Repaso - IEBEM; 30 AÑOS: ¿HAY ALGO QUE FESTEJAR?

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso - IEBEM; 30 AÑOS: ¿HAY ALGO QUE FESTEJAR?

En pleno despegue neoliberal, se instrumentó en nuestro país la llamada descentralización educativa, al amparo de premisas eficientistas. Otorgarle a las entidades federativas las responsabilidades administrativas y el manejo de los recursos materiales y humanos en ese sector, presuntamente anunciaba mejores horizontes en la prestación del servicio.

 

En realidad, fue una política impuesta desde la federación, replicada sin chistar por las autoridades locales. En ese contexto se creó el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM). Cuando la “iniciativa” se discutió en el congreso local, la naturaleza de los “debates” generados reflejó un profundo desconocimiento del tema y de las razones fundamentales por las cuales la Secretaría de Educación Pública (SEP) desde México, difundió el “script” básico para sacar adelante el trámite.

 

Antes se había preparado el terreno con figuras institucionales descentralizadas, cuya titularidad estuvo en manos de personajes como Renato Iturriaga de la Fuente, Miguel Huerta Maldonado, Moisés Jiménez Alarcón y César Uscanga Uscanga, fases en las que se fueron incorporando al aparato educativo estatal una serie de funcionarios, algunos maestros de experiencia, que empezaron a conformar cotos de poder y a abrirle las puertas a colaboradores poco identificados con el sector, principalmente en áreas financieras y administrativas.

 

En ese contexto tomó posesión como el primer director general IEBEM Francisco Argüelles Vargas, quien se desempeñó de manera atingente y es tiempo de que aún se le recuerda por su desempeño en ese cargo.

 

Después la lista de directores generales ha sido variopinta. Algunos con reconocida trayectoria docente, pero otros no. Varios de éstos últimos han resultado un verdadero fraude. Eso sí, en casi todas las gestiones que han matizado el funcionamiento del IEBEM, se han enquistado camarillas que en su momento hicieron repartición de nombramientos y plazas, al amparo de la discrecionalidad con la que podían actuar.

 

Además, lo verdaderamente deplorable es que el IEBEM se ha utilizado para cometer una serie de cochupos financieros, cuyos pingües dividendos beneficiaron y benefician a los grupos de poder políticos y sindicales, independientemente de la filiación política que tuviesen.

 

A los gobiernos priístas tan defenestrados, luego se sumaron las panistas y después el perredista que encabezó Graco Ramírez. Casi todos aprovecharon de diversas maneras los recursos del IEBEM para sus propósitos de control político o de proselitismo en periodos de elecciones. Fue muy comentada la injerencia que allí tuvo Rodrigo Gayosso, con algunos alfiles estratégicamente ubicados, sobre las decisiones a su favor para aprovechar la estructura administrativa y económica   

 

En la actual administración de Cuauhtémoc Blanco Bravo las sospechas muy confiables de que se ha actuado con exceso de impunidad están a la orden del día. Temas como la adquisición de mobiliario escolar, el regateo de recursos, por ejemplo, para la edición de libros de texto, así como la turbiedad con la que se aprueba que tal o cual institución bancaria sea la responsable del manejo de la nómina magisterial y del personal de apoyo y asistencia, son indicadores de que allí, en completo contubernio con funcionarios estatales, la práctica de perpetrar acciones poco transparentes está vigente.

 

Nada de todo eso impidió que en días recientes se conmemorara el aniversario 30 de la fundación del IEBEM. En los discursos acartonados que allí se pronunciaron, con escasas referencias a las vicisitudes arriba comentadas, todo se ha dado a pedir de boca. Puro triunfalismo. Nula autocrítica. Eso fue lo que imperó, a sabiendas de que al mandatario estatal en funciones se le pude engañar muy fácilmente, en virtud de las graves carencias que tiene para comprender cómo deben funcionar las áreas sustantivas bajo su conducción política.

 

Queda pendiente una evaluación sería del funcionamiento del IEBEM y de quienes lo dirigen. Desde luego, cuando se ponderan con seriedad los logros y las limitantes, se abre la brecha para plantear cambios profundos. En esta ocasión así no será. Se conformaron con un acto mediático en la plaza cívica y ya. Así están las cosas.

 

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