Hablando de discapacidad…mucho por aprender.
En opinión de Marisol Arroyo Cruz
El 03 de diciembre fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992, como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, con la intención de promover los derechos de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad, además de concientizar sobre su situación. El Día Internacional de las Personas con Discapacidad, más que un día para festejar, es un día para sensibilizar, reflexionar y concientizar a la población sobre las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales que viven cotidianamente las personas con discapacidad
Según la Organización Mundial de la Salud aproximadamente el 10% de la población mundial presenta algún tipo de discapacidad, en nuestro país según datos del INEGI, aproximadamente de los 115.7 millones de personas de 5 años y más que habitan en México, 7.7 millones (6.7%) son consideradas como población con discapacidad. Detrás de este número se encuentra una población que de forma cotidiana experimenta situaciones de exclusión y discriminación estructural que nos obligan a reflexionar y cambiar políticas y prácticas sociales. La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (ENADIS) en sus dos versiones, identifica a la población con discapacidad como uno de los grupos más vulnerables, también señala que los espacios donde se perpetúan las prácticas de discriminación son; la familia y la escuela. Los docentes de Educación Especial no podemos permanecer ajenos e indiferentes a esta realidad.
Hablar de un sociedad inclusiva implicar partir del reconocimiento del otro como sujeto de derechos, supone considerar a la diferencia como parte de la diversidad y a esta última como una condición que nos enriquece a todos. Pensar en la escuela inclusiva supone el reconocimiento de aquellos grupos que históricamente y por condiciones han sido vulnerados o se les ha negado el ejercicio pleno de sus derechos, condiciones tales como; la etnia, la condición social, el género, etc. Pero, también supone reflexionar desde el espacio de Educación Especial, para superar el paradigma dicotómico que por años estableció una separación entre la Educación Regular y la Educación Especial.
Ir más allá de las políticas educativas supone generar espacios de participación más amplios para las personas con discapacidad, desde mi experiencia de más de 20 años trabajando con personas con discapacidad, me permito hacer algunas recomendaciones que me parece que desde los escenarios educativos sería importante considerar:
Establecer redes de atención a la población con discapacidad desde la Educación Inicial, pues ello permitirá la realización de diagnósticos tempranos y a la oportuna atención educativa de los alumnos. En Educación Especial sabemos que entre más pronto se intervenga será mejor. Además los padres de familia tendrían respuestas prontas sobre cómo atender y estimular a sus hijos.
Brindar atención educativa de calidad en el nivel básico para todos los alumnos con discapacidad, desde preescolar hasta secundaria, garantizar que todos ellos puedan tener acceso a la educación, pero sobretodo que puedan permanecer en el sistema educativo .