Repaso - Jubilados y el IEBEM: ¿Por qué tanta insensibilidad?

En opinión de Carlos Gallardo

Repaso - Jubilados y el IEBEM: ¿Por qué tanta insensibilidad?

El trato a docentes jubilados durante el no gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo es vergonzoso. Pinta de cuerpo entero, tanto al ex futbolista que festejaba sus goles simulando a un perro orinando, como a sus principales colaboradores, entre ellos principalmente a quienes desde la secretaría estatal de Hacienda o su similar de Finanzas, dan la impresión de que esperan hasta que el hilo se tense con riesgo de romperse. Para entenderlos, pero sin aceptar su negligencia ni insensibilidad, supondría que no tenían los recursos oportunamente para pagar la primera parte del aguinaldo a los jubilados y pensionados. Si no los tenían, ¿cuál era la causa?

Sea cual fuese la razón oficial para demorar esa prestación y mantener un hermetismo incomprensible sobre el tema, lo reprobable es que sólo las autoridades reaccionen cuando esos docentes en retiro salen a la calle para exigir una respuesta convincente. Lo hacen corriendo los riesgos latentes por los efectos nocivos la pandemia que no se va. Y por añadidura, soportando las agresiones y ofensas de algunos ciudadanos, como ciertos comerciantes trogloditas del mercado ALM.

La movilización que ayer lunes llevaron a efecto fue anunciada desde hace algunos días. Si la respuesta oficial ya se tenía, como también se difundió ayer, uno no se explica por qué no se les dio a conocer antes. Ni siquiera la dirigencia de la Sección 19 del SNTE estaba enterada, si recordamos que, en un oficio firmado por la secretaria general en funciones, Gabriela Bañón Estrada, repetía el manido discurso de su total apoyo a los compañeros jubilados y la exigencia de que se atendieran sus reclamos.

Si los representantes gremiales ya sabían que, mediante otro comunicado firmado por Luis Arturo Cornejo Alatorre y Eliacín Salgado de la Paz, secretario de Educación estatal el primero y director general del IEBEM el segundo, la respuesta estaba lista en reconocimiento a quienes, afirman en ese oficio, “con entereza y dedicación han dado su vida formando a decenas de generaciones de ciudadanos morelenses”, mal actuaron en perjuicio esos maestros, Si no lo sabían, entonces eso habla de la falta de respeto a su representatividad y falta de interlocución con la patronal.

¿Por qué esa demora? ¿Por qué la insensibilidad hacia los docentes durante esta aciaga gestión “balompédica”? Entiendo que Cuauhtémoc Blanco está imposibilitado para comprender a sectores profesionales como el de los jubilados, pero no concibo que sus colaboradores evadan orientarlo, sobre todo a sabiendas de que su incultura e ignorancia es un difícil dique que le impide dimensionar los asuntos y problemas de urgente atención.

Ante esa mala jugada de quedarse callados y esperar a que salgan a la calle los afectados, tuvieron que dar la cara de manera casi extemporánea Luis Arturo Cornejo Alatorre y Eliacín Salgado de la Paz, cuya incapacidad estriba en no convencer a los controladores de los recursos económicos del gobierno estatal, de la pertinencia de cumplir con los maestros en retiro. Allí donde se administra el manejo de las finanzas están los verdaderos responsables. Allí, por ejemplo, en otras fechas, se negoció el cambio de institución bancaria para pagarle a los maestros en activo. ¿A cambio de qué? Seguramente hubo algunos acuerdos poco transparentes.

Advierto que las autoridades no le llaman aguinaldo, como lo hace el ISSSTE con sus 40 días que tiene legalmente establecidos para ese efecto. El gobierno estatal le denomina “gratificación de fin de año”, a los 50 días acordados desde hace ya varios años. En una ocasión anterior comenté que en diciembre del año 2005 se daba la noticia de que los profesores jubilados federalizados, quienes habían tomado el recinto parlamentario y ocupado la plaza de armas, habían logrado que se les autorizaran 50 días más de aguinaldo. Al sumarlos a los 40 días que recibían, daba un total de 90 días, como ya lo cobraban sus homólogos, los jubilados estatales.

Hacha o machete, como se dice coloquialmente, ya sea que le llamen gratificación o aguinaldo, el caso es que deben cumplir con ese deber, a menos que, como en algún arrebato lo mencionó el ex gobernados Graco Ramírez, esa percepción no estaba justificada porque señaló que los jubilados no tenían ya una relación laboral con la administración estatal.

Tras de esas declaraciones, omisión o tardanzas deliberadas, se mantiene latente la incertidumbre legal sobre esos 50 días. ¿O no? Si alguien dice que legalmente está totalmente definido, resulta entonces que el gobierno de Bravo Blanco incurre en severas irregularidades.

En ese contexto, los jubilados mantienen su preocupación, pero también su firme decisión de defender sus derechos. En Morelos han actuado con firmeza una y otra vez, con o sin el apoyo de sus dirigentes sindicales. Espero que así sigan, porque el regateo de esos derechos parece una constante de riesgo, mientras no tengan el soporte legal y no solamente político. Nada de gratificación, porque pareciera que el gobierno, presuntamente benévolo, se conmisera de los jubilados y pensionados. Debe existir el soporte jurídico, legal, de un derecho adquirido en razón de los largos años de servicio.  El desenlace de este asunto está pendiente.

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