Mujeres en busca de sus anhelos
En opinión de Lorena Elizabeth Castillo

La autonomía económica de las mujeres es un paso crucial hacia su autodeterminación emocional, ya que es bien sabido que, al tener control sobre sus finanzas, disminuye el estrés y la ansiedad relacionados con la dependencia económica.
Al ser gradual el proceso de reducción de la brecha salarial por las inercias del sistema económico laboral, sigue siendo un obstáculo importante para la independencia económica de las mujeres, por lo que la vía más viable para obtener recursos extras radica en que ellas pueden tomar decisiones informadas sobre su vida, salud, educación y bienestar.
Aunque parezca lógico, para gran parte de la población aún no existe conexión entre la libertad monetaria y la toma de decisiones en busca del bienestar propia y de hijos e hijas; la ecuación es que, al ser financieramente independientes, las mujeres pueden dejar atrás relaciones abusivas o situaciones de explotación.
Las anteriores reflexiones vienen a propósito de la reapertura del taller del programa de Fortalecimiento de la Autonomía Económica de las Mujeres (FAEM) del Instituto de la Mujer de Cuernavaca (IMC), gracias al entusiasmo y participación de más de un centenar de usuarias, del equipo del mismo Instituto, de la administración municipal capitalina y del Cabildo de la misma.
Con nuevas instalaciones y equipamiento, las mujeres usuarias del FAEM incrementarán, sin duda, su producción de tamales gourmet, chocolatería, salsas, verduras en escabeche, ceviche vegetariano, cupcakes, flan, aguachiles, pay de limón, pastel de carne, mole rojo, galletas de avena, entre otros.
Lo que antes era una bodega y traspatio al interior del parque Tlaltenangp, hoy es también un centro de producción a base de tecnologías caseras de suavizante de ropa, limpiador de pisos, jabón líquido para ropa, shampoo para ropa, repelente de mosquitos, velas aromáticas, insecticida natural para plantas y jabones artesanales.
Otra ventaja competitiva radica en que unas y otras producciones tienen el soporte de la asesoría para su comercialización y venta, la cual es una fuente segura de ingresos propios; por lo que ahora se puede ver a las integrantes del FAEM participando con la venta de su producción en la Cooperativa Violeta, eventos y actividades del mismo IMC, de las ayudantías municipales, incluso, administrando sus propios emprendimientos.
Las labores del FAEM iniciaron bajo un precario techo con goteras, en el que se colaba el viento, con apenas las instalaciones mínimas de agua y electricidad; sin embargo, como las grandes realizaciones de la vida, tal inicio estuvo apoyado en el anhelo de las mujeres, en busca de afianzarse como personas productivas e independientes. Mujeres en busca de cumplir sus anhelos.