Escala de Grises - Peticiones

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Peticiones

Durante las múltiples acciones [mal enfocadas] para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia en Contra de las Mujeres (como cursos de defensa personal o de relajación), el pasado 25 de noviembre, un acto bastante particular llamó la atención de la comunidad en plataformas digitales.

Sara Valle, alcaldesa de Guaymas en Sonora, tomó la decisión de entregar un kit de búsqueda para el colectivo “Guerreras Buscadoras”, un grupo de mujeres que busca a sus familiares desaparecidos. El “regalo” contenía palas, cubetas e insumos para proteger la salud de las mujeres frente a la pandemia [por covid-19]: cubrebocas, gel antibacterial, guantes de látex, sueros y agua embotellada.

La generosidad del ayuntamiento fue compartida en la página de Facebook de la administración y la captura del texto y las imágenes se difundieron por la red, como ocurre siempre con las malas noticias. Los retuits estuvieron acompañados de frases que expresaban indignación —con toda la razón del mundo—.

Sin embargo, el pasado viernes, Sara Valle aclaró que la entrega de los insumos anteriormente mencionados se realizó con toda la intención de cumplir las peticiones del colectivo “Guerreras Buscadoras”. Aseguró que no había malas intenciones detrás de esto y que tampoco fue a manera de burla, pues ha apoyado siempre la labor de estas mujeres.

Representantes del colectivo acompañaron y secundaron la versión de su alcaldesa. Aclararon que el apoyo se solicitó por medio del Instituto de la Mujer. A su vez, esta dependencia solicitó una lista de todo lo que necesitaban para poder gestionar el apoyo.

“El Instituto de la Mujer nos avisó que harían una ceremonia el 25 de noviembre y que ahí nos entregarían las cosas. Nosotras aceptamos”, aseguró una de las integrantes del colectivo. Como se podrá dar cuenta, no todo son buenas intenciones.

Ofendida por la malinterpretación de sus acciones, Valles afirmó que la difusión de la ceremonia —y el “altruismo” del ayuntamiento que preside— “fue un intento más de denostar el trabajo” de su administración. ¿Escuchó eso? Fue un suspiro provocado por todo lo que quiero decir al respecto.

Veamos. Aparentemente, las intenciones de la alcaldesa eran buenas: cumplir la petición que el colectivo de mujeres en búsqueda de sus familiares desaparecidos realizó. ¿Por qué alardear al respecto con una ceremonia? Ese fue el primer error de Sara, aunque no fuera el más grave.

Aunque el hubiera no existe y nadie me pidió asesoría en este tema, me tomaré la libertad de generar un caso hipotético. Imagínese que usted es la alcaldesa (o el alcalde, lo que prefiera) y le llega una petición [dolorosísima, si quiere mi opinión] como la de este colectivo. Una petición en la que le piden que las apoye con lo más simple: material.

Material para poder dedicarse a hacer el trabajo que usted no ha podido hacer porque Sonora, el estado al que pertenece su ayuntamiento ocupa el tercer lugar entre los estados con mayor números de reportes por desaparición forzada a nivel nacional.

Si usted quisiera colgarse una medallita en el pecho, lo primero en lo que tendría que pensar sería el contexto. Esa es la regla básica de la comunicación y de la política en general. ¿Cómo puede ser posible que presuma el epítome de su negligencia de esa manera?

Si la excusa o la justificación es que el colectivo solicitó el material y por eso se lo dieron, alguien necesita cambiar de enfoque. Lo que las mujeres piden a gritos todos los días no es material para buscar a sus personas desaparecidas. Lo que las mujeres quieren y exigen es que los 1,222 reportes de desapariciones en Sonora durante los últimos dos años se atiendan y que se resuelvan.

Esas son las peticiones que deberían estarse considerando, las de hacer lo que les corresponde a todas las autoridades del Estado. Las peticiones de frenar las desapariciones forzadas, de atender las denuncias, de darles el debido proceso, de castigar a las personas responsables y de evitar que eso pase mil veces más.

Ahora, con la entrega de material se está visibilizando la situación y la labor de los colectivos de mujeres y madres buscadoras alrededor de todo el país. Sin embargo, también se está aceptando algo que sabíamos desde hace mucho tiempo, que los mínimos esfuerzos del Estado y las instituciones son insuficientes.

¿Feliz aniversario?

El día de ayer se cumplieron dos años (¡¿apneas?!) de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la silla presidencial y, aunque la promesa de transformar al país sigue vigente en el discurso institucional, pareciera que en el fondo todo es “lo mismo de siempre”.

Durante estos últimos meses hemos podido observar las contradicciones, los tropiezos y los errores constantes de ese gobierno “criticado más que ningún otro”. Parece que a la 4T se le están agotando las estrategias para disimular los errores internos y los parches que componen la tela del partido.

Por lo pronto, el gobierno que pretendía ser “para todos” tiene a la sociedad polarizada en dos extremos que se atacan constantemente en las plataformas digitales, en las conversaciones y hasta en las manifestaciones realizadas en la plancha del Zócalo capitalino.

Además, las diferentes crisis provocadas por el covid-19 han expuesto de forma más clara el desgaste de la presente administración y la poca iniciativa de una oposición que tampoco tiene mucho qué ofrecerle a una sociedad en la que se prefiere no hablar de política porque “todos son iguales”.

Con las precampañas para el 2021 y uno de los procesos electorales más importantes en la historia de nuestro país, podremos tantear el terreno para el 24. Sin embargo, si la oposición o el partido oficial quieren demostrar algo, desde hace mucho se les empezó a hacer tarde. ¿Llegarán a tiempo?

 

Ya veremos:

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