Breves de Abogados y Políticos - Cuernavaca: hora de definiciones
En opinión de Alejandro Corona Markina
Si Morena pretende recuperar Cuernavaca, tendrá que optar por hacer candidato a Javier Bolaños Aguilar. Ir con el falso “Checo Pérez” es el suicidio político.
Ya se dijo que -en Cuernavaca-, la candidatura guinda será para varones y no hay más que dos sopas: Javier Bolaños o Sergio Pérez.
El momento es idóneo para arrebatarle la capital al panismo. El actual edil, José Luis Urióstegui Salgado, arrastra una imagen de mediocridad y de ineficiencia en la solución de problemas importantes, como el de seguridad, distribución de agua potable y pavimentación, que no lo hacen viable para obtener la reelección.
La trayectoria de Javier y “Checo” es abismalmente distinta. Si de algo critican a Javier Bolaños es por su pasado panista. Nada más, pero a Sergio Pérez ni siquiera lo critican de nada porque no lo conocen. Además, lo que hoy se necesita es un edil capaz y comprometido, su ideología en este caso no es tan relevante. No hay que olvidar que el actual presidente Municipal -que tiene a la ciudad hecha un desastre-, tuvo un origen de izquierda y llegó por la derecha.
A partir de esta línea, ofrezco disculpas por hablar en primera persona, modo presente y pasado del singular. Dicho lo anterior, vamos al año 2018. El que esto escribe fue invitado por el doctor en derecho Tomás Benjamín de las Casas Vega a sumarme al proyecto para hacer ganar en Morelos al actual presidente, licenciado a Andrés Manuel López Obrador. De las Casas Vega sabe que soy un lopezobradorista de origen (chairo nos dicen los de la ultraderecha), por lo que me convocó y presentó con Radamés Salazar Solorio, encargado electoral en la entidad por su hermano Rabín (a quien yo ya conocía), siendo éste coordinador de la Cuarta Circunscripción Territorial. Mi responsabilidad primigenia fue la de Coordinador de Representantes Generales (CRG) del primer distrito, función remunerada, pero de la cual no recibí ni acepté cobrar un solo peso.
Allí conocí al mencionado Sergio Pérez Flores, operador de toda la confianza de Radamés Salazar Solorio. Efectivamente él recorrió el territorio, principalmente Jojutla y zonas afectada por el temblor de 2017, donde el partido entregó recursos a damnificados, pero lo hizo siempre en plan de segundón, abajo del presídium, pues ni político es. El cuartel de operaciones eran las instalaciones del mismo partido y a veces en la casa de la ex diputada y amiga Alejandra Flores, pues el papá de ésta era también CRG.
En ese entonces, vino la ola lopezobradorista y dos personajes (entre otros) se sacaron la lotería sin comprar boleto en ese 2018: Antonio Villalobos Adán, quien, siendo igualmente un desconocido, asumió la presidencia municipal de Cuernavaca (aprovechando las pifias del partido Morena); y el otro -igualmente desconocido- Sergio Pérez, que fue registrado como suplente de Radamés Salazar Solorio. Llegó la pandemia del Covid-19, con ella la trágica muerte de Radamés, asumiendo así el cargo de senador Sergio Pérez Flores.
Vamos a lo que interesa: si bien puede decirse que Bolaños no es oriundo de Morelos y “Checo” sí, eso no es suficiente para inclinar la balanza. Cuernavaca no está para improvisaciones, la ecuación es simple: comparar trayectorias.
Que no haya confusiones: “Checo” tiene todo el derecho de aspirar a la presidencia municipal de Cuernavaca, pero si es postulado, va seguro a la derrota. No es carismático y a veces da la impresión de que le molesta estar cerca de la gente de pueblo.
Cuernavaca ya no está para experimentos, improvisaciones o ineptos. Morena debe aprovechar que José Luis Urióstegui ya demostró su ineptitud.
Por cierto: conozco a los dos aspirantes de Morena y por eso me atrevo a decir a quién considero mejor.