Serpientes y escaleras - Narcovideos
En opinión de Eolo Pacheco

Los narcomensajes se han popularizado al grado que hoy cualquiera los puede fabricar o alterar.
Narcovideos
La semana pasada cerró con una historia peculiar: el viernes el jefe de la oficina de la gubernatura Javier García Chávez acudió a la delegación en Morelos de la FGR para presentar una denuncia por la aparición de un video en donde se le mencionaba como parte de una red de políticos relacionados con organizaciones criminales. El hombre fuerte del gabinete estaba molesto, sorprendido por la información y decidido a no dejar pasar el hecho. Proceder legalmente fue una buena decisión, pero declarar mientras estaba alterado no fue lo mejor. Javier es la figura a la que muchos atacarán en los próximos meses.
Ser el hombre fuerte del gabinete y presumirlo nunca ha sido una mezcla adecuada; quienes han ocupado esa posición en los últimos cinco sexenios no han durado mucho en el cargo porque el desgaste inherente al trabajo los enfrenta con muchos, los convierte en blanco político, reciben fuego amigo y son objetivo constante de investigaciones que comienzan desde las entrañas del gabinete. Los más fuertes deberían ser los más cuidadosos y sencillos, aunque normalmente no es así.
García Chávez no es el primer funcionario todopoderoso en el escenario local; antes de él hubo figuras con tanto o más influencia que él, aunque más discretas en su actuar, con mejor trato y menos protagonismo. Con Jorge Carrillo Olea fue Guillermo Malo, con Sergio Estrada fue Eduardo Becerra, con Marco Adame fue Javier López, con Graco Ramírez fue Jorge Messeguer y con Cuauhtémoc Blanco fue José Manuel Sanz. En los últimos tres gobiernos, además, aparecieron familiares que lucraron con el poder con la venia del gobernante: Mayela Alemán, Rodrigo Gayosso y Ulises Bravo.
Recordar el pasado es la base para entender el presente y darse cuenta de que el poder no es eterno y las figuras más fuertes suelen caer más rápido, porque sus acciones, actitudes, forma de relacionarse y de tratar a los demás impacta de manera directa en su jefe. Cuando la conducta de estas figuras no ha sido prudente, como ha ocurrido en los últimos sexenios, el costo de sus actos lo absorbe el gobernante. Pero regresemos al video:
La reacción del jefe de la gubernatura a la difusión de una grabación en donde lo señalan de estar relacionado con grupos criminales es llamativa por varias cosas:
- 1- Este tipo de videos se han convertido en un recurso recurrente de los grupos criminales para llamar la atención, sembrar miedo, confusión y deslegitimar a autoridades, pero también han sido utilizados por grupos de poder para dañar y poner en duda la probidad de los adversarios polìticos.
- 2- Como tal, ninguna de estas grabaciones tiene valor probatorio, pero sí generan un impacto mediático y político que aumenta cuando los señalados polemizan y vuelven viral la información. Justo como ocurrió ahora.
- 3- Con la aparición de la inteligencia artificial y diversos instrumentos tecnológicos, cualquiera puede fabricar una grabación con el contenido que quiera, por eso ese tipo de información es poco confiable. En el video se menciona a Javier Chávez (no Héctor Javier García Chávez), además de que se señalan a los diputados Francisco Sánchez Zavala, Agustín Alonso, Javier García Yáñez y al alcalde de Cuautla Jesús Corona, estos últimos cuatro reiteradamente mencionados en mantas, cartulinas, videos y narcomensajes desde hace muchos años.
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- 4- El problema de este tipo de información no está en su calidad probatoria, sino en la sensación que dejan de que “algo hay”, lo cual daña de inmediato la reputación de las personas no importa la reacción que tengan o las denuncian que presenten. El blindaje más fuerte frente ante ello es la historia de vida y la imagen pública de cada quien: si el acusado es una persona honorable, querida o respetada, el golpe no llega y es la propia gente la que desmiente las acusaciones.
- 5- La decisión de Javier García de presentar una denuncia contra quien resulte responsable es buena, pero su actitud frente a la prensa no fue la mejor, porque parecía que su enojo era contra el reportero que compartió el video y los medios que lo replicaron, cuando lo de fondo era deslindarse de la acusación y exigir a las autoridades que se investigue el origen y la autenticidad de la grabación. El funcionario se notaba molesto y muestra lo que es sabido por todos: no le gusta la prensa.
- 6- La falta de claridad en su postura deja la impresión de que el reclamo es hacia los medios de comunicación y no hacia quienes le estarían fabricando una acusación falsa; el jefe de la gubernatura debe tener claro su rol y entender que al ser el hombre más fuerte del gabinete y el más cercano a la gobernadora, todas sus acciones afectan a la jefa del ejecutivo. Lo peor que puede hacer Javier García es enemistarse contra quienes difunden información y no contra quienes le inventan mentiras.
Hoy la figura más representativa del gabinete de Morelos es Javier García Chávez, todos saben que se trata del hombre fuerte del gobierno, algunos lo identifican como el poder tras el trono y quien refleja con sus actos y palabras el sentir de la gobernadora. Nadie hay por encima de él en esta administración. Prudencia, es la línea que debe marcar sus acciones.
Morelos enfrenta momentos complejos desde hace varios años, por ello el arranque del sexenio no ha sido sencillo; afirmar lo contrario es mentir: la administración de Margarita González Saravia genera esperanza, de ella se esperan cosas buenas, pero no todo ha sido bueno ni sencillo en los primeros doce meses.
Nadie esperaba que en un año la primera gobernadora de Morelos resolviera todos los problemas del estado, ni siquiera que cambiara de fondo los viejos vicios que históricamente están presentes en las instituciones; lo que si se espera de ella es que haga que su equipo replique su manera de conducirse, que hagan propios sus valores, su empatía, la justa medianía, su humildad y la forma de relacionarse con la gente.
El golpe hacia Javier García Chávez es lamentable, pero forma parte de la dinámica política que ha prevalecido en México desde hace muchos años; el gobierno y los funcionarios pueden no estar de acuerdo con este tipo de acciones, pero deben tener claro que las campañas negras se han popularizado y convertido en un instrumento constante de golpeteo; lo que queda es saber responder a ellas con estrategia, con inteligencia y sin enojo.
A unos días de que se cumpla el primer año del gobierno de Margarita González Saravia el entorno no podía ser más complejo: la violencia está marcando la agenda pública y los esfuerzos institucionales son insuficientes para revertir la situación, la crisis económica es compleja y el éxodo de Nissan aún no deja sentir sus efectos reales; lo peor en este último caso apenas está por venir.
En medio de ello surge una historia poco creíble que vincula a Javier García Chávez con grupos delictivos, que lo pone a la par de políticos muy cuestionados por este tipo de situaciones y que durante varias administraciones han estado en el banquillo de los acusados. Exigir que los hechos se aclaren fue una decisión atinada, no así la postura hacia los medios de comunicación, responsabilizándolos por difundir el contenido. Javier García no es igual a los otros personajes que mencionan, por eso no debe reaccionar de la misma manera.
En política las formas pesan tanto como los hechos; independientemente de la veracidad del material, lo que prevaleció con dicha grabación fue la manera como el funcionario respondió. Poner el foco en la prensa y no en el crimen organizado es un terrible error de cálculo que en lugar de despejar las dudas, provoca morbo y viraliza la acusación.
En la víspera del primer informe de trabajo la narrativa oficial debería marcar la agenda resaltando logros y avances, no polemizando sobre historias poco creíbles; este tipo de escándalos opacan los resultados y desvían la atención de lo que importa y de lo que conviene al gobierno difundir. La inseguridad y la violencia representan por sí mismas un desgaste permanente para cualquier régimen, añadir un desencuentro con la prensa abre un flanco innecesario.
Sin darse cuenta fue el propio Javier García Chávez quien con su actitud viralizó la información en su contra; lo que tendría que hacer son dos cosas: defender su inocencia aclarando que su denuncia es contra los autores del video y no hablar más del tema.
Del jefe de la gubernatura se pueden decir muchas cosas, pero no es igual a los otros políticos que se mencionan en la grabación.
· posdata
El sindicato de maestros y las autoridades de educación parecen haber llegado a un arreglo, quizá no el mejor, pero sin duda el que más conviene a ambos.
Los problemas en el sector magisterial son muchos y van más allá de las diferencias que hubo con la normal de Amilcingo; a la par están las aviadurías, la venta de plazas, de posgrados y todo aquello que ocurre en esas oficinas desde hace años.
Desenmarañar los vicios y corrupción en el sector educativo no es cosa sencilla, ni algo que sucederá en el corto o mediano plazo. El sindicato ha perdido mucha representatividad, pero las redes de complicidad son enormes, van más allá de autoridades, siglas partidistas y liderazgos pasajeros.
A los maestros nadie los controla de forma absoluta, pero los negocios siempre tienen nombre y apellido.
· nota
Veamos la historia del video desde otro ángulo: la región oriente es un bastión político opositor, donde aparece una figura enemistada con el gobierno actual y cuyos representantes reiteran cada vez que pueden que la gente se equivocó al votar por Margarita González Saravia.
La difusión del video comenzó desde cuentas aliadas a ese grupo político, a una excandidata en particular; ahí se colocó el nombre completo y cargo de Javier García Chávez y se le describió como una figura cercana a la gobernadora, cuando en la grabación no se menciona así.
Saquen sus conclusiones.
· post it
Antes de que la historia se trasgiverse, el jefe de la gubernatura debe aclarar que su enfado no es contra los medios de comunicación, ni contra todos los que replicaron el video, sino contra quienes ponen en tela de juicio su honor y lo vinculan con grupos que trafican droga, extorsionan y asesinan.
Javier García no es la persona más tolerante ni amable del gabinete, pero no creo que esté relacionado con grupos criminales, ni a la altura de otros personajes que cotidianamente han sido referidos en narcomensajes.
Peor: todos aludidos siguieron el camino del jefe de la gubernatura: presentaron denuncia y casi repitieron el mismo discurso; obvio: se quieren proteger bajo la sombra del funcionario.
Personalmente primero vi la reacción de Javier al presentar su denuncia ante la FGR y luego conocí la grabación en cuestión. Ergo: si no hubiera sido por el tono de las declaraciones del funcionario, quizá nunca habría visto el video y seguramente, de verlo, no le habría tomado importancia, porque a cada rato aparecen mensajes así y casi todos son falsos.
No hay que tomar decisiones importantes cuando los sentimientos están a flor de piel.
· redes sociales
El que se enoja pierde.
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