Serpientes y escaleras - El calendario del regreso

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - El calendario del regreso

Ya hay fechas determinadas por el gobierno para salir en la nueva realidad.

 

El calendario del regreso

La nueva realidad empieza sin que los problemas de la vieja realidad se hayan ido; ayer concluyó la jornada nacional de sana distancia y en quince días comenzará en casi todo el país el retorno a las actividades. Todo ocurrirá en medio de una pandemia que ha dejado más de 87 mil personas infectadas y casi 10 mil muertos. La nueva realidad que viviremos es peor que la vieja realidad que vivíamos.

En la nueva realidad todos deberemos seguir estrictas conductas sanitarias y de actuación; aunque se ha decretado su finalización, la sana distancia se prolongará en muchas personas, porque la reanudación de las actividades es producto de la presión económica, no de una mejora en la lucha contra la enfermedad.

Las autoridades federales ya se enredaron en sus cifras, quedaron atrapadas en sus propios tiempos y reactivan al país por miedo a que la crisis económica acabe con el capital político del presidente. El subsecretario López Gatell lo ha dicho: lo peor no ha pasado, el nivel de contagios es muy alto y los riesgos de muerte siguen latentes. Aún así todos volveremos a salir a las calles.

El gobierno federal y los de los estados ya plantearon una ruta de reactivación económica que mantiene los mismos protocolos sanitarios de la Fase 3; lo hacen porque la gente ya no aguanta seguir sin trabajar, porque la economía general e individual se está colapsando y la necesidad está rompiendo la cuarentena.

Según lo ha establecido el gobierno federal, habrá un semáforo epidemiológico que marcará los tiempos en los que comenzará la reactivación económica nacional, por zonas, por sectores y de acuerdo con su evolución en términos covid. El primer lugar que abrirá sus puertas es la Ciudad de México, aunque es justamente ahí donde se concentra el mayor número de muertes y contagios.

En Morelos el gobierno estatal ya estableció un camino tentativo para reanudar operaciones; la reapertura económica y social morelense será ordenada, gradual y cauta, señala el documento oficial elaborado por las secretarías de Desarrollo Económico, Salud, Transporte y Turismo.

La semaforización en Morelos estará basada en el número de contagios, la velocidad de transmisión del virus y la ocupación hospitalaria de pacientes covid; la nueva normalidad mantendrá las medidas básicas de higiene y sana distancia para evitar rebrotes. Los ejes que marcarán la pauta serán la salud, la reapertura económica y turística y la movilidad y el transporte.

La propuesta presentada por el gobierno de Morelos para entrar a la Nueva Realidad prioriza la salud de los niños y los grupos vulnerables, es decir, gente mayor a 60 años o con comorbilidades; también hace distinción de los negocios y actividades de interacción social como bares, cines, estadios, conciertos, o giros que por su naturaleza implican la reunión de un alto número de personas. Para todos los casos se establece protocolos de corresponsabilidad con los gobiernos municipales y agentes económicos.

Las actividades económicas y sociales se reanudarán con estrictas medidas de sanidad, de manera gradual y atendiendo a factores concretos como el nivel de riesgo, la aportación al PIB estatal, el número de empleados registrados ante el IMSS, empleados de segmentos de bajo ingreso y actividades cuya naturaleza no representan aglomeraciones.

A partir de hoy primero de junio, de acuerdo con semáforo federal, (ROJO) reanudarán en Morelos operaciones con la autorización del IMSS las empresas relacionadas con la industria Automotriz, la Construcción y la Minería; se planea que en la primera quincena de junio (NARANJA) lo hará la Industria Manufacturera, el comercio al por menor en Tiendas Departamentales, servicios de Preparación de Alimentos, Bebidas, Hospedaje y Balnearios a un máximo del 50% de su capacidad.

Durante la primera quincena de julio (AMARILLO) podrán reabrir Corporativos, Servicios Profesionales, Científicos y Técnicos, Estéticas, Barberías y Oficinas de Gobierno sin atención al público en general. Para la primera quincena de agosto (VERDE) reanudarán operaciones los Servicios Educativos, Actividades Deportivas y Culturales masivas, Gimnasios, Conciertos, Teatros, Cines, Museos, Bares y Casinos, si es que todo sale bien y se anula el riesgo de contagios.

En cuanto al Transporte Público morelense, las condicionantes de apertura en la Nueva Realidad serán:

En el nivel Máximode Alerta (ROJO) y Alto Riesgo (NARANJA) operarán al 50% de su capacidad en transporte CON itinerario fijo o máximo 3 personas cuando se trata de transporte SIN itinerario fijo; en ambos casos se exigirán medidas de sanitización, sana distancia y uso obligatorio de cubre bocas.

Cuando lleguemos a la fase de Riesgo Medio (AMARILLO) el transporte público CON itinerario fijo podrá operar al 75% de su capacidad, en tanto que los SIN itinerario fijo deberán proseguir con un máximo de 3 personas por unidad. En la fase de Bajo Riesgo (VERDE) todo el transporte regresará a su operación normal con máxima capacidad, aunque se mantendrán las medidas de higiene y uso de cubre bocas.

Lo anterior es una propuesta oficial, considerando que las etapas de la pandemia se puedan ir superando conforme a lo establecido en una ruta crítica; todo depende de que aún después de concluida la Jornada Nacional de Sana Distancia la gente actúe con responsabilidad, se cuide y no tengamos un rebrote de la pandemia.

El calendario anterior es una proyección que nos permite vislumbrar los tiempos en los que regresaríamos a la normalidad, pero todo depende de lo que suceda en los próximos días y semanas. Hoy iniciamos una nueva etapa, una Nueva Normalidad ordenada por el gobierno federal, pero sin elementos tangibles que garanticen a todos que hay seguridad para volver a las calles sin contagiarnos.

En la nueva realidad todavía hay delincuencia, violencia, desigualdad y muchos rezagos, continúan impunes las fechorías cometidas por gobiernos del pasado y aparecen nuevos casos de abuso en los gobiernos del cambio. Todo lo que nos dolía antes del coronavirus sigue ahí, y ahora se suma un enemigo invisible que contagia, que mata y ante el cual no tenemos cura todavía.

La seguridad en el regreso a nuestra nueva normalidad no depende del gobierno, porque a las autoridades federales les interesa más conservar el capital político de su líder (por eso el presidente inicia desde esta semana sus giras por el país) que la salud de la población; el cuidado de cada uno de nosotros está en nuestras manos, depende de la prevención que tengamos y de la responsabilidad al seguir cuidándonos.

Vamos a salir a trabajar porque no es posible vivir sin hacerlo. Hagámoslo con cuidado, sin bajar la guardia y entendiendo que el virus, la violencia y los corruptos siguen ahí, igual o peor que antes.

  • posdata

El fin de semana se llevó a cabo en varios estados del país una manifestación en contra del presidente López Obrador; la expresión en tiempos de covid fue distinta, a bordo de vehículos que salieron de la cuarentena para circular, pitando para expresar su repudio al jefe del ejecutivo federal.

Personalmente no sabía que se llevaría a cabo esta caravana, ni tampoco supe en qué momento sucedió en mi ciudad; un día después me enteré porque observe en las redes sociales diversas fotografías y videos hablando del tema; unos la consideraron un éxito y otros un fracaso, depende del lado que estuvieran fue el veredicto.

Pero más allá de la cantidad de participantes y la validez de la manifestación, dos cosas me llamaron la atención: 1- Los anti obradoristas creen que con este tipo de muestras de repudio lograrán que Andrés Manuel López Obrador dimita. Y 2- Los pro obradoristas se sienten profundamente ofendidos de que la caravana fuera en autos de lujo.

Después de muchos años de observar la conducta de las masas y distintas formas de expresión contra distintos gobiernos, personalmente concluyo que las marchas, en la forma que sean, no son determinantes para que un mandatario renuncie (no al menos solo por la expresión colectiva); habría que considerar que este tipo de acciones desgastan a los gobiernos y si no se detienen a tiempo, ocasionan severos descalabros políticos y electorales, además de que afectan notoriamente la gobernabilidad.

Sobre la caravana anti obradorista del fin de semana me quedo con lo hecho por los defensores del presidente: fueron ellos, con sus mensajes de descalificación y odio los que multiplicaron el impacto mediático e hicieron que muchos (yo incluido) volteáramos a ver un evento que había pasado desapercibido para la mayoría.

Una cosa es clara: más allá de quien se trate, pelear por un político es la manera más estúpida de desperdiciar la vida; en campaña todos son defensores de las causas justas, todos prometen que cambiarán al país, que encerrarán a los pillos y acabarán con la corrupción; cuando llegan al gobierno ocurre otra cosa: las promesas se quedan en el baúl de los recuerdos y las estrategias de gobierno se mimetizan, es decir, todos ejercen el poder casi de la misma forma.

Alguna ocasión tuve la oportunidad de platicar en privado con el presidente Fox, el primer presidente no priísta que tuvo nuestro país, ese que igual que López Obrador despertó la esperanza de millones y prometió una transformación profunda de México.

¿Por qué no ha llevado a cabo todos los cambios que propuso en campaña? Le pregunte al botudo guanajatense. ¡Porque gobernar es distinto a hacer campaña y no se puede hacer todo lo que uno quisiera! Me contestó.

Me imagino que algo más o menos así le ocurre al presidente López Obrador: elevó demasiado la expectativa ciudadana, pensó que gobernar era tan sencillo como hacer campaña y ahora se da cuenta que los cambios no son tan sencillos, que no dependen de la voluntad de una sola persona y que continuar el status quo es más cómodo.

Es la locura de poder, como le llaman algunos

  • nota

La Fiscalía anti Corrupción aseguró las instalaciones del Rastro Tipo Inspección Federal (TIF) de Miacatlán, derivado de una denuncia por el delito de Ejercicio ilícito de servicio público y peculado contra Roberto Ruiz Silva, quien fuera titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario con Graco Ramírez.

Personal de la Fiscalía en conjunto con representantes de la Consejería Jurídica y la Sedagro realizaron un recorrido por las instalaciones de dicho rastro; al finalizar la inspección colocaron sellos de aseguramiento con el propósito de salvaguardar el equipo y la maquinaria, en tanto se realizan las acciones en materia pericial y se desahogan las diligencias correspondientes a la investigación en curso.

La administración pasada contrató los servicios de una empresa que se encargaría de dotar de equipamiento y puesta a punto del denominado Rastro Tipo Inspección Federal (TIF) y pago por ello 12 millones de pesos; el gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo ubicó y constató que las instalaciones y equipamientos pagados “en papel” a la empresa responsable de la obra, no correspondían a los parámetros exigidos por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y resultaba materialmente inviable la obtención de la certificación de Rastro TIF.

La denuncia contra Ruiz Silva es una de las varias que ha presentado la Fiscalía Anticorrupción de Morelos contra varios funcionarios del gobierno de Graco Ramírez, en la mira están los ex titulares de Hacienda, Cultura, Desarrollo Sustentable, Transporte, Seguridad, Obras y otros funcionarios como Sergio Beltrán Toto, Jerónimo Bernal, Alejandro Alonso Arriola y Andrik Ruíz de Chávez.

Paradójicamente los procesos más serios y certeros contra los funcionarios graquistas los está armando la fiscalía anticorrupción, la que encabeza el graquista Juan Salazar Nuñez, no el asesor anticorrupción Gerardo Becerra Chávez Hita.

Este último, dicen, ya pactó con aquellos para no hacer nada. Es solo un rumor que se cuenta; en los hechos su oficina no ha hecho nada.

  • post it

Seguridad y combate a la corrupción, temas clave en la agenda de cualquier gobierno. En Morelos, ambos asuntos siguen pendientes, los responsables deben hacer mucho más de lo que han hecho hasta ahora.

  • redes sociales

¿Si hay rebrote de covid nos volvemos a encerrar?

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