo, la narrativa construida por el hoy legislador federal se ha sostenido en un discurso en el que se presenta como víctima de los mismos políticos a los que acusa de "chapulines" que él mismo ha imitado. Al final, la llegada del Cuauh al poder fue una serie de saltos de un partido a otro, del Social Demócrata, Encuentro Social y luego al Solidario para culminar su aterrizaje en Morena, donde ha encontrado refugio político, pero a costa de un daño irreparable a su credibilidad.
Lo más inquietante y preocupante es la investigación del “Caso Primavera”, un expediente que ha permanecido congelado por años y que involucra presuntas operaciones de lavado de dinero y otros delitos graves; con una suma de dinero que superan los 700 millones de pesos y la posible implicación de miembros cercanos a su círculo político y familiar, el caso representa uno de los mayores ejemplos de impunidad en la política mexicana reciente.
¿CONTINUARÁ EL MANTO PROTECTOR? Hay que recordar que la denuncia de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que era en aquél entonces encabezada por Santiago Nieto, señalaba movimientos financieros sospechosos, con transacciones internacionales que superan los 700 millones de pesos, además de retiros sospechosos desde una cuenta personal en Suiza; empero, estos indicios de corrupción no lograron prosperar, en gran parte gracias al manto protector que Cuauhtémoc Blanco recibió del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
La gran pregunta ahora es si el final de la protección de López Obrador permitirá que la justicia finalmente alcance a Cuauhtémoc Blanco; el futuro del “Caso Primavera” parece depender de la voluntad política del gobierno de Claudia Sheinbaum, quien se enfrenta a un dilema crucial: ¿seguir el mismo camino de protección que su antecesor o abrir las puertas de la justicia y la transparencia para que se investigue y, en su caso, se castigue a Blanco por los posibles delitos cometidos?
El riesgo es grande, pues el país ha sido testigo de cómo la impunidad ha prevalecido en casos de alto perfil, tanto en el ámbito político como empresarial; si bien la corrupción y el abuso de poder son prácticas comunes en muchos rincones de la política mexicana, lo que distingue el caso de Cuauhtémoc Blanco es la dimensión de su impacto y las consecuencias que ha tenido para un estado que, más allá de sus problemas estructurales, se encuentra atrapado en un ciclo de desconfianza y desesperanza.
Es necesario que la administración de Claudia Sheinbaum, si realmente quiere marcar la diferencia en términos de justicia y gobernanza, tome cartas en el asunto y no se deje arrastrar por la lógica de la impunidad que ha caracterizado a tantos políticos en el país; por lo que debe haber apertura a las investigaciones y denuncias ya que el daño causado a Morelos por Cuauhtémoc Blanco es irreparable, pero aún queda la posibilidad de que se haga justicia. Dependerá de la administración actual si decide poner fin a este ciclo de corrupción y dar una señal clara de que, cuando hay pruebas suficientes, la ley se aplica, sin importar el estatus político o la protección que se haya recibido en el pasado.
¿LUCHA CONTRA LA IMPUNIDAD? Es indudable que la administración de Margarita González en Morelos está cumpliendo su palabra de no permitir más impunidad y castigar a quienes hayan hecho mal uso de los recursos públicos, el objetivo, busca recuperar la confianza de una ciudadanía cansada de la corrupción y el desorden administrativo que raya en lo absurdo.
La presencia del gabinete de la titular del Ejecutivo en las instalaciones de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción para la presentación de cuatro denuncias por presuntas irregularidades que involucran un monto superior a los 40 millones de pesos, concentrándose principalmente en la rehabilitación de las bóvedas del mercado "Adolfo López Mateos" en Cuernavaca y en los actos de corrupción dentro del Fideicomiso Lago de Tequesquitengo, evidencian que no habrá protección para los que se fueron ni para los que actualmente están en su propia administración.
Con el anuncio, la gobernadora se pinta de un color renovado de honestidad y compromiso, y las denuncias parecen ser un esfuerzo por dar la impresión de que se está actuando con firmeza frente a un pasado repleto de corrupción, que anhelaban irse sin que nadie los cuestionara a gastarse los millones de pesos por los que hoy, varios políticos del gobierno anterior, han sido señalados.
Cierto es que no se puede proteger a la administración saliente, encabezada por Cuauhtémoc Blanco, porque dejó a su paso un estado sumido en el caos, con desvíos millonarios que aún pesan sobre el futuro de la entidad y ahora, corresponderá al Fiscal Anticorrupción, Juan Salazar Núñez, castigar a su archienemigo Cuauhtémoc Blanco y evitar, hacerse omiso, como sucedió con las denuncias de su exjefe, Graco Ramírez Garrido Abreu quien disfruta de su libertad que nadie le impide.
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