Sobre la preeminencia de las reformas democráticas de fondo y Arnoldo Martínez Verdugo

En opinión de Rabindranath Salazar Solorio

Sobre la preeminencia de las reformas democráticas de fondo y Arnoldo Martínez Verdugo

Subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos

Ciudad de México | 24 de mayo de 2022

 

Cuando la revolución de las conciencias toca a la puerta de una nación, el pueblo está exigiendo a los gobernantes estar a la altura de la transformación a la que están siendo convocados.

Arnoldo Martínez Verdugo fue un comunista revolucionario, cuyo activismo no sólo atendió al llamado de la historia, sino que permitió cimentar el obelisco de la democracia nacional.

Nació en Pericos, Mocorito, Sinaloa, un 12 de enero de 1945, este líder tuvo afinidad por las bellas artes, siendo un digno representante de Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmerada”, asimismo, los movimientos sociales siempre le produjeron un magnético interés, presentando un talento innato para la palestra pública.

En su sólida trayectoria profesional, podemos encontrar que fue dirigente del Partido Comunista Mexicano (PCM) y del Partido Socialista Unificado de México (PSUM); coordinador parlamentario del PCM; diputado federal en tres ocasiones;  candidato a la presidencia de la República por el PSUM; fungió como delegado en la actual alcaldía de Coyoacán; fundó en 1982 el Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista (CEMOS) para preservar la historia de las izquierdas en nuestra nación; y fue autor de diversos libros, así como articulista en algunos medios impresos de comunicación.

Este 24 de mayo, fecha coincidente con su noveno aniversario luctuoso, los restos mortuorios de Arnoldo Martínez Verdugo fueron inhumados en la Rotonda de las Personas Ilustres, a través de un homenaje póstumo en su honor.

Fue en noviembre de 2019, cuando el presidente de México, Lic. Andrés Manuel López Obrador, le declaró Persona Ilustre, mediante un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación.

Recibió sepulcro de honor por sus ideales, con los cuales defendió que los grupos y partidos que representaban a los sectores más vulnerables de la sociedad se unificaran en una misma causa y fueran tomados en cuenta de manera democrática e institucional, combatió la explotación de los obreros y su opresión, siendo, además, ejemplo de integridad y lucha.

Subversivo, pero siempre reflexivo, incidió en la revitalización de los sistemas de partidos en México, pasando de un sistema hermético y hegemónico, al reconocimiento de la oposición, a través de la reforma política de 1977, desencadenando una profunda transformación democrática en nuestro país.

Asimismo, logró la unificación de las izquierdas, encontrando en la pluralidad de ideologías, el baluarte para impulsar entre los militantes una sociedad entre iguales.

Pero no solo ingresó al más alto panteón de la patria por sus logros profesionales.  Martínez Verdugo no sólo fue un político y líder de izquierda, fue un excepcional esposo, padre, amigo y compañero.

Durante la organización de su ceremonia póstuma, responsabilidad conferida a la subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, he podido conversar con personas que le conocieron en vida, siendo la más alta admiración, el cariño y el respeto, el común denominador al momento de expresarse sobre él.

La Dra. Martha Recasens, su viuda, afirmó -con gran certeza- que la ideología de Arnoldo no pertenecía a un grupo determinado: “El pensamiento de Arnoldo trasciende no sólo fronteras, sino fechas y aún, a su propio autor”, exclamó

Su postura, aseveró, pertenece a todos aquellos que hoy dedicamos nuestra existencia a la construcción de una sociedad justa, libre, igualitaria, democrática y respetuosa de su entorno.

Ciertamente, más que nunca, los postulados de Arnoldo tienen mayor vigencia, puesto que fue él quien allanó el camino para la transformación de la que hoy el pueblo de México es testigo.

La Cuarta Transformación, emprendida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se encuentra cimentada en los principios que en vida pregonó Arnoldo, quien comprendió la importancia de erradicar la opresión y la desigualdad, a través de una reorganización democrática y de participación, extensiva a todos los espacios de la vida social, siendo requisito indispensable, la vigencia plena de los derechos humanos.

 “Aquí se necesita la reforma democrática de fondo, que todo mundo disponga de sus plenos derechos”, afirmaba Arnoldo Martínez en entrevistas en medios de comunicación. Hoy necesitamos evocar sus ideales y principios para profundizar en la revolución de las conciencias a las que nos convocan los nuevos tiempos y continuar perfeccionando nuestro sistema democrático, a través de la preeminencia de una reforma que asegure la evolución de México en la materia y, sobre todo, que coadyuve a la recuperación de la confianza de la sociedad en sus instituciones, amplíe las libertades políticas y mejore la participación de la ciudadanía en los temas de interés nacional.