Observador político - El pan en su elección
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
En todo proceso interno de selección de candidatos, los que resultan ganadores en automático validan la elección, mientras que los perdedores la rechazan. Este fue el caso de José Luis Urióstegui quien aparecerá en la boleta electoral del seis de julio rumbo a la alcaldía de Cuernavaca por el Partido Acción Nacional. En cambio, su contrincante, Juan Pablo Adame Alemán tendrá que esperar mejores tiempos.
LUCHA DE MILITANTES.- Con argumentos de inconsistencias, ilegalidades y actos fuera de la normatividad vigente se realizó la elección del candidato a la presidencia municipal de la capital por el PAN, el único que en esta pandemia se atrevió a desafiar al covid-19 y que pese a que intentaron cumplir con los protocolos de sanidad, al final no se cumplieron como corresponde. Lo cierto, es que la historia de señalamientos del famoso carrusel, la compra del voto y hasta enfrentamientos como se registró en el pasado durante las elecciones que organizaban priistas, perredistas y morenistas, ahora se trasladó con los panistas por una simple razón, los que pierden no aceptan el triunfo de su contrincante tal como sucedió con el Jr, Juan Pablo Adame.
Lo cierto, es que el hijo de Marco Adame Castillo quien gobernó Morelos del 2016-2012, jamás tuvo ninguna posibilidad de ganar, por una sencilla razón. El Comité Directivo Estatal que preside Juan Carlos Martínez Terrazas, fue quien realizó el padrón de militantes y por obvias razones, no había forma de que perdiera el abogado José Luis Urióstegui.
Lo cierto, es que sí es criticable que a pesar de que Morelos se encuentra en fase de emergencia, es decir, en semáforo epidemiológico color rojo por el número de enfermos en camas de hospitales, por contagios y defunciones que siguen rompiendo records cada día, el presidente del PAN, Juan Carlos Martínez Terrazas y avalado por el Comité Ejecutivo Nacional, hayan antepuesto el interés personal y de grupo por la salud de sus militantes, sobre todo, porque derivado del grupo de golpeadores que llegó a ensuciar a toda costa el proceso. El objetivo era reventarlo, mancharlo y mediante imágenes, videos y testimonios tratar de echar abajo el proceso para hacer tiempo y negociar lo que sea, cualquier candidatura a estas altura era bueno. Lo triste, es que pese a los intentos que hizo el Jr. no lo logró, ni enviando oficios de Protección Civil de Cuernavaca falsos en los que supuestamente había cancelado el evento 24 horas antes de la jornada electoral. Menos aún, cuando intentaron decir ante los medios que se había suspendido en el momento que llegaron los elementos de Protección Civil y del Mando Coordinado, quienes en estuvieron de espectadores ante todas las inconsistencias que se registraron ocasionadas por el grupo de personas que sin ser panistas, intentaron frenar el evento.
PROCESO DEMOCRÁTICO.- Muchos señalan y acusan a Urióstegui Salgado de que se prestó a eso, de ser el responsable sin embargo, el abogado no tenía otra opción más que la de aguantar hasta que concluyera la jornada electoral y le levantaran la mano como su abanderado político rumbo a la capital de Morelos para el seis de junio próximo. De lo rescatable, es que el evento de los panistas ha sido y será el único proceso “democrático” que se realizará este año y es un parámetro de cómo se desarrollará el constitucional por parte del Impepac.
Quienes evidenciaron las inconformidades y argumentando actos ilegales el pasado domingo 31 de enero, fue que 24 horas antes Juan Pablo trato por todos los medios de echar abajo la elección, en virtud de que sabía que nunca tuvo ninguna posibilidad ya no de ganar sino de competir. El haber estado trabajando como representante popular y luego funcionario en el Congreso de la Unión, le provocó que se haya alejado durante al menos cinco años de Morelos y de su militancia, por ello, los hermanos Martínez Terrazas lograron un triunfo contundente de militantes panistas, sobre todo porque lo tenían básicamente controlado y con ello, José Luis Urióstegui a quien no le hará nada las impugnaciones contra su abanderado a la presidencia municipal de Cuernavaca.
El Jr. jugó chueco todo el tiempo, intento insisto, echar abajo la elección y por ello acudió y solicitó a la dirección de Protección Civil del municipio que por la pandemia y el riesgo a la salud de los militantes la cancelaran. 24 horas antes, empezó la distribución perversamente de que la elección se había cancelado para desestabilizar el proceso, buscar nuevas fechas y tiempo, que le permitieran negociar cargos y candidaturas.
Fue descarado como un grupo de personas –que algunos aseguraron eran enviados por el representante de la Sagrada Familia-, frente a la puerta de lugar conocido como La Estancia, lugar del Centro de votación estatal del PAN, le prendieron fuego sin embargo, de inmediato logró ser controlado. Posteriormente, llegó un grupo de choque que intentó entrar a votar sin siquiera tener la posibilidad de hacerlo porque no eran militantes activos del blanquiazul. Obvio, su presencia obedeció para enfrentar y confrontar a los panistas. No lo lograron ante la presencia de los elementos policíacos quienes fueron observadores de lo que estaba sucediendo, ya que se percataron quienes eran los responsables de los enfrentamientos pero no hicieron absolutamente nada por tratar de frenarlos.
A final, José Luis Urióstegui aparecerá en las boletas del seis de junio próximo por la coalición: PAN-PSD, y falta saber si Jorge Argüelles logra pasar las impugnaciones de los morenistas para ir en otro frente conformado por: Morena, PES y PANAL. Un tercer elemento será el abanderado tricolor, Cipriano Sotelo, quien no tuvo ningún problema para competir por Cuernavaca luego de que le plancharon su candidatura.
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