Escala de Grises - Nece[si]dad

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Nece[si]dad

Luego de que terminara la Jornada Nacional de Sana Distancia en pleno riesgo de contagio por COVID-19, a pesar de las recomendaciones por parte de la Secretaría de Salud, el presidente optó por irse de gira y, la semana pasada, inició su viaje por el sureste de país.

Sobra decir que los estados que honrará con su visita están en semáforo rojo. El lunes 1 de junio arribó a Isla Mujeres para conmemorar el día de la Marina y dar el banderazo a la construcción del Tren Maya. Para el jueves, ya estaba en Chiapas.

Durante la mañana del 4 de junio, se cuestionó a López Obrador sobre las medidas de protección que toma para evitar contagios durante sus recorridos por el país. Él respondió que, además de mantener la sana distancia, lavarse las manos frecuentemente y comer saludable, “estar bien con nuestra conciencia es importante: “No mentir, no robar, no traicionar. Eso ayuda mucho para que no dé el coronavirus”, aseguró.

Dijo que una gran ayuda frente a la pandemia es la integración de las familias, pues el amor es “otra cosa”. Asimismo, confirmó que “como hay una buena relación entre el pueblo y el gobierno, sin toques de queda, sin prohibir nada, la gente escucha, está atenta y se porta buen, actúa de manera responsable”. ¡Ah, bueno! Pa’ saber.

Sin embargo, no todo pinta tan armonioso dentro del gabinete presidencial, como siempre. El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto, informó el domingo 7 de junio que, lamentablemente, dio positivo a COVID-19:

 “Permaneceré trabajando a distancia, coordinando las labores a mi cargo y siguiendo puntualmente las indicaciones del personal médico. Se mantiene vigilancia epidemiológica del caso y de mis contactos”, fue el mensaje que publicó en su cuenta oficial de Twitter.

En la misma plataforma compartió un video en el que confirma que él y su familia se encuentran bien, con síntomas leves. Aunado a esto, el funcionario aprovechó para echarle porras al Seguro Social y, de paso, aclarar que la información respecto a su involucramiento en la asignación de contratos a empresas de familiares es falsa… Pero ese no es el tema principal de esta columna. Sigamos.

Al respecto, Andrés Manuel López Obrador aseguró que él está bien y no se ha hecho la prueba de COVID porque no presenta ningún síntoma y, claro, se cuida; pues durante su gira guardó la sana distancia y muy poca gente asistió a sus eventos públicos. Empero, el presidente no dejó de solicitarle a la población que continúe con las recomendaciones que han dado las autoridades de Salud. Aparentemente, el mesías de la democracia se olvidó de una regla básica: predicar con el ejemplo.

¿Qué le digo? Tal vez, usted creía que López Obrador era ese tío incómodo que se rehúsa a creer en el impacto de la pandemia hasta que alguien cercano a él se contagia y, entonces sí, se toma las medidas en serio; pero no. Al parecer lo suyo no es ignorancia, sino mera necedad.

A pesar de lo absurdas que podrían parecer las declaraciones del presidente, hay cosas interesantes que podemos destacar. Por ejemplo, resulta impresionante la forma en la que Andrés Manuel cuela el moralismo en todos sus discursos.

Pensar que portarnos bien es una medida más de sanidad para evitar contagiarnos de COVID es como asumir que, quienes se han contagiado, e incluso han fallecido por las complicaciones provocadas por el virus, son enteramente responsables de ello. No la precarización, no la pobreza, no las paupérrimas condiciones del transporte público, no la crisis económica, no el desempleo, no la desigualdad.

Pretender que la gente se abstenga de mentir, robar y traicionar para no enfermarse, es invisibilizar —una vez más— la responsabilidad que tienen las instituciones y el Estado de responder las demandas de la sociedad, en generar estrategias más efectivas que se adecúen a las necesidades de toda la población no sólo durante la pandemia, sino en todo momento.

Hacer una relación directa entre el comportamiento —dicotómico— de las personas y el grado de salud o protección del que gozan, además de negligencia, representa una falta de empatía tremenda y una comprensión nula del problema. Nuestro sistema inmunológico no funciona de esa manera, señor presidente.

Por otra parte, debemos ser conscientes de que un brote de contagios dentro del gabinete y el equipo presidencial es peligrosísimo, en superlativo. Si consideramos la edad como punto de referencia para calcular el peor escenario, sin conocer los otros padecimientos o el historial médico de las y los integrantes, el riesgo es alto.

Por otra parte, está la ineptitud. Reiniciar sus giras y encender la luz verde para sus proyectos, cuando en todo el país brillan los focos rojos, es una muestra más de que el presidente sabe hacerse muy bien de oídos sordos, aunque el necio sea él.

Recordatorio importante:

Aunque el semáforo siga en rojo, el regreso paulatino a la nueva normalidad es inminente. Por lo tanto, considerar las medidas a tomar en diferentes espacios no está de más. No podemos bajar la guardia, aunque nuestra conciencia esté muy tranquila.

Desinfectar los utensilios y espacios de trabajo debe volverse rutinario, así como portar cubrebocas, gel antibacterial y jabón líquido. Seguir todas las medidas será esencial para nuestra protección, la de nuestras familias y la de todas aquellas personas con las que nos relacionamos diariamente.

No nos tomemos esto a la ligera, la emergencia sanitaria todavía no termina, aunque el presidente ande de gira. Evitemos asistir a lugares concurridos, salir por motivos que no son de primera necesidad, hacer reuniones con amistades o familiares que no vivan en la misma casa, olvidar la sana distancia, entre otras. Nos queda un largo camino por recorrer.

La recomendación: Por si quiere distraerse un rato, The Wife (La buena esposa) es una película que cuenta la historia de un matrimonio con un secreto guardado durante cuarenta años. Esta joya, dirigida por Björn Ruge, pone sobre la mesa temas como el amor, el sacrificio, la misoginia, la infidelidad y las mentiras. Puede encontrarla en la reciente actualización del catálogo de Netflix. Si la ve, no olvide enviarme sus comentarios.

Vamos paso a paso:

arendy.avalos@gmail.com

@Arendy_Avalos en Twitter