Piltra
En opinión de Carlos Morales Cuevas
En esta jungla
poblada de besos
y vetustos espejos
por la que el ropaje se desploma
al desnudarse el mar
se puede soñar que duermes
con uno setenta y dos de amor entre las manos
de sonrisa inmarcesible
y latidos en la nuca
encendiéndote los labios.
Soñar que el canto matinal del sol
copula en tu ventana,
deleitando al insomnio,
inmolando la almohada.
Y soñar con ser califa de la circe luna
peatón bajo su falda,
viento bailando un compas de 6/8
o cadáver que ha muerto tres veces
entre las piernas de este crepúsculo arrebolado.