Otras prioridades legislativas
En opinión de Roberto Salinas
Mucho se ha hablado de la capacidad de los legisladores para ponerse de acuerdo, tratando de enviar un mensaje de madurez política y sentido de responsabilidad. Después de intensas batallas y diferencias políticas o personales, los veinte diputados morelenses finalmente coincidieron en aprobar el presupuesto de egresos 2020 del Poder Ejecutivo.
Un paquete económico que no ha cambiado mucho al de los últimos años. Un paquete económico que no permite identificar cuáles son las prioridades de inversión del gobierno del estado. El monto identificado en el presupuesto 2020 es de 1,556 millones de pesos en diversos rubros como educación, desarrollo social, seguridad, movilidad y transporte, Hacienda -y lo que signifique- y obras públicas entre otras. Esta inversión que parece interesante no está acompañada de una justificación, un plan o un dato que permita conocer qué obras o inversiones serán relevantes para el estado en 2020, qué inversiones públicas van a fomentar la inversión privada, fortalecer la seguridad o mejorar la educación.
Los números presentados no ayudan a fortalecer la confianza de que el gobierno tiene un plan y rumbo definido. Esta inversión podría terminar solo en pavimentar todo el estado o la ciudad de Cuernavaca, pero no es una inversión que genere más inversión, no es una inversión que ayude a los municipios o al sector privado a fortalecerla con más recursos de forma conjunta y eficiente.
Puede identificarse, por ejemplo, que Diputados etiquetaron recursos para visiones personales, necesidades que de manera propia consideran indispensables y venden como triunfos del pueblo lo que para ellos es un triunfo político electoral.
El consenso legislativo podría encontrar respuesta en el alto presupuesto que se auto etiquetaron los legisladores. Un presupuesto de 400 millones de pesos, un exceso por donde se le quiera ver. Con ese presupuesto el Congreso morelense es el segundo estado que más invierte como porcentaje de su presupuesto estatal. La inversión del Congreso de Morelos es del 1.49% sobre los casi 27 mil millones del presupuesto estatal. Estados, incluso más grandes en presupuesto o en población, invierten menos en sus congresos como Nuevo León (370 millones para 42 Diputados y población de 5 millones) Chiapas (282 millones para 40 Diputados y población de 5 millones) Puebla (224 millones para 41 Diputados y población de 6 millones) y Yucatán (150 millones para 25 Diputados y población de 2 millones) entre otros.
Al comparar otros estados por población, número de Diputados o presupuestos, podemos sugerir que el Congreso Morelense podría funcionar con un presupuesto de 210 millones de pesos. Su nómina de 450 empleados no ha sido correctamente transparentada, de hecho, en diversas visitas al Congreso no se percibe la presencia física de más de 150 empleados. Desde hace tres años, no se ha podido tener acceso a las finanzas del Congreso. La resistencia a transparentar los recursos de esta y la anterior legislatura es brutal. Parece no haber nada que pueda abrir las finanzas del poder encargado de vigilar las leyes.
Mucho se podría hacer con 200 millones de pesos que le sobran al Congreso, mucho por hacer en temas de seguridad, de desarrollo social y económico, mucho por hacer para combatir la corrupción, mucho por hacer para que los municipios sean responsables y transparentes en el cobro y aplicación de recursos, pero en el Congreso tienen otras prioridades, que no son las de los ciudadanos.